La revista British Medical Journal ha lanzado una nueva palada de tierra en la tumba de Essure, el sistema de contracepción que Bayer compró en 2013 a la empresa norteamericana Conceptus Inc., con la idea de implantarlo globalmente para las mujeres de todo el planeta. Según publica British Medical Journal, un equipo de investigadores del Weil Cornell Medical College ha comparado los datos de 8.048 mujeres que se implantaron Essure y otras 44.278 que se hicieron una ligadura de trompas en el estado de Nueva York entre 2005 y 2013.
Los resultados son demoledores: las portadoras de Essure tienen, al parecer, diez veces más riesgo de sufrir complicaciones postoperatorias que las pacientes de una ligadura de trompas, otro método esterilizador más caro y que implica una cirugía, por lo que debería parecer menos seguro. Pero no es así: es el primer estudio comparado de las dos intervenciones y pone de manifiesto que Essure es notoriamente más inseguro que la ligadura, y que implica una media de 21 operaciones adicionales por cada mil pacientes.
Noticia en todo el mundo
Essure ha sido noticia mundial en el último mes por el panel consultivo -del que ConsumoClaro habló por primera vez en España- al que lo sometió la Food and Drugs Administration (FDA), la agencia federal norteamericana encargada de recomendar o descartar tanto alimentos y fármacos como tratamientos sanitarios en Estados Unidos. La FDA escuchó los testimonios de 660 mujeres que explicaron sus complicaciones, derivadas supuestamente de la implantación de este método, consistente en un muelle de níquel, titanio y acero inoxidable con fibras de poliéster, que se coloca en cada una de las trompas de falopio.
Desde perforaciones a embarazos no deseados, pasando por alergias graves y alteraciones del estado de ánimo fueron relatados. Las pacientes también explicaron que con la retirada de los muelles, cosa que a veces implicó la histerectomía -es decir la extirpación de todo el aparato reproductor- su estado de salud volvió a ser el normal. La FDA, sin embargo, se limitó a recomendar que se restringiese la aplicación del método a pacientes que no presentasen una serie de patologías, entre las que se encuentra la alergia al níquel. Una alergia que afecta al 40% de la población.
Fue la primera palada en la fosa de Essure, aunque la citada agencia federal se mostró, en opinión de las afectadas y de no pocos expertos, excesivamente cauta. Bayer, por su parte, contrapuso en el mismo panel un estudio efectuado a lo largo de cinco años con 364 mujeres en el que se aseguraba un 99% de éxito del sistema. Antes, Bayer únicamente había realizado un único test de larga duración a cinco mujeres durante tres años, a 149 durante dos años y a 281 durante 18 meses. Es decir, una muestra en absoluto científica.
Estadística contra entelequias
Y sin embargo, compró el método hace dos años y recientemente ha inaugurado una fábrica en Costa Rica con la intención de expandir Essure por Centroamérica. Por si fuera poco, la CNN desmontó la validez del estudio presentado por Bayer en el panel, desvelando que había sido pagado por la multinacional y que sus tres investigadores principales estaban, de un modo u otro, a sueldo de esta. Para rematar el estudio de Bayer, una publicación vinculada a la Universidad de Yale lo acusó de sesgado y difuso en sus conclusiones.
Se puede poner en la balanza los testimonios de decenas de miles de mujeres -se calcula que unas 800.000 tienen implantado Essure- hasta que científicamente no se demuestre la relación causal de los mismos y el dispositivo; incluso se puede acusar a estos de “emocionales”, tal como hizo el máximo responsable médico de Bayer en Estados Unidos, el doctor Edio Zampaglione. Pero es imposible cuestionar el peso estadístico de un estudio sobre 55.000 casos en ocho años, y por lo tanto sus conclusiones tienen infinitamente más valor que la entelequia -por no llamarlo 'tomadura de pelo'- que presentó Bayer en el panel.
Essure ya está muerto, es cuestión de tiempo que la FDA se vea en la obligación moral de recomendar su suspensión, porque no puede ignorar la presión social, las evidencias y la realidad moral de que un método al que se le calcula un 12% de malos resultados en pacientes no puede ni debe ser permitido. A este respecto, nos escribió una paciente para asegurarnos que a ella Essure le había funcionado muy bien. Le preguntamos entonces si sabiendo lo que sabe ahora sobre otras mujeres que no han tenido su fortuna, se lo volvería a implantar. Nos respondió que quizá no... El éxito de Essure debe ser una garantía, no una lotería.
Un 'dorado' que no ha sido tal
Essure es un sistema barato, rápido y en principio no traumático de contracepción para mujeres que no quieren tener más hijos. Parecía ideal hace unos años, cuando Bayer lo compró, como sistema estándar de esterilización subvencionada, tanto en países del primer como del tercer mundo. Muchos lo adoptaron; también en España, donde la sanidad pública lo recomienda antes que la ligadura de trompas. Con Essure no hay colas, no se precisan quirófanos, la operación dura minutos y la recuperación es casi instantánea. Y además, es bastante más barato de subvencionar...
Lógicamente, parecía un tratamiento disrruptivo, como el Viagra lo fue para la impotencia masculina, y en consecuencia se antojaba un nuevo 'dorado' si se implantaba en países emergentes donde las mujeres adquieren por primera vez conciencia de sus derechos. Bayer no quiso dejar escapar el invento, tal vez pensando en lo que podría reportar su homologación en China o la India, por ejemplo. Es difícil saber si fue la codicia o una excesiva confianza en el método lo que provocó que no hiciera una valoración científica rigurosa de las consecuencias de Essure.
Última oportunidad para Bayer
Los estudios presentados en su favor apenas se tienen en pie, incluso suenan a burla de mal gusto. ¿Arrogancia, demasiada fe en su capacidad para presionar agencias y organismos estatales? Ahora ya parece tarde para estas preguntas, pero la marea social e informativa contra Essure crece de modo imparable y tarde o temprano será suspendido en Estados Unidos. ¿Qué harán los ministerios de sanidad europeos entonces? ¿Resistirse a la evidencia de la primera potencia mundial y mantener el sistema contra viento y marea?
Es casi seguro que no: Essure será prohibido en el primer mundo y la imagen de Bayer quedará seriamente dañada y cuestionada. De hecho, a Bayer ya se le está poniendo cara de Volkswagen, otra multinacional que ha pasado del orgullo a la vergüenza. A la farmacéutica todavía le queda margen de maniobra para salvar su reputación si toma la iniciativa de retirar preventivamente Essure hasta que otros estudios, independientes, confirmen o desmientan su alto margen de fracaso.
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