Cuatro trucos para hacer una tortilla de patatas más ligera de calorías
En 2007, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) estableció la obesidad como uno de los principales promotores del aumento de riesgo de cáncer, por sus consecuencias tanto en el ámbito del sedentario como del consumo de alimentos y bebidas promotoras.
En este contexto fijó el concepto de “alimento de alta densidad energética”, que es aquel que aporta por cada 100 gramos de producto más de 220 kilocalorías (kcal), una cantidad de energía más que potente.
En este sentido, la revista Consumer le calcula a la tortilla de patatas estándar 160 kcal por cada 100 gramos. Es decir, que si solo comemos 100 gramos estaremos en un consumo razonablemente calórico, pero a poco que nos pasemos, o si doblamos la ración, saltamos a las 320 kcal, ciertamente muchas.
Por lo tanto la tortilla de patatas, a pesar de ser un símbolo nacional, es un plato que conviene comer con mesura y conciencia y no de abuso; no puede ser nuestra base alimentaria. Los motivos son claros: la combinación de patatas, aceite y sal es una bomba calórica que la opcional cebolla, saludable e indicada desde el punto de vista dietético, no pueden rebajar.
No obstante, para aquellas personas con fidelidad hacia este manjar, existe la posibilidad de optar por cocinar una tortilla más ligera, una “tortilla de patatas light”. Y aunque existen muchas recetas en internet que lo explican, la base que utilizan es la misma: moderar la pata y el aceite.
Nosotros hemos escogido la receta de Gorka Barredo.
Trucos para hacer una tortilla de patatas light
1. Hacer las patatas en el microondas
En lugar de freírlas, optaremos por pelarlas y cortarlas finas y sumergirlas en un bol con dos cucharadas de agua y una cucharada de aceite de oliva virgen extra, todo ello bien revuelto. Las introduciremos en el microondas y aplicaremos cinco minutos a máxima temperatura.
Repetiremos la operación otras dos veces más, siempre sacando las patatas para revolver la mezcla, e incluso renovando la mezcla de agua y aceite. Otra alternativa es hacerse con una freidora sin aceite, un aparato que fríe con aire seco y por tanto reduce sensiblemente las calorías de la fritura.
2. Subamos la cantidad de huevos y reduzcamos la de patata
En lugar de cuatro patatas podemos poner tres, o bien cuatro pero no tan grandes. Y por otro lado, podemos poner siete huevos en lugar de seis. Las calorías de una yema adicional no son superiores a las de una patata.
Les añadiremos sal, con mesura, no más de dos gramos, y los batiremos suavemente durante 20 segundos, sin que quede la mezcla demasiado hecha, para que no pierda agua después y la tortilla quede seca.
3. Si ponemos cebolla, mejor hecha en el microondas
Podemos emplear para la cebolla el mismo sistema que usamos para las patatas, solo que seguramente con una tanda de cinco minutos sería suficiente. También se pueden hacer en la freidora sin aceite.
Y también, si no nos queda otra opción, podemos freír la cebolla en aceite de oliva virgen extra. El truco es cortar la cebolla en tiras muy finas, sin llegar a triturarla, para que el aceite empape poco. Luego con un papel secante extraeremos el resto del aceite.
4. Freír con poco aceite y no muy caliente
Tras tener los huevos, la patata y la cebolla, hacemos la mezcla homogénea y la pasamos a la sartén, con poco aceite y que no esté muy caliente. El aceite debe cubrir toda la superficie de la sartén, pero en una pátina superficial.
Dejaremos que la tortilla se haga a fuego medio bajo y cuando le vayamos a dar la vuelta, utilizando un plato, untaremos de nuevo la superficie de la sartén con un poco de aceite, muy superficial. Dejaremos luego que se termine de hacer la otra cara a fuego medio bajo.
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