Ivan, socio y lector de eldiario.es, nos escribe el siguiente texto en un correo electrónico: “quisiera pediros si podríais explicar en un articulo claramente si la kinesiotape tiene alguna evidencia científica de que funcione o se trata de marketing, como la homeopatía”.
El sistema del kinesiotaping, basado en las cintas de colores kinesiotape, que usan algunos deportistas en distintas partes de su cuerpo, pero especialmente en articulaciones, es un invento de investigadores japoneses y coreanos patentado en los años setenta del siglo pasado y comercializado un el holding liderado por el doctor Kenzo Kase.
Aunque inicialmente fue usado por los deportistas de estos países, no fue hasta los juegos olímpicos de Pekin 2008 que llegó al deporte occidental. Tras estos juegos, las cintas de colores se hicieron mucho más evidentes entre los deportistas de élite globales. Desde David Beckham a Serena Williams, Lance Armstrong, o en el último mundial de Rusia 2018 diversos jugadores de la selección francesa, han usado en diversas ocasiones una kinesiotape, muchas de ellas eventos masivos y televisados.
Beneficios teóricos
La base del tratamiento consiste en unas cintas elásticas de algodón y una sustancia acrílica y transpirable que se adhiere a la piel. La idea, de forma sucinta, es que al colocar la cinta sobre el músculo estirado, cuando este se relaja, la piel inmediatamente por encima se eleva por efecto de la cinta y deja un espacio subdérmico amplio que estimula el drenaje linfático y la irrigación capilar, así como combate la inflamación.
Además libera de presión a los neurorreceptores al levantar la capa de tejido epitelial inflamado, con lo que reducen significativamente los dolores en la zona, por lo que también se ha dado en llamar al kinesiotaping como “vendaje neuromuscular” o “cintas neuromusculares”. Los efectos inmediatos, según sus seguidores y comercializadores, pueden ser numerosos: desde una mayor velocidad de recuperación en lesiones musculares a mejoras en post operatorios -la cinta nunca debe aplicarse sobre una herida no cicatrizada-, reducción del dolor e incluso cura de la fascitis plantar, la epicondilitis o el estreñimiento.
No en vano, el fabricante de las cintas se avino a acordar una indemnización en un pleito en Estados Unidos por casi dos millones de dólares a raíz de una demanda porque en el etiquetado del producto se decía que curaba casi todas las lesiones existentes. Tras el acuerdo, la empresa se comprometió a matizar su etiquetado.
Qué dicen los expertos
El fisioterapeuta Jorge Rodríguez ha publicado una revisión de los estudios sobre la eficacia de la cinta neuromuscular tras la que asegura no haber encontrado ninguna evidencia científica clara de que el tratamiento surta efectos positivos en los distintos ámbitos en que se emplea. No obstante, muchos estudios destacaron ligeras mejoras en materia de dolor, aunque no en los suficientes casos como para extraer conclusiones determinantes.
Rodriguez explica que “esto del kinesiotaping parece haberse convertido en una de esas luchas que no parecen tener fin” y asegura que deja un espacio abierto a la defensa de cualquier postura: “el que quiera pensar que el kinesiotaping funciona, puede decir que hay evidencia (aunque sea pobre, lo cuál normalmente no se dice) de que el kinesiotaping es efectivo; el que esté convencido de que no funciona, se basará en que los estudios no muestran evidencia de calidad suficiente para afirmar que el kinesiotaping funciona”. Finalmente el fisioterapeuta dice que en su opinión no es más que “un gran placebo” y destaca que puede ser útil en tanto en cuando es un vendaje compresivo para tratar lesiones agudas.
El médico Samuel Franco Dominguez, muy crítico con todo tipo de terapias alternativas, publicó en 2009 un texto titulado “Beckham y el kinesiotape” en el que expresaba su escepticismo respecto a este tratamiento e insinuaba que pesaba más el marketing que las evidencias científicas reales. Citaba además una paralelismo con las célebres aletas nasales tan populares entre los deportistas de élite en los noventa.
“El hecho de que algunas estrellas del deporte las usen es suficiente para demostrar su eficacia”, dice Franco. “Igual que pasa con los anuncios que utilizan a un famoso que digo yo si comerá tal yogur o usará realmente la colonia con su nombre o es todo algo para sacar dinero”, prosigue el médico y bloguero, que remata: “El tema es, ¿cobraron Beckham o su fisioterapeuta o quien quiera que fuera quien se lo puso?”.
Finalmente, el fisioterapeuta Rubén Tovar comenta que “la venda es una venda y como 'cosa' no se puede predicar de ella ni que sea científica ni pseudocientifica”. Añade seguidamente que “otra cosa es el método (porque esto del kinesiotaping es un método) en el que se aseveran ciertas propiedades cuando se pegan las vendas de determinada manera”.
“Quiero decir”, prosigue, “que un vendaje puede ser útil allá donde se considere, y esta venda, con sus propiedades elásticas e hidrófilas, pues puede tener cierta aplicación en el mercado, pero el kinesiotaping (el método) es lo que tiene que demostrar ser cierto... Y hasta ahora ha fallado estrepitosamente”, remacha Tovar.
Qué dicen los estudios
Hay bastante material bibliográfico sobre el tema, tanto a favor como en contra, aunque como explica Jorge Rodriguez en su publicación, mayoritariamente los estudios de peso tienen a afirmar que no se encuentran evidencias de su funcionamiento sin llegar a negar ciertos efectos positivos. Por ejemplo, el estudio de 2013 Current evidence does not support the use of Kinesio Taping in clinical practice: a systematic review nos dice que no hay evidencia que soporte el uso de kinesiotaping para el tratamiento de lesiones musculoesqueléticas.
También en 2013, el ensayo A systematic review of the effectiveness of Kinesio Taping–fact or fashion no encuentra evidencia en mejora de la fuerza o del rango de movilidad a largo plazo, con la aplicación de kinesiotaping. Tampoco en desórdenes neurológicos o linfáticos. Por su parte, The clinical effects of Kinesio® Tex taping: A systematic review asegura que no hay evidencia que muestre que el kinesiotaping es beneficioso.
Otro estudio, en este caso de 2014, Kinesio taping in musculoskeletal pain and disability that lasts for more than 4â
weeks: is it time to peel off the tape and throw it out with the sweat? A systematic review with meta-analysis focused on pain and also methods of tape application, concluye que podría ser mejor que una intervención mínima para el tratamiento del dolor crónico, pero sentencia que no hay evidencia de que sea superior a ningún otro tratamiento para aliviar el dolor.
En 2015 la revisiónTHE EFFICACY OF TAPING FOR ROTATOR CUFF TENDINOPATHY: A SYSTEMATIC REVIEW AND METAâANALYSIS advierte de que hay un alto riesgo de conflicto de intereses en los estudios analizados y además, dice que hay insuficiente evidencia para afirmar que el kinesiotaping sea eficaz para el tratamientos de las tendinopatías del manguito rotador.
En resumen, por el momento los pocos estudios y revisiones de peso existentes al respecto no permiten asegurar que el kinesiotaping tenga los efectos buscados a pesar de su gran desarrollo comercial y mediático.
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