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Cómo cuidar los helechos en casa para que no se pongan feos y secos

Eva San Martín

18 de abril de 2021 21:55 h

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Cuando escuchas a una pareja de hípsters en una tienda de plantas hablar largo y tendido de su helecho y de los problemas que tienen para sacarlo adelante, sabes que estás delante de una moda. A pesar de ello, el helecho tiene fama de complicado; y con razón: le gusta mucho la humedad, algo que no siempre es sencillo de conseguir en tu salón.

Lo primero que hay que saber: por mucho que tu helecho esté moribundo, hecho un desastre de hojas secas o caídas: no lo des por perdido.

¿Tu helecho está moribundo? No tires la toalla

Helechos hay a porrones: existen más de 10.000 especies diferentes de estas ancestrales plantas perennes (viven varios años), oficialmente llamadas Pteridofitas, y con más de 360 millones de años de historia a sus espaldas; o a sus frondas, que es como se llaman técnicamente sus hojas.

No tienen flores, ni falta que hace: a los helechos los amamos por su generoso follaje. Y aunque en la naturaleza, crecen en diferentes hábitats, desde bosques y pantanos hasta en la grieta de una roca, a la mayoría les gusta la sombra. Hay algo más que tienen en común: muchos helechos crecen a partir de rizomas, unos tallos gruesos y subterráneos, que van por debajo de la tierra y que usan para multiplicarse.

Pues bien: si lo mantienes húmedo, tu helecho puede volver a brotar a partir de su rizoma. Por mucho que se haya quedado sin hojas y su aspecto (al menos, el visible) resulte deprimente.

El secreto para resucitar un helecho (y hacerlo feliz)

El secreto para revivir un helecho y que sea feliz reside en proporcionarle humedad constante alrededor de sus raíces y rizomas; es decir, mantener húmeda la parte subterránea de la planta, la que no se ve, porque queda bajo tierra. 

Puesto que nuestras casas están diseñadas para eliminar la humedad ambiental, y la calefacción reseca, la cantidad de humedad que tenemos en el salón no suele contentar a los helechos. De hecho, puede resultar tan baja, que es habitual que sus hojas (frondas) pierdan la humedad, se resequen y se pongan marrones y tristonas. Y, finalmente, caigan.

¿Cómo mantener tu helecho siempre húmedo? (sin volverte majara)

Ya lo sabemos: un helecho feliz es un helecho con las raíces húmedas. Un modo de lograrlo sin volverte majareta es hacerte con una maceta de autorriego o hidrojardinera: esto es, con un depósito de agua que mantiene la tierra siempre húmeda, a demanda.

O puedes optar por una alternativa más casera y usar dos macetas, una dentro de otra. De este modo, tienes tu helecho en una maceta de plástico o de barro (terracota) y esta la introduces a su vez en otro macetero o recipiente impermeable (sin agujero) y lleno de tierra húmeda, gravilla o musgo Spagnum; un género muy utilizado en jardinería porque retiene gran cantidad de agua en sus células.

El musgo Spagnum suele venderse deshidratado. Pero solo necesitas humedecerlo para que mantenga las raíces del helecho húmedas durante más tiempo.

Helechos que mejor se adaptan a tu salón

O hazte con uno más resiste: existen especies de helechos de hojas más gruesas y cerosas, que le ayudan a sobrellevar mejor la falta de humedad constante. Lo que les convierte en candidatos seguramente más apropiados para tu salón. 

Una opción es el Asplenium nidus, o nido de pájaro, de generosas hojas y que tolera incluso la falta severa de humedad. Si prefieres una opción más extravagante y atrapa miradas, tienes el Platycerium superbum, o cuerno de ciervo. 

Y ponlo en una maceta grande

Para mantener con vida un helecho, y además contento, sirven los consejos típicos: mantener la humedad de la tierra, colocarlos en bandejas de agua y guijarros y pulverizarlos a diario. Pero hay otro truco que marcará la diferencia: sencillamente, planta tu helecho en una maceta grande.

Si agrupas varios helechos (incluso de varias especies) en un recipiente más generoso, les será más fácil recrear y mantener las condiciones de humedad que tanto les gustan. Además, les estarás dando un volumen de tierra mayor, es decir, menos inclinado a secarse. 

¿Y si realmente ha muerto? Prueba con el helecho espárrago

Cuando ni con esas; toca tirar la toalla. E intentarlo otra vez, aunque tal vez con una especie de helecho más facilona, como el helecho espárrago (Asparagus setaceus o Asparagus aethiopicus). En realidad no es un helecho, pero su aspecto es similar y funciona mejor en ambientes más secos, por lo que es sencillo mantenerlo con vida.

El helecho espárrago tiene el follaje delicado y frondoso de los helechos, pero sin exigir tantos mimos. En casa se conforma con un rincón luminoso pero resguardado del sol intenso. Mételo dentro en invierno, porque no tolera las heladas. Y riégalo de forma generosa de primavera a mitad del otoño.

Además, da el pego: perfecto para los recién llegados al mundo de la paternidad vegetal. 

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