¿Todavía usas monedas? Cómo distinguir una falsa de otra auténtica

Eric Santaona

24 de marzo de 2023 22:33 h

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Puede que muchos de nosotros sigamos empleando billetes y monedas para pagar, a pesar de que los métodos de pago digitales se van imponiendo progresivamente.

Es muy posible que tengamos tarjetas de crédito e incluso utilicemos el móvil para ejecutar pagos por métodos inalámbricos del tipo NFC. Y que, no obstante, también manejemos dinero en metálico por una razón u otra, y por tanto no sea raro que efectuemos pagos en moneda.

De este modo se explican las informaciones del Banco de España, que asegura que las monedas de un euro siguen siendo el método de pago más empleado si se consideran los pagos habituales y diarios de pequeños importes.

Es quizá por eso que la entidad avisa de que algunas bandas criminales todavía se enriquecen lanzando a la circulación monedas y billetes falsos, o sencillamente tratando de pagar en establecimientos con moneda de otro país fuera de la zona euro, que de rebote puede acabar en nuestro bolsillo con el lógico riesgo de que no nos la acepten a la hora de pagar nosotros.

Distinguir una moneda falsa de otra auténtica

Por ello el Banco de España da cinco claves sencillas para distinguir una moneda falsa de otra auténtica. La primera clave consiste en asegurarnos de que la moneda pertenece a la zona euro, por lo que tendrá una serie características comunes a pesar de proceder de un país diferente del nuestro.

Sin importar que una moneda de euro proceda de Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos o Portugal, deberá aparecer en una de sus caras la palabra “euro” o “eurocent” y el mapa de Europa.

En la otra cara, que se conoce como “cara nacional”, aparecerá el año de acuñación y una imagen identificativa del país emisor, todo ello rodeado por las doce estrellas de la bandera europea.

La segunda clave hace referencia al alineamiento, esto es que al poner una moneda entre el índice y el pulgar y hacerla girar, debe tener los grabados de ambas caras perfectamente alineados en sentido vertical.

La tercera clave hace referencia a una concordancia cronológica en las monedas, de modo que las acuñadas antes de 2007 mostrarán un mapa de la Unión Europea, pero las posteriores muestran todo el continente europeo en su “cara comunitaria”.

Si no se produce esta concordancia -la fecha de acuñación se encuentra en la cara nacional- es que la moneda es falsa. No obstante, las de menor valor tienen un globo terráqueo en el que aparece Europa con África y Asia.

La cuarta clave hace referencia al magnetismo ligero del centro de las monedas de 1 y 2 euros, que se pegan a un imán pero se desprenden fácilmente con una sacudida. A este respecto, las monedas de 10, 20 y 50 céntimos no son magnéticas, y las de 5, 2 y 1 céntimo lo son fuertemente y no se desprenden del imán con una sacudida.

La quinta clave refiere al mapa de Europa en las monedas de 1 y 2, ya que si nos fijamos con atención, su superficie es rugosa. De no serlo, estaremos ante una moneda falsa.

Otros trucos para distinguir monedas falsas

Sin embargo, estos no son los únicos trucos que podemos aplicar para distinguir monedas falsas y auténticas. En este blog nos explican que otra estrategia es mirar el canto de la moneda, ya que las monedas auténticas normalmente se acuñan en un solo bloque, a pesar de tener varias capas de material.

No obstante, algunas monedas tienen una leyenda en su canto y es la mejor manera de identificarlas como auténticas. Otras tienen un canto plano e incluso algunas tienen una raya, por eso debemos saber cómo es el canto de cada moneda y fijando si se corresponde cuando queremos saber si una es falsa.

  • Moneda de 2 euros: el canto está grabado y estriado con leyenda.
  • Moneda de 1 euro: consta de un estriado discontinuo.
  • Moneda de 50 céntimos: el borde está festoneado.
  • Los demás céntimos: tienen cantos lisos (20, 5 y 1 céntimos) o con pequeñas hendiduras (10 y 2 céntimos).

Otra manera de identificar es el distintivo de la cara común, ya que las monedas de 10, 20 y 50 céntimos, y las de 1 y 2 euros, tienen serigrafiada la representación geográfica de Europa, mientras que las de menor valor tienen un globo terráqueo en el que aparece Europa con África y Asia.

Finalmente podemos pesar las monedas para ver si divergen de los pesos oficiales, que son:

  • 2 euros: 8,50 gramos.
  • 1 euro: 7,50 gramos.
  • 50 céntimos: 7,80 gramos.
  • 20 céntimos: 5,74 gramos.
  • 10 céntimos: 4,10 gramos.
  • 5 céntimos: 3,92 gramos.
  • 2 céntimos: 3,06 gramos.
  • 1 céntimo: 2,30 gramos.

Cuando el 'duro sevillano' era moneda corriente

Hubo un tiempo, a finales del siglo XIX y hasta principios del XX, en el que un tipo especial de moneda corriente era más apreciada si era falsa que si era auténtica. Según cuentan en este blog, se trataba del duro de plata.

Fue un tipo de acuñación que se dio en un momento en el que la plata, a mediados del siglo XIX, bajó mucho su precio por la gran oferta que había en el mercado de este metal. Durante décadas, en España se aprovechó la plata para acuñar monedas oficiales de cinco pesetas.

Pero algunos talleres clandestinos imitaron los duros del Estado y acuñaron monedas falsas de este valor, pero con una plata de mayor calidad que la oficial, con lo que se trataba de una moneda muy bien valorada por los comerciantes.

Todos hemos oído la expresión: “eres más falsa o falso que un duro sevillano”. El origen de la misma está en estos duros de plata, que eran llamados “sevillanos” porque se creía que tenían origen en un noble de esta ciudad que acuñaba las monedas con la aquiescencia incluso del Estado.

Con la llegada del siglo XX, y dada la gran difusión de este tipo de moneda, fueron perdiendo paulatinamente valor y rechazadas en la mayoría de comercios, hasta desaparecer.

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