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Trasplantar en casa: cómo cambiar de maceta tus plantas sin perderlas en el intento

Diego Olivares

30 de marzo de 2024 22:25 h

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Estos días marcan el pistoletazo de salida a la estación que más les gusta a nuestras plantas: la primavera. Y con ella son muchas las preguntas que nos rondan sobre si es buen momento de trasplantar, a qué detalles se debe prestar atención para hacerlo bien y si hay que poner en pausa esta tarea jardinera en caso de que las condiciones ambientales sean adversas, por ejemplo.

Veamos cuáles son las 5 pautas a tener en cuenta para trasplantar tus plantas sin que mueran en el intento.

¿Por qué las trasplantamos?

Si eres de los que trasplanta de inmediato una vez llega a tus manos una nueva planta, déjame que te diga algo. La principal razón del trasplante es asegurar la supervivencia de la planta por una razón muy sencilla: la planta irá creciendo progresivamente y, con ella, sus raíces. Y, claro, la maceta con la que venía de la tienda se ha quedado corta.

Debes trasplantar si:

● El sustrato se seca con más rapidez de lo normal: la planta ya no tiene demasiado espacio ahí abajo para desarrollarse y la planta absorbe la poca agua que la tierra puede almacenar, con lo que se seca en poco tiempo.

● Las raicillas asoman por los agujeros del drenaje. Si la planta crece, sus raíces también lo hacen, con lo que hay un momento que ya no tendrán espacio y se “escaparán”.

● Sigue en su maceta original y ha pasado ya mucho tiempo: los nutrientes se están acabando y la tierra no da para más. Quizás es la hora de trasplantar.

● El sustrato está apelmazado y el agua no se infiltra con facilidad. Si la tierra en la que vive no es de calidad puede pasarlo mal a la hora de retener la preciada humedad. Un sustrato tipo universal con fibra de coco, perlita y materia orgánica puede servirte para solucionar este problema.

● Detectas un problema relacionado con las raíces (encharcamiento, hongos, etcétera). Hay veces que las plantas pasan por malos momentos debido al riego excesivo, por ejemplo. Plantéate que un trasplante a un sustrato nuevo puede darle una nueva oportunidad a tu planta.

El clima perfecto

El objetivo de hacerlo cuando las condiciones son favorables es minimizar el estrés sometido a la planta, ya que un cambio de sustrato no siempre es agradable para ella, y menos si debe enfrentarse a otros problemas añadidos. A veces nos empeñamos en realizar cálculos matemáticos en algo tan orgánico como son las plantas.

¿Existe un clima perfecto para realizar trasplantes? Veamos dos variables que deberemos tener en cuenta:

● Estación del año: además de la cantidad de luz que reciben y en el momento en el que están las plantas (actividad o reposo), la estación influirá directamente en la temperatura en la que se desarrolla la planta. En plantas de interior importará menos que en nuestro balcón o terraza, ya que la temperatura permanece más o menos constante comparado con el exterior, donde habrá que prestar más atención. Temperaturas extremas, ya sean altas o bajas, pueden causar estrés térmico en las plantas, lo que dificulta su capacidad para recuperarse después del trasplante.

● Viento: El viento puede aumentar la pérdida de agua a través de la transpiración en las plantas, lo que puede provocar deshidratación y estrés. Al mismo tiempo, una ráfaga repentina de viento puede dañar las hojas y los tallos de las plantas recién trasplantadas, especialmente en este punto donde el sustrato está 'más suelto'.

El tamaño de la maceta

Sin tomarnos esta parte demasiado al pie de la letra, ya que las plantas son más adaptables de lo que pensamos, la regla general, y lo más sensato, es trasplantar progresivamente a una maceta de mayor tamaño.

Pongamos un ejemplo. Tengo una planta que ha vivido durante un tiempo en una maceta de 19 centímetros (unos 4 litros) y la planta pide zapatos nuevos en forma de señales que hemos comentado anteriormente. Lo ideal es pasarla a la maceta de tamaño siguiente, por ejemplo 22 cm (unos 7 litros). Le daremos un aporte extra de sustrato y nutrientes donde se desarrollará de forma óptima durante otro largo tiempo.

En exterior, en jardines donde plantamos directamente al suelo, esta regla no aplica por la sencilla razón de que el medio va a ser el definitivo, además de que queremos disfrutar de nuestro jardín desde el primer momento. Por eso, en este caso debemos hablar de “plantación”, con lo que entran en juego ingredientes como el drenaje, el marco de plantación (distancia entre plantas) y cuestiones de diseño paisajístico (organización de los elementos vegetales según distintas variables como el tamaño, forma y aspecto de la planta).

Paso a paso

Nos centraremos en los trasplantes de una maceta a otra por cuestiones de tamaño de la planta. Toma la siguiente hoja de ruta:

1. Extrae el cepellón de la maceta. Para ayudarte (si la maceta es de plástico) aprieta por los lados de forma que se suelte un poco y te sea más fácil sacarlo. Sostén entonces con una mano la base superior del cepellón, dale la vuelta con mucho cuidado y saldrá solo.

2. Deshaz un poco el enredo de raíces que se ha ido formando y corta las que observes que se han secado o se han podrido (tendrán un color oscuro, seco). No tengas miedo. Cierto es que las raíces son un mundo aparte y asusta un poco maltratarlas, pero son más fuertes de lo que parecen y no les pasará nada por que las manipules un poquito.

3. Vierte el nuevo sustrato en el fondo de la nueva maceta, coloca la planta y añade poco a poco sustrato hasta cubrir del todo el sistema de raíces. Es conveniente que vayas apelmazando la tierra para que las raíces entren en contacto con el nuevo sustrato y no se formen bolsas de aire. Cuando termines, haz una prueba y realiza un primer riego. El objetivo es asegurarse de que el agua escapa sin problemas por el agujerito de drenaje. Si este paso no funciona siempre puedes aplicar una capa de material tipo arlita en la capa inferior de la maceta, ayudará a que el agua sobrante salga sin nada que la frene.

Ahora que ya sabes cuándo, cómo y por qué debes trasplantar a tu planta, puedes prestar atención a otras variables que van de la mano como qué tipo de sustrato le viene mejor a cada una, te dará un extra en la colección de superpoderes para tener a tus plantas todavía más felices si cabe.