Los olores “a tubería” pueden ser muy desagradables y reducir mucho nuestra calidad de vida, sobre todo en verano, cuando lleva tiempo sin llover, se dan bajas presiones y especialmente cuando hemos estado tiempo sin usar los grifos. La causa es que, sobre todo en los sifones de los desagües, se acumulan residuos de comida, del cepillado de dientes, jabón, etc., que suelen ser fermentados por bacterias saprófitas y hongos, con lo que se generan aldehídos volátiles de olor muy desagradable.
Cuando hay una gran sequedad ambiental y además usamos poco los grifos, estos restos se secan permitiendo que sus gases, producto de las fermentaciones, asciendan con facilidad. Sobre todo cuando hay cambios en la presión atmosférica, que puede disminuir leve o moderadamente, los malos olores pueden hacerse muy notables y molestos.
¿Hay manera de eliminar los malos olores?
En primer lugar cabe distinguir entre el mal olor derivado de un atasco en una tubería, o bien motivado por el mal estado de los albañales en un edificio, de los “olores a tubería” a los que nos referimos y que no necesariamente tienen matices a putrefacción o materia fecal. Si no hay atasco, comprobaremos que abriendo el grifo el agua se va por el sumidero sin problemas y nos elimina los olores momentáneamente.
Pero al cabo de unas horas regresan, tan pronto como la tubería se queda de nuevo seca, tanto en la cocina como en la pila del baño. ¿Hay alguna solución definitiva? La más definitiva sería cambiar los desagües, ya que parte de la culpa de los atascos se deben a cierto mal estado en las tuberías. Pero sin llegar al tal extremo, hay soluciones intermedias que sí pueden dar resultado, como el truco de la sal de frutas que a continuación te explicamos.
El truco del vinagre y la sal de frutas
Para realizarlo necesitamos un bote de sal de frutas, medio litro de vinagre y un litro de agua. Antes de nada, nos aseguraremos de que el sumidero no ha sido utilizado en una hora. A continuación calentaremos el medio litro de vinagre a unos 70ºC y llevaremos el agua por separado a ebullición. Seguidamente dispondremos un trapo que tape el agujero o rejilla de la salida de olores que se sitúa en la pared de muchas pilas.
Procederemos entonces a echar todo el bote de sal de frutas por el desagüe, seguidamente verteremos el vinagre caliente e inmediatamente taparemos el desagüe durante media hora. De este modo conseguimos dos objetivos a la vez. Por un lado el gas que se formará en la reacción de la sal de frutas con el líquido, presionará a posibles tapones y bolsas de malos olores tubería abajo, ya que es la única dirección en que podrá ejercer la presión.
Por el otro, el vinagre caliente tiene propiedades tanto oxidantes como tensioactivas, con lo que por un lado eliminará hongos y bacterias y por otro deshará posibles restos de jabón y grasas que puedan existir. De este modo habremos eliminado los malos olores y su causa, pero si deseamos que no se repitan en mucho tiempo, sacaremos el tapón a la media hora y aplicaremos con cuidado el agua hirviendo.
Así, el agua terminará de limpiar el sifón y se llevará los restos disgregados previamente por el vinagre. Este truco también se puede llevar a cabo con bicarbonato en lugar de frutas, pero para asegurar su poder expansivo deberemos añadir un porción superior de vinagre, ya que sus radicales ácidos reaccionarán con el vinagre para formar sal, agua y gas carbónico.
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