¿Por qué los gatos son tan malos bebedores?

Si queremos hacer felices a nuestros gatos, a los pequeños tigretones y tigresas con los que compartimos la vida, no podemos descuidar algo tan importante como asegurarnos de que beben toda el agua que necesitan. El motivo: nuestros gatos aún conservan un lado salvaje, un instinto fuerte que les dice qué deben beber (¿es segura esta agua?) y de dónde: porque cuando eres un gato, no todos los cuencos o recipientes de agua son iguales. Y también importa dónde los coloquemos.

No solo eso: nuestros gatos aún prefieren ingerir la mayor parte del agua con su alimento, como recuerdo a todos mis pacientes en las consultas de comportamiento felino cuando tratamos la alimentación de sus gatos, en especial ahora, que el calor aprieta. Porque que nuestros gatos beban toda el agua que necesitan es fundamental para que se mantengan frescos, pero también sanos: los problemas renales y cistitis son los puntos flojos de nuestros amigos, y que ingieran agua suficiente ayuda a prevenirlos. 

Soy un gato: los genes me dicen que el agua ¡se come!

La herencia salvaje de nuestros gatos ha marcado su alimentación, su paladar, ¡y también el modo de beber agua! Para entenderlo, necesitamos viajar a la sabana africana donde aún habita el gato norteafricano (Felis silvestris lybica), el antecesor salvaje de todos nuestros gatos: ¡también de la bola de pelo y mimos que ahora se apoltrona en tu lado del sofá!

En esta sabana, el agua es un bien escaso. Así que el gato salvaje obtiene mucha de la que necesita de la carne fresca; es decir, de su comida, sobre todo, de ratones. No necesita beber mucho más: sus riñones están perfectamente diseñados para aprovechar muy bien el agua su cena. Esta herencia salvaje continúa en todos los gatos domésticos y caseros.

Ellos, como sus primos salvajes, son muy malos bebedores. Sus genes aún les dicen que el agua se obtiene, sobre todo, con la comida. Y a muchos les cuesta acercarse al cuenco de agua. Por esto, si queremos hacer felices a nuestros gatos, y que estén sanos, no podemos olvidarnos de, además del pienso o las croquetas secas, ponerles en el plato del desayuno, de la comida y hasta de la cena esas latitas de comida húmeda para gatos de calidad que tanto les gusta; ¡y que les hace relamerse los bigotes!

Las hay de atún, de salmón o de pollo. Y las hay con textura de paté o más cremosas, o con trozos de carne que nuestros amigos pueden masticar. Todas estas opciones contienen mucha más agua que el pienso para gatos: en torno al 60%, cinco veces más que las croquetas secas. Casi nada. Y, por eso, les ayudan a obtener el agua que tanto necesitan para estar sanos.

¿Quieres que tu gato beba agua? ¡Abre el grifo!

¡Y hay gatos que solo beben agua del grifo! Y otros, algo menos exigentes o más tolerantes, que aceptan beber del cuenco del agua, pero que corren a beber, y disfrutan mucho, cada vez que abrimos la espita del baño (¡como le sucede a mi gata Frida!). Por mucho que nos parezca raro, este comportamiento gatuno es una conducta felina muy natural, y tiene un motivo evolutivo. ¡Tu gata solo está siendo una gata!

Si vivieran ahí fuera, y tuvieran que depender de sí mismos para sobrevivir, nuestros gatos serían cazadores solitarios, ¡como el felino norteafricano del que ya hemos hablado! Y por pura estrategia evolutiva, resulta sencillo entender que el agua corriente, que circula y se mueve, suele resultar más sana que el agua quieta o estancada, que incluso podría estar contaminada. Y puesto que tampoco bebería donde comen: separemos el agua de la bebida de nuestros gatos.

Ahí lo tenemos: a ojos de nuestros gatos y gatas el agua corriente, como la que sale del grifo del baño es fresca y fiable, más segura que la del cuenco. Conclusión: si nuestra gata corre para subirse al lavabo cada vez que intentamos lavarnos los dientes, abramos un poco el grifo mientras que bebe, ¡y lo pasa en grande!

Y, mejor aun: hagámonos con una fuente de agua para gatos, así nuestros amigos felinos siempre tendrán agua fresca y en movimiento. ¡Nos lo agradecerán a ronroneo limpio!

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