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El correcto cuidado de la higiene bucal influye mucho en que la coloración del esmalte sea tenue, uniforme y no se vea alterada por la presencia de agentes externos. Sustancias colorantes que se adhieren a la capa exterior del diente o muela, o sustancias incoloras que son susceptibles a reacciones químicas que les dan color y quedan pegadas a la pieza propiciando las llamadas tinciones extrínsecas o externas.
Generalmente, este tipo de sustancias se eliminan con un cepillado con pasta dentífrica tras las comidas o la ingesta de sustancias que pueden teñir. Pero si no tenemos el suficiente celo, como suele ocurrir, pueden quedar fuertemente adheridas a la superficie o inseridas en las porosidades de esta.
Así, las piezas bucales pueden adquirir aspecto crónico y requerir de tratamientos estéticos más potentes para su eliminación, por ejemplo con sustancias oxidantes, bicarbonato, etc.
Agresiones a los dientes que facilitan la tinción
Hay que tener en cuenta que en la tinción no intervienen solo las sustancias colorantes, sino también la existencia de otras corrosivas que las acompañen y que puedan atacar la superficie del esmalte, propiciando poros donde se puedan asentar las tinciones y de donde sea más difícil extraerlas.
A este respecto, el azúcar refinado es una de las principales causas de caries, una afección que provoca orificios en el esmalte dental. ¿Cómo se origina? En la boca se hallan bacterias que se alimentan de azúcares de todo tipo y que les aportamos a través de la dieta.
El ácido del metabolismo bacteriano se activa a partir de todos los azúcares y disuelve los minerales de la superficie del diente.
La mezcla de bacterias, alimentos y saliva da como resultado una sustancia llamada placa, que se adhiere a los dientes, especialmente los molares posteriores. Si esta placa no se elimina después de comer, empieza a acumularse y es cuando aparecen los problemas.
Por otro lado actúa el ácido. En condiciones normales la saliva tiene un pH de alrededor 6.5, una cifra saludable para los dientes. Cuando el pH baja y llega a 5.5 o menos, el esmalte empieza a disolverse.
El metabolismo bacteriano de la placa tiende a bajar el pH en presencia de azúcares, pero también comer muchos cítricos, sobre todo limón, aumenta la acidez bucal.
La consecuencia de ello es la erosión dental, que es el desgaste gradual de la superficie dura de los dientes. Este desgaste es el que suele provocar, por ejemplo, una mayor sensibilidad a las temperaturas extremas y también propicia la formación de poros en el esmalte donde se asientan las tinciones.
Adicionalmente, existen una serie de tinciones intrínsecas, que se producen en los materiales que conforman el diente por diversos factores -antibióticos, desnutrición, anemias, avitaminosis, etc.- especialmente durante la infancia y que son imposibles de eliminar salvo con determinadas cirugías.
Las sustancias que más tiñen los dientes
Según el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España las siguientes sustancias son las que más contribuyen a la tinción de los dientes y por lo tanto debemos moderarlas o mimar la higiene tras su ingesta.
1. El tabaco
La nicotina es tal vez el elemento que más influye en la tinción de los dientes y que más cuesta extraer, ya que nadie se los lava cada vez que fuma un cigarrillo o un habano.
2. El café
El café contiene varias sustancias que intervienen en la tinción del diente. Por un lado están los cromógenos, que son sustancias incoloras por sí mismas, pero que pueden reaccionar con el medio y adquirir color.
Además presenta taninos, que son los que le confieren su color y que pueden quedar en los poros del esmalte. Por otro lado es una bebida ácida, por lo que puede aumentar la porosidad dental. Se aconseja un cepillado o, al menos, un enjuague con agua tras su ingesta.
3. El té
Presenta unas condiciones similares a las del café. Incluso en el caso del té negro, las tinciones pueden ser mayores porque presenta más taninos, por lo que la limpieza o enjugue tras beberlo es muy aconsejable. El té verde, en cambio, si no va acompañado de demasiado azúcar, no mancha tanto.
4. El vino
El vino presenta agentes cromógenos y taninos, por tanto mancha los dientes si se consume, sobre todo, a diario. A este respecto, el tinto es más agresivo que el blanco, aunque ambos manchan. Además, el blanco puede presentar una acidez mayor que aumente la porosidad.
5. Las colas y bebidas azucaradas en general
Presentan el problema tanto de los agentes colorantes que contienen como de su elevada acidez -merced al ácido ortofosfórico- y del azúcar, que sirve de alimento a las bacterias que corroen el diente y por tanto facilitan poros donde se asiente la tinción.
