Dormir con el ventilador encendido para hacer frente a la ola de calor: ¿es aconsejable o no?

Las altas temperaturas siguen apretando este verano y hacen que conciliar el sueño durante las cálidas y tórridas noches sea todo un reto. Estas noches calurosas nos obligan a enfrentarnos a dos problemas principales: el hecho de que el cuerpo tenga dificultades para enfriarse y que la temperatura de nuestra habitación es muy alta.

De todas las fórmulas que se nos ocurren para intentar refrescarnos, el ventilador es una de las más recurrentes y generalizadas –no todo el mundo tiene un aire acondicionado en la habitación para hacer bajar la temperatura. Muchos confiamos en el ventilador para poder conciliar el sueño por la noche. Y es muy tentador estar todo el rato pegados a uno de ellos porque nos ayudan a quitarnos el sudor de encima. Pero, ¿es aconsejable que durmamos con el ventilador encendido toda la noche?

El ventilador, gran aliado durante las noches calurosas

El aire constante de un ventilador nos ayuda a mantenernos frescos toda la noche porque mejora la circulación del aire en el dormitorio y evita el sobrecalentamiento. Podemos hacerlo de varias maneras gracias a una oferta muy variada y a la existencia de modalidades distintas. Desde los de techo, de torre, pie o mesa, lo mejor es optar por uno que sea resistente y de bajo consumo, y ya para rizar el rizo, mejor si es oscilante, tiene mando y apagado automático.

Cada uno de ellos, aunque con un objetivo común, tiene sus propias particularidades. Los ventiladores de techo son perfectos para la circulación del aire en toda la habitación de forma rápida y eficaz, aunque requieren una instalación previa; los de mesa, igual que los de torre, en cambio, concentran su potencia en un objeto cercano, aunque la mayoría tienen la opción de movimiento, que permite que el aire llegue a varias direcciones. Como veremos, algunos tienen más pros que contras que otros dadas todas estas particularidades.

Problemas de dormir con el ventilador

Aunque para algunas personas dormir con un ventilador durante estos días ya forma parte de su rutina nocturna y es bueno para algunos aspectos, no lo es tanto para otros. Los motivos por los cuales esto es así, según The Sleep Advisor, que analiza las consecuencias del uso de este dispositivo por la noche, hay que ir a buscarlos en:

1.- Puede provocar alergias en el caso de personas alérgicas: al enchufar un ventilador estamos levantando el polvo de la habitación, así como una mezcla de contaminantes irritantes, alérgenos, ácaros de polvo, moho e incluso caspa de los animales. En personas sensibles, alérgicas al polen o con asma, estos contaminantes pueden entrar en las mucosas nasales y provocar irritación. Si esto ocurre pueden aparecer síntomas como secreción nasal, picazón y tos. Incluso cuando el ventilador está apagado, algunos alérgenos domésticos permanecen en el aire o se instalan en superficies como las aspas del ventilador.

2.- Aumenta la probabilidad de tener sequedad de garganta: aunque la mayoría de nosotros agradecemos la brisa refrescante y agradable del ventilador, el exceso de aire seco tiende a deshidratar las vías respiratorias superiores. Esto ocurre sobre todo si tenemos el ventilador apuntando directamente a nuestra cara mientras dormimos porque la brisa que generan las aspas provoca que se resequen los tejidos internos de la boca y la nariz. En consecuencia, demasiada mucosidad provoca congestión nasal, irritación o rinitis, entre otros problemas.

3.- Los ojos y piel también pueden secarse. De la misma manera que el aire continuo puede secar la garganta, también afecta a la piel, sobre todo en personas que ya tienen una piel seca, que pueden sentir que les pica más de lo normal. Además, este pequeño y continuo flujo de aire provoca sequedad en los ojos e irritación, sobre todo si usamos lentes de contacto. Si se nos secan los ojos, lo más probable es que notemos una molesta sensación de ardor. Aunque todo esto pasará aún más si tenemos el ventilador apuntando directamente a nuestra cara.

4.- Problemas para conciliar el sueño a causa del ruido. Aunque a algunas personas el ruido del ventilador, parecido a un leve zumbido, puede molestarles, lo cierto es que en la mayoría de los casos puede llegar a ser incluso relajante. Es lo que se conoce como ruido blanco, una especie de susurro constante que se produce mediante una distribución equilibrada de la energía en todas las frecuencias audibles. Las investigaciones han determinado que el ruido blanco reduce la cantidad de veces en que el sueño es interrumpido al comprobar que la mayoría de despertares no se deben al volumen sino a las variaciones bruscas del sonido.

Formas de usar el ventilador y evitar estos problemas

Hay varias maneras de usar el ventilador por la noche sin que nos pase nada de esto.

  • Una de las primeras es buscar el mejor ventilador para nuestras necesidades. Aunque los de techo suponen una buena opción, un ventilador portátil nos ofrece más opciones de uso –podemos moverlo y enfocarlo hacia donde queramos. Pero nunca lo pondremos demasiado cerca ni con la opción fija; siempre es mejor ponerlo un poco más lejos y configurarlos en la función giratoria, y nunca apuntando directamente a nuestra cara sino favorecer la parte inferior del cuerpo. Por tanto, es mejor disponer de un ventilador con base giratoria que de uno fijo, que siempre deja el aire en una sola dirección.
  • La limpieza es otra de nuestras grandes aliadas también en este caso porque nos ayuda a reducir la propagación de polvo y otros alérgenos, sobre todo en las aspas.
  • También es importante contar con un temporizador que permita programar las horas que queremos que esté encendido. Si no disponemos de un ventilador con esta opción y no queremos estar pendientes de apagar el ventilador a medianoche, una buena manera de conseguirlo es instalar un temporizador nosotros.
  • Mantener una distancia adecuada también nos ayudará a evitar las molestias del ventilador. No se trata de que nos sople el aire como un huracán en la cara sino de que el aire se disperse por toda la habitación. En el caso de que tengamos un ventilador de techo sobre la cama, lo más recomendable es que lo instalemos un poco más desplazado de la cama, para que no nos dé directamente sobre la cara; de no ser posible, a la hora de usarlo, lo mejor es optar por la velocidad más baja.