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Cómo sobrellevar la soledad por el teletrabajo

Economía adquiere equipamiento informático para teletrabajo durante la pandemia

Marta Chavarrías

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Para minimizar la propagación de Covid-19, muchas personas empezaron hace unos meses a teletrabajar. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 solo el 4,8% de los trabajadores españoles teletrabajaba. Desde el pasado mes de marzo, con las cifras de casos de coronavirus aumentando y las medidas de confinamiento impuestas, los datos cambiaron radicalmente. 

Según la encuesta El teletrabajo en España, el 80% de las empresas ha aumentado el teletrabajo en lo que llevamos de año para que su actividad se debilite lo menos posible con la situación actual. Para las personas que les gusta trabajar de forma remota, esto ha supuesto una gran noticia (se ahorran el tiempo de traslado en los viajes, les permite conciliar vida familiar y laboral, ahorran en dietas, etc.). 

Pero no todas las personas lo viven de la misma manera. Para mucha gente, ir a la oficina les suponía mucho más que cumplir con un horario y unas tareas. Tenían una vida social allí, algo que les llenaba una parte importante de su vida personal y que ahora han perdido. 

La soledad del teletrabajo

Un lugar de trabajo físico compartido crea las condiciones necesarias para la conexión humana que son difíciles de recrear de forma virtual. El trabajo, como otros tipos de encuentros sociales (cumpleaños, cenas y comidas, etc.) fomenta la inclinación natural de las personas para involucrarse, compartir y encontrar afinidad con los demás, para crear sinergias, seguridad y fortalecer los lazos sociales. 

Ir a comer juntos al mediodía, a hacer unas cañas al finalizar el trabajo o compartir trayecto para volver a casa son costumbres que han quedado aparcadas. Esta falta de contacto puede pasarle factura a mucha gente, tanto desde el punto de vista organizativo como productivo. 

“Cuando no se va a la oficina se reduce la motivación”, reconoce Gabriela Paoli, psicóloga experta en salud digital y autora del libro Salud Digital (que sale el 2 de octubre). Esta merma en la motivación va acompañada de apatía, soledad, aburrimiento, cansancio, sentirse poco reconocido, etc. 

El concepto bore out definiría muy bien estos sentimientos: aburrimiento, motivado muchas veces por problemas como improvisación por parte de las empresas, sin un plan de trabajo concreto; pérdida de la sociabilización con los clientes, con los compañeros, etc. Simples gestos como una “palmadita o un abrazo nos aportan un plus social que ahora no tenemos”, admite Paoli.

La manera cómo vivamos el tener que trabajar desde casa dependerá de factores como la edad, el entorno familiar o la personalidad: “Podemos hablar de las personas con personalidad A, que son aquellas con pocas actividades sociales, son más metódicas y más rutinarias, y personalidad B, aquellas personas más sociales, más extrovertidas y más flexibles” a las que les costará más adaptarse al teletrabajo, reconoce la experta. 

Doce pautas para sobrellevarlo

Muchos trabajadores que han tenido que quedarse en casa pueden sufrir también lo que se denomina síndrome del trabajador quemado, es decir, están agotados y quemados ya que asumen más volumen de trabajo porque ha habido despidos. Todo esto se añade a las ya condiciones excepcionales del teletrabajo. ¿Qué se puede hacer a nivel individual para contrarrestar todos los efectos negativos? Paoli apunta cinco acciones primordiales:

  • Controlar el acceso a la red: debemos autorregularnos y desconectar.
  • Establecer horarios de inicio y fin de la jornada laboral. Pactarlo con los compañeros puede ayudar a cumplirlo. 
  • Mantener lazos familiares y sociales: si se ha perdido el contacto con los compañeros de trabajo es importante buscarlo por otro lado.
  • Realizar ejercicio físico.
  • Vivir en coherencia con nuestros valores: quedar con la familia, asistir a clases de yoga, etc.

Actualmente, un total de 3,01 millones de personas en España teletrabaja de forma habitual, lo que supone multiplicar por 3,2 veces la cifra de 2019, cuando lo hacían 915.800 personas, según un estudio de Randstad sobre la evolución del teletrabajo. Este aumento, por tanto, no solo tiene que ir acompañado de medidas a nivel personal, sino que las empresas también tienen que involucrarse. Un primer paso ha sido la aprobación de la ley de teletrabajo

Algunas medidas de aire organizativo que apunta Paoli para sobrellevar mejor el aislamiento por el teletrabajo deberían incluir:

  • Generar, mejorar y consolidar recursos para fomentar la comunicación interna (talleres, técnicas de relajación, cadena de favores, etc.). En definitiva, todas aquellas acciones que permitan que el trabajador se sienta cuidado.
  • Mejorar los canales de comunicación en los que quepa la opción de poder compartir sentimientos a través de foros de debate, por ejemplo.
  • Disponer de personal responsable de gestionar covid-19: establecer canales de comunicación interna o dar al trabajador pautas para gestionar el estrés.
  • Ofrecer apoyo y acompañamiento psicológico.
  • Crear un feedback con los jefes para evitar la sensación que tienen muchos trabajadores de no rendir lo suficiente.
  • Cumplir con el horario y evitar trabajar y estar conectado todo el día.
  • Evitar pasar muchas horas sentados, hacer reuniones de pie, que estas sean activas, al aire libre (así se evita el contacto en espacios cerrados pero podemos vernos). Esto estimula la imaginación y la creatividad.

“Un trabajador cuidado es un trabajador feliz”, reconoce Paoli. 

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