6. Los caramelos
Si presentan colorantes están en una situación similar a la de las bebidas azucaradas, además de ser muy poco recomendables por provocar caries y por sus cantidades disparatadas de azúcares.
7. Los vinagres de vino y las salsas
Al ser un derivado del vino pueden presentar taninos y agentes cromógenos. Además son altamente ácidos. Aunque lo normal es que se ingieran en pocas cantidades, se debe tener cuidado con los vinagres de Módena caramelizados, así como las salsas coloreadas como la de soja o el ketchup, porque añaden el efecto de los azúcares que puedan contener.
8. Las bayas
Desde las fresas a las moras, pasando por los arándanos, frambuesas, etc., presentan sustancias que pueden teñir intensamente el esmalte dental, por lo que se recomienda un cepillado tras su ingesta.
9. Los colutorios con clorhexidina
Hay personas que tienen la costumbre de usar una vez al día un colutorio bucal para fortalecer las encías y prevenir infecciones bucales. Deben cuidar que esté exento de clorhexidina, pues en usos continuados amarillea los dientes.
10. Los cítricos
Aunque su coloración no sea fuerte, se une la presencia de ácidos y azúcares, que pueden agredir el diente.
Alimentos que favorecen la salud y los dientes fuertes y blancos
No debemos olvidar nunca una adecuada higiene bucal, sobre todo inmediatamente después de las comidas. Algunos alimentos, aunque favorecen la buena salud dental, pueden provocar tinciones, algo que se soluciona con un correcto cepillado.
Por ejemplo, los arándanos contienen una gran cantidad de moléculas con capacidad antiinflamatoria y antibacteriana y, por tanto, son eficaces en la prevención de enfermedades periodontales. También el té verde, gracias a las catequinas, con importantes propiedades antioxidantes, protege los dientes y sus tejidos.
El kiwi es un alimento con un aporte importante de vitamina C, que tiene una función primordial en la regeneración del colágeno de los tejidos periodontales y mejora la función de los leucocitos frente a posibles infecciones.
También la uva, rica en resveratrol, está relacionada con un menor sangrado gingival en personas con periodontitis, según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA).
Una buena base de frutas y verduras, arroz silvestre, aceitunas o almendras en la dieta ayuda a que los dientes y las encías estén saludables. Los alimentos con proteínas, ricos en calcio y magnesio y granos enteros también aportan nutrientes esenciales para una salud bucal óptima.
El consumo de alimentos con suficientes vitaminas y minerales (fósforo, fibra, vitaminas del grupo B) ayuda a regenerar los dientes de forma natural y los hace más fuertes.
El agua, sobre todo fluorada, es una de las mejores bebidas para conseguirlo. Los alimentos ricos en flúor como el pescado, la carne, las espinacas, las cebollas o la lechuga ayudan a mejorar la resistencia del esmalte y a evitar la aparición de caries y de bacterias. El flúor refuerza los dientes y los hace más resistentes a posibles ataques de ácido.
Los alimentos ricos en calcio, como la leche baja en grasa o sin grasa, el yogur y el queso, así como las bebidas de soja fortificadas y el tofu, el salmón enlatado, las almendras, las nueces y las verduras de hoja verde, también son importantes a la hora de tener los dientes (y huesos) más fuertes. Otro nutrientes importante es el fósforo, presente en alimentos como los huevos, el pescado, la carne magra, los productos lácteos o las nueces.
Las verduras crudas (zanahorias, apio, coliflor o judías verdes) o la fruta fresca de consistencia fuerte y fibrosa, sobre todo la manzana, son grandes aliados para conseguir unos dientes más blancos.
Se trata de alimentos que deben masticarse muy bien, lo que favorece la formación de saliva, un “limpiador” natural y una gran aliada para neutralizar los ácidos perjudiciales para el esmalte.
Cepillarse los dientes, clave
Los expertos recomiendan, para un buen color y estado de la dentadura, realizar un buen cepillado con pasta de dientes con flúor (un mineral que protege los dientes de la caries) y un buen enjuague bucal.
La mejor manera de cepillarse los dientes es, según la Fundación Dental Española (FDE), dividir la boca en cuatro sectores y lavar cada uno de ellos durante 30 segundos, siempre desde la encía al diente, no al revés.
La lengua también es una parte importante a lavar porque puede acumular placa bacteriana. En cuanto a la periodicidad, lo más recomendable es hacerlo después de cada comida.
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