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Golpe de calor: qué es exactamente y cómo actuar para revertirlo

El sudor humano contamina el aire y se pega a las paredes de los edificios

Jordi Sabaté

24 de julio de 2019 23:32 h

El calor es el mayor asesino del verano, aunque este dato sea un gran ignorado. Conviene recordar que durante la ola de calor que asoló el occidente europeo en 2003, se dispararon las muertes entre las franjas vulnerables de la población en países poco acostumbrados, como Francia, Suiza o Alemania.

En concreto entre Francia y Alemania se contabilizaron cerca de 35.000 fallecimientos en 2003, de un modo más o menos directo por las consecuencias de golpes de calor, que es la principal forma que tiene el calor de matarnos.

En nuestro país, según un informe del Instituto de Salud Carlos III, más de 13.300 personas fallecieron en España entre 2000 y 2009 con consecuencia de las sucesivas olas de calor que acontecieron, tal como te explicamos en el artículo Ola de calor: diez consejos para mantener la salud ante las temperaturas extremas.

Por lo tanto, el riesgo de un golpe de calor es algo que debemos tomarnos muy en serio, primero preventivamente para evitarlo y después, si lo detectamos en una de las personas cercanas a nosotros, aprendiendo a actuar con rapidez y criterio con tal de aminorar la temperatura corporal de la persona afectada para evitar lo que de otro modo puede ser una muerte segura. Por ello, antes que nada, es fundamental definir lo que es un golpe de calor.

¿Qué es un golpe de calor?

Un golpe de calor o hipertermia es la perdida por parte del cuerpo de la capacidad de regular la temperatura corporal por causa de un exceso de calor. El peligro aumenta en climas secos a partir de los 35ºC y en climas húmedos, costeros, a partir de los 30ºC, ya que la humedad disminuye la capacidad del cuerpo de refrigerarse mediante la transpiración.

En ambos casos, si la temperatura corporal es alta durante mucho tiempo, el sistema de regulación térmica se descompensa y deja de funcionar. Las consecuencias son múltiples. En primer lugar se produce un desequilibro interno de las concentraciones salinas de los líquidos corporales, además de una pérdida de agua corporal que lleva a la deshidratación extrema.

Por otro lado, la temperatura corporal, al mantenerse muy elevada impide el normal funcionamiento de los órganos. Por lo tanto, la mayoría de órganos empiezan a dejar de funcionar eficazmente.

La temperatura corporal por encima de 40°C pone la vida bajo amenaza de muerte. A 41°C comienza la muerte cerebral y a 44°C la muerte está asegurada. Temperaturas internas por encima de 50°C causan rigidez muscular y muerte inmediata.

Así que si no se atiende a los primeros síntomas y se reacciona para combatirlo, el golpe de calor puede derivar en un fallo multiorgánico que en última instancia lleve al coma o la muerte.

Los primeros síntomas en la persona con un golpe de calor pueden ser:

  • escalofríos
  • desorientación
  • comportamientos anormales
  • enrojecimiento de la piel, que aparece seca
  • bronco aspiración, es decir aspiración de agua por los bronquios
  • cefaleas
  • mareos y vómitos
  • diuresis excesiva, es decir abundante pérdida de líquido por la orina
  • falta de sudoración en casos ya extremos

¿Quiénes son las personas en peligro por golpe de calor?

Además de dos franjas claras de la población, como son los niños y los ancianos, existen otros factores que pueden hacer que personas fuera de las edades de riesgo puedan padecer un golpe de calor. Los principales grupos de riesgos son:

  • Ancianos en general, dado que regulan peor la temperatura
  • Recién nacidos, por motivos similares
  • Niños menores de cinco años
  • Mujeres embarazadas; durante las olas de calor se produce un incremento de partos prematuros, lo que condiciona gravemente toda la vida de los recién nacidos
  • Mujeres en periodo de menopausia
  • Personas con medicación por hipertensión
  • Personas que toman otro medicamentos que puedan interferir
  • Trabajadores en exteriores, dado que el esfuerzo físico suma más calor
  • Practicantes de deporte en horas de calor, por el mismo motivo
  • Usuarios de drogas que alteran la temperatura corporal
  • Personas obesas, con mucha grasa que genera calor adicional
  • Personas con procesos febriles
  • Personas diabéticas

Cómo actuar ante un golpe de calor

Si detectamos en una persona alguno de los comportamientos o síntomas arriba descritos, actuaremos con rapidez para tratar de aminorar los efectos.

  • En primer lugar intentaremos rehidratar a la persona con agua salada o suero si tenemos a mano.
  • También le aplicaremos paños mojados con agua fresca -no muy fría- en la nuca, las muñecas, las ingles y las axilas
  • Nunca aplicaremos hielo o daremos a beber agua helada, porque corremos el peligro de provocar una hidrocución
  • Situaremos a la persona recostada en un lugar fresco y bien ventilado, que no acumule humedad
  • Si no vemos mejorías, desnudaremos a la persona, la rociaremos con agua a 15ºC y seguidamente abanicaremos con fuerza con aire caliente, para que se evapore el agua. De este modo la temperatura bajará un 1ºC cada once minutos, y podemos reducir la mortalidad desde el 70% al 11%.
  • Finalmente, a la desesperada, el último recurso es sumergir la persona en una bañera de agua helada con cubitos de hielo flotando, mientras del hacemos continuos masajes por todo el cuerpo para facilitar que la sangre circule. Corremos el riesgo de parada cardiorrespiratoria, pero si esta no se presenta, lograremos revertir el proceso.

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