Una buena crema de verduras calentita es un plato irremplazable una vez nos hemos metido de lleno en el otoño. Las combinaciones son infinitas, y te aconsejamos hacer acopio de unas cuantas recetas porque nos acompañarán unos cuantos meses, hasta que asome la primavera. Las cremas de verduras son muy nutritivas, ligeras, aportan muchas vitaminas y minerales y además -y esto es fundamental si el tiempo no te sobra- son muy rápidas de preparar.
Si estás en el grupo de las personas que toleran las verduras pero no eres un amante incondicional, te vamos a dar unos cuantos trucos para sacarle el máximo partido a tus cremas de verduras y que te parezcan mucho más atractivas y apetecibles. Poniendo en práctica una serie de recomendaciones no tiene por qué ser ese plato soso y aburrido que quizás te venga a la cabeza cuando piensas en el 'típico puré'.
Para empezar, ve al mercado y escoge frutas y hortalizas de temporada. Siempre tendrán más sabor y estarán más frescas; además de que mantendrán en mayor medida sus propiedades. Cuanto menos tiempo haya pasado desde que hayan sido recolectadas, mejor. Y si son de productores locales, es otro punto positivo más.
En cualquier caso, este tipo de recetas también son una forma estupenda de aprovechar restos de verduras que tenemos en casa y a las que ya no sabemos cómo dar salida. Si las combinamos de la manera correcta, nos saldrá una crema muy rica también con retales de hortalizas.
Cómo cocinar nuestras verduras
Si ya tienes la cesta de la compra lista, el siguiente paso será escoger la combinación de verduras que más te apetezca para preparar tu crema. Y por supuesto, el método que vas a serguir en tu receta. Por ejemplo, si vas a utilizar calabaza y zanahoria una forma muy sana y rica de cocinarlas es al horno.
No utilizarás prácticamente aceite -con un chorrito de aceite de oliva virgen extra (AOVE) es más que suficiente- y el resultado es delicioso, al ir soltando todos sus azúcares, se carameliza y le da un sabor de matices más dulces e intensos.
Sofreír nuestas verduras con unas gotitas de aceite y dorarlas un poco también le confiere más personalidad a la receta y la hace más apetecible. Un tip es utilizar una aceitera con pulverizador para utilizar la cantidad justa de AOVE.
Por supuesto, utilizar las especias y condimentos que más te gusten siempre será un plus: cardamomo, pimienta negra, comino, nuez moscada, cúrcuma o curry y jengibre en polvo nunca fallan. Se pueden añadir durante la cocción o después para aderezar el plato antes de consumir la crema.
El momento de batir la crema es muy importante. Lo ideal es hacerlo con el caldo en el que se hayan cocinado las verduras y que también contendrá parte de vitaminas y minerales. Ten cuidado y no cuezas demasiado las verduras porque pueden perder parte de sus propiedades.
Para que la crema quede en su punto, hay que utilizar una batidora con la potencia suficiente o un procesador de alimentos. Y si crees que han podido quedar tropezones o algún filamento de las hortalizas que has usado, puedes emplear también un pasapurés para eliminar cualquier tropezón.
Más cremosas, más ricas
Las cremas cuanto más cremosas, más ricas. Si eres de los que piensan todavía que la única manera de aportarles ese extra de cremosidad es usando media barra de mantequilla o nata de cocinar, apunta bien estos consejos, más ligeros, nutritivos y con mayor aporte de sabor:
- Quizás no se te haya pasado por la cabeza nunca pero utilizar cortezas o pedazos ya duros de algún queso tipo parmesano o grana padano aporta un sabor y textura a la crema de verduras excepcional. Puede ser otro tipo de queso, pero siempre muy curado. Lo vamos a introducir en la cazuela junto con las verduras para que se cueza con ellas. Antes de triturarlas, tenemos varias opciones. Bien los retiramos, bien los trituramos junto con las verduras o bien los comemos directamente pues con el tiempo de cocinado se habrán ablandado bastante.
- De sabor menos intenso pero más cremoso es utilizar otro tipo de quesos con sabores más suaves como el queso crema o los quesitos en porciones. No variará mucho el sabor de la crema, pero sí que cambiará su textura.
- También podemos añadirle un yogur griego, que le aportará mayor cremosidad además de proteínas y grasas saludables.
- Si eres vegano, una forma de añadirle más cremosidad a la crema de verduras es utilizar patatas como complemento a la crema, que siempre le da una textura más agradable, o alguna de las bebidas vegetales que se pueden utilizar como sustituto de la leche, o queso crema vegano.
Enriquecer la crema
Para terminar de enriquecer nuestras cremas y hacerlas todavía más interesantes podemos añadir algún ingrediente más como topping. Puedes escoger los que más te gusten.
Te proponemos por ejemplo unos pedacitos de algún queso que te guste si no lo has añadido anteriormente -si te gustan los sabores fuertes, puedes usar unas migas de queso azul, por ejemplo-, un poco de jamón serrano o cecina a tacos, huevo duro desmenuzado, algunas semillas de sésamo o pipas de calabaza, o simplemente un chorrito de AOVE con alguna especia que te apetezca.
Unos picatostes, unos frutos secos bien picaditos -nueces, pistachos, anacardos, lo que te apetezca-, unas legumbres previamente doradas, un poquito de cebollino o albahaca frescas, un puñado de rúcula, tofu crujiente o un puñadito de quinoa, hay un sinfín de posibilidades para combinar nuestras cremas y que sean un plato más completo y sabroso.
Ya ves que siguiendo una serie de recomendaciones, puedes sacarle el máximo partido a las recetas más básicas cocinadas con una sola verdura como las cremas clásicas de zanahoria, calabaza, calabacín o puerro, o a combinaciones más sofisticadas. Te proponemos probar una de brócoli con leche de coco y mascarpone; puerro con patata y pera o una de calabaza con lentejas rojas al curry que seguro que te hacen cambiar tu idea sobre el recetario de las cremas de verduras.