Si no ves este contenido puede deberse a la carga en tu dispositivo móvil. Haz clic aquí para recargar la página.
Por mucho que el papel higiénico sea cada vez menos sostenible (la mayoría está fabricado con pulpa virgen, obtenida de los bosques), y las opciones para utilizar rollos reciclados escaseen, lo consumimos a mansalva: solo en España gastamos 690.000 toneladas, según Aspapel; unos 81 rollos por cabeza al año.
Sabemos que reutilizar unos cuantos rollos en casa no va a resolver el problema, y que la solución pasa, dicen los ecologistas, por exigir que todo el papel higiénico contenga fibras recicladas, ya que se trata de un producto de usar y tirar que soporta bien las características de la fibra tratada.
Pero mientras que llega ese momento, cada rollo que reutilices y transformes en algo útil es una pequeña revolución en potencia: menos carga para los vertederos o el sistema de reciclaje y menos CO2 para la atmósfera.
Además, esos 81 rollos al año valen para mucho más que para hacer manualidades infantiles: y en este artículo te contamos cuatro ideas aptas para adultos y crecidos de todas las edades. Desde utilizarlos para organizar todos esos cables o poner orden en los cajones, hasta para colocar los bolígrafos. O haz un divertido rompecabezas de comida para tu gato. Tú decides.
1. Ordena los bolígrafos, ¡con rollos de papel higiénico!
Es un proyecto tan sencillo como práctico. Y, sobre todo, barato, ya que puedes aprovechar 24 rollos de papel higiénico que pensabas tirar para, de una vez por todas, organizar tu escritorio. Bonus: puedes ordenar los pinceles, lápices o rotuladores sin sacrificar tu estilazo.
Todo lo que necesitas son 24 rollos de papel higiénico que pensabas tirar, un poco de pegamento, un trozo de cartón y una pintura en aerosol del color que escojas. Idea spoiler: un tono dorado o plateado te dará un acabado imbatible.
Por lo demás, coloca todos los rollos de pie, en cuatro columnas y seis filas (son 24) y pégalos entre ellos. Recorta el cartón para ajustarlo a las dimensiones de tu conjunto de rollos (solo necesitas una tijera), y pega la base de los rollos al cartón. Deja secar unos cinco minutos. Solo queda pintarlo todo con una pintura de aerosol. ¡Y ya está hecho!
2. Pon orden en los cajones
Los cajones del escritorio o del aparador corren el riesgo serio de convertirse en un cajón de sastre, donde gomas de borrar, lapiceros, clips, coleteros y hasta paquetes de pañuelos compiten por ser encontrados.
Pues bien: no esperes tanto y usa tus rollos de papel higiénico para poner orden en tu desastre preferido. Simplemente, recorta con unas tijeras los rollos de papel a la altura que tenga tu cajón. Después, colócalos dentro ¡y ya tienes unos compartimientos para todos esos objetos pequeños que necesitas tener a mano!
3. Haz un rompecabezas de comida para tu gato
Si vives con un felino, ya tienes un proyecto para aprovechar buena parte de esos 81 rollos anuales: construye un rompecabezas de comida para él. Un gato feliz es un gato ocupado; y que tiene la posibilidad de poner en práctica sus comportamientos naturales: entre ellos, el juego.
Pues bien, este tipo de rompecabezas felinos mantendrá a tu amigo de ronroneos ocupado y feliz. No es un proyecto organizativo estricto, pero te ayudará a poner orden en la dieta de tu gato ¡Y ya tenemos otro puñado de rollos de papel higiénico fuera del vertedero!
4. Ten a mano todos esos cables y cargadores
Es el cuento de nunca acabar: cada día llegan nuevos cables a nuestra vida. Por no hablar de los cargadores. Si no sabes qué hacer con ellos, puedes probar a comprarte un recogecables (por unos 4 euros), a hacerte con una caja organizadora de cargadores (unos 7 euros) o intentar conseguir una regleta para cables (algo más cara, unos 15 euros).
Eso, o no gastarte ni un euro. Y hacerte tus propios organizacables gratis, con los rollos de papel higiénico. Solo necesitas doblar los cables y meterlos dentro del rollo. ¡Ya está! Bonus: la idea funciona mejor si le dedicas un minuto más a tu proyecto y etiquetas tus rollos con los cables.
Pero si este proyecto te resulta un tanto cutre, puedes mejorarlo. Todo lo que necesitas es un rollo de papel decorativo de envolver y un poco de celo. Y si quieres que te quede aún más resultón, utiliza un celo de doble cara.
Solo hay que envolver los rollos con un trozo de papel cortado a la medida (deja un centímetro extra para enrollarlo un poco por dentro), y utiliza el celo de doble cara para que quede pegado sin que se noten los bordes.
Cinco minutos después, y sin apenas gasto (o gasto cero, si ya tenías papel y celo en casa), tienes un organizador de cables muy atractivo; mientras que has vuelto a salvar otros cuantos rollos de acabar en la basura.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines