MaaS, la movilidad urbana como servicio que no termina de llegar a España

Darío Pescador

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Es probable que dependas de tu coche para desplazarte, en mayor o menor medida. Especialmente en el caso de las familias, el vehículo privado sirve para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio, hacer la compra, irse de viaje de vacaciones o de fin de semana.

El número de coches en España ha aumentado en un 10% en la última década, hasta más de 500 por cada 1.000 habitantes, sin embargo, en las grandes ciudades está descendiendo tanto el número de vehículos como de conductores, según datos de la DGT

Para una persona que no tiene vehículo propio en una ciudad, la movilidad se convierte en un rompecabezas en el que se combinan diferentes medios de transporte. Por ejemplo, alguien puede usar el tren para desplazarse al trabajo, y usar una bicicleta eléctrica de alquiler por minutos para el trayecto entre la estación y su casa. Aquí es donde entra en escena MaaS.

MaaS comodidad, menos coche privado

La movilidad como servicio (MaaS por sus siglas en inglés) es una solución tecnológica que permite a las personas utilizar diferentes medios de transporte sin necesidad de tener vehículo en propiedad, combinando transporte público y servicios privados, con un servicio único y un pago único. 

Por ejemplo, si para llegar a un lugar debemos tomar un autobús y después un patinete eléctrico, en lugar de tener que localizar, reservar y pagar por cada modo de transporte por separado, una plataforma MaaS nos permitiría planificar y reservar el viaje de puerta a puerta mediante una única aplicación móvil. Los viajeros pueden también pagar más fácilmente, por uso o por suscripción, de la misma forma que pagamos por el teléfono.

Muchos países y ciudades europeas están empezando a invertir en transporte público y otras alternativas que pueden hacer esto mucho más sencillo. París ha construido nuevas líneas de tranvía y autobús y está ampliando su red de metro.

La red de alta velocidad en España conecta cada vez más ciudades. Ámsterdam ha creado más de 200 kilómetros de carril bici y Copenhague ha instalado casi 20.000 pasos de peatones y ciclistas. 

Todas estas iniciativas están facilitando y haciendo más asequible desplazarse sin tener que depender del coche propio. Esto no sólo evita atascos y accidentes en carretera sino que también reduce la contaminación y mejora la salud y la calidad de vida de los ciudadanos. Falta una sola cosa: conectarlo todo para hacer la vida más fácil a los usuarios.

La noción de una red de transporte multimodal conectada digitalmente se debatió en 2012 en una conferencia que tuvo lugar en San Francisco, California, titulada “E-Mobility as a Service”. Ya entonces se pensó que la conectividad en tiempo real que ofrecían los teléfonos inteligentes podía ayudar a optimizar los desplazamientos.

Algunas de las primeras iniciativas de MaaS se pusieron en marcha en Finlandia y Suecia en aquellos años. Una de las ventajas del sistema es que anima a probarlo a personas que normalmente no utilizan el transporte público.

Por ejemplo, la plataforma de Londres ofrece un programa de “prueba antes de comprar” que permite a la gente probar diferentes modos de transporte antes de comprometerse a utilizarlos regularmente. Esto ayuda a reducir el estigma asociado al uso del transporte público y puede facilitar que la gente pase a utilizarlo más a menudo.

Los servicios de MaaS también tienen ventajas cuando se visita otra ciudad. La aplicación puede facilitar los desplazamientos sin necesidad de un conocimiento detallado de la red de transporte público, y permite ahorrar mucho dinero.

La Asociación Foro de Nuevas Tecnologías en el Transporte, ITS, tiene un proyecto llamado ERTICO que aúna a más de 120 instituciones y empresas, desde fabricantes de coches hasta ayuntamientos. La intención es crear un sistema paneuropeo de movilidad que reduzca el número de coches en las carreteras y al mismo tiempo incentive el uso del transporte público y lo haga más eficaz. 

Aplicaciones MaaS que puedes descargar ahora

La aplicación más parecida a un sistema MaaS, sin serlo, y que utiliza casi todo el mundo, es Google Maps, que ofrece distintas alternativas y combinaciones de transporte al buscar un destino, e incluso se conecta con servicios como FreeNow, Uber o Cabify para pedir un taxi. Pero además hay otras aplicaciones que permiten planificar el transporte en ciudades de toda Europa, incluidas las españolas:

  • Citymapper ofrece una plataforma MaaS que permite planificar viajes utilizando varios modos de transporte, como el transporte público, la bicicleta, los coches, motos, biblicletas y patinetes de alquiler por minutos, y los desplazamientos a pie. La aplicación se integra con los horarios del transporte público y proporciona a sus 50 millones de usuarios actualizaciones en tiempo real sobre los cambios de ruta y los retrasos. 
  • Moovit tiene más de 400 millones de usuarios en todo el mundo y es la aplicación más usada. Como la anterior ofrece diferentes alternativas para los desplazamientos, empezando en la red de transporte público, con actualizaciones en tiempo real. y además conectándose con la mayoría de los servicios de alquiler de vehículos por minutos.

Ninguna de estas aplicaciones permite por el momento unificar el pago desde la app, por lo que las reservas se tienen que realizar en la aplicación correspondiente de cada servicio. No ocurre así con Jelbi, la app de transporte de Berlín que auna los servicios de metro y autobús, el operador ferroviario Deutsche Bahn, y los servicios de scooters eléctricos, coches compartidos o bicicletas más usados en la ciudad.

Jelbi se basa en una plataforma de MaaS de origen finlandés llamada Trafi, que también implantará un servicio similar en Munich. Las empresas Siemens y Everis, en colaboración con Renfe, anunciaron el año pasado un plan para desarrollar una plataforma en España que incorpore los trayectos en tren y los desplazamientos dentro de las ciudades.

El gran desafío es conseguir aunar los intereses de las redes de transporte público dependientes de ayuntamientos y gobiernos regionales con las empresas privadas que ofrecen servicios de alquiler de vehículos y conseguir que todos puedan gestionarse unificadamente.

Teniendo en cuenta que las redes dependen de distintas administraciones, como por ejemplo en Madrid, donde los autobuses dependen del Ayuntamiento y el Metro del gobierno de la Comunidad, el proceso puede ser complejo de navegar políticamente. 

Las aplicaciones de MaaS son también un reto para los fabricantes de automóviles porque amenaza con quitarles su base de clientes que quieren un coche propio, pero también les ofrece una oportunidad, que ya han empezado a explotar, para invertir en el desarrollo de servicios de coches compartidos y formar parte del sistema.

La siguiente revolución llegará con los vehículos de conducción autónoma, aunque según Accenture no llegarán hasta 2030, pero podrían darle la vuelta a lo que entendemos como movilidad y poner el último clavo en el ataúd del vehículo privado. Las cosas pueden ponerse muy interesantes muy pronto.

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