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No hay duda: el calendario digital, en el móvil o en el ordenador, resulta una herramienta estupenda para apuntar las citas y las reuniones. Pero no hay nada como un buen calendario de pared para decorar tu espacio de trabajo y ayudarte a controlar tu tiempo; sobre todo, cuando iniciamos una nueva etapa o nos preparamos para organizar un nuevo año.
Además, un calendario para colgar puede resultar estupendo para decorar una pared vacía, sobre todo si tiene un tamaño generoso. O en la cocina, para ayudarnos a organizar las tareas semanales. Basta con echar un ojo por Internet para darse cuenta de que sobran las ideas para fabricar un calendario de colgar o de pared. Pero no todas son sencillas ni, admitámoslo, bonitas.
Por eso, hemos hecho una selección con tres criterios:
- que sean propuestas sencillas
- que no nos dé vergüenza colgar en casa (o mejor, que estemos deseando hacerlo)
- que podamos terminar nuestro proyecto en unas pocas horas, ¿este fin de semana?
1. Un calendario gigante de pared con pizarra
Claro que puedes pintar un trozo de pared con pintura de pizarra negra, que (una vez seca) permite escribir sobre ella y borrar, cuando lo necesites, para volver a reescribir encima. Pero, en su lugar, te proponemos pintar un trozo o un tablón de madera con pintura de pizarra, de modo que puedas cambiar la colocación de tu calendario siempre que quieras.
Y si necesitas rellenar un espacio grande, opta por un tablero enorme. Por lo demás: solo queda dibujar la cuadrícula del mes con una tiza de color (te servirá de ayuda una regla, para no torcerte), y escribir los números y los días de la semana correspondientes.
Un consejo: tener cerca de tu calendario un portalápices con varias tizas de color resultará útil para añadir eventos siempre que necesites, y te ayudará a mantener tu calendario lo más actualizado posible.
Este calendario es estupendo para incorporar a un espacio de trabajo en casa; pero, colocado en una pared de la cocina, también resulta útil para organizar las tareas semanales, y que queden a la vista de todo el mundo. Y aquí hay otra versión, con marco y cuadrículas de madera, con un toque rústico, también muy resultona.
2. Calendario de pared: cartulinas y vara de madera
Unas cartulinas rígidas, algo de cuerda, y una vara de madera bonita, o una rama chula que encuentres de paseo por el campo, bastan para montar un calendario de pared con el que recordar en qué día vivimos.
Necesitamos rectángulos de cartulina agujereados con un perforador de papel, y agrupados en cuatro montoncitos:
- el primero, con siete cartulinas, donde escribamos el día de la semana (lunes, martes, etc.)
- el siguiente, con 12, y con los meses del año
- los dos siguientes llevarán los números, del cero al nueve, para crear (entre los dos) el número del mes exacto en el que estás (dos dígitos)
Cada montón se cuelga de la vara de madera con un trozo de cuerda. Y ya puedes colocar tu coqueto calendario en la pared.
3. Calendario fácil con pósit y celo de papel, ¡y sin agujeros!
Si te da pavor agujerear las paredes o, sencillamente, prefieres no hacerlo porque vives de alquiler, este calendario de pared resulta perfecto. Todo lo que necesitas para fabricarlo es un paquete de pósit o de notas adhesivas y un rollo o dos de papel de celo: los hay de muchos colores, y con distintos estampados.
La enorme ventaja de este tipo de celo es que puedes usarlo para crear las cuadrículas del tamaño que quieras: el único límite es tu pared. Además, resulta relativamente barato y muy decorativo: puedes encontrarlo del color y con el diseño que más te guste.
Por lo demás, solo queda escribir en los pósit con un rotulador grueso los siete días de la semana, y colocarlos en orden en la primera fila. Así como escribir los números del mes (del 1 al 30 o al 31; o al 28 o al 29, lo que corresponda) en una esquina del resto de pósit (un número por cada nota adhesiva). Pegamos las notas adhesivas en orden, y bajo el día de la semana que corresponda, y ya está listo.
Un consejo: queda más bonito si usamos colores distintos para las notas adhesivas de la semana y del día del mes. Y, encima de la cuadrícula, podemos escribir el nombre del mes en otro pósit; o en una cartulina de otro color y pegarla con cinta adhesiva. Por lo demás, conviene tener cerca un cubilete de rotuladores, y ya está terminado el calendario, y listo para usar.
Y si el tamaño sí te importa, y quieres llenar una pared vacía con un calendario gigante, pero que no deje marcas, aquí tienes otra versión más grande.
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