¿Demasiadas plantas y poco espacio en casa? Cojamos aire, porque hay un concepto que resuelve el problema: la pared vegetal. Por mucho que vivamos en espacios urbanos cada vez más estrujados, esto no implica tener que renunciar al placer de rodearse de plantas o de habitar una jungla urbana, una tendencia (#jardinvertical, #verticalgarden) que los milennials de entre 20 y 30 y tantos años han elevado a la categoría de boyante negocio.
Y montar una pared vegetal en tu salón o en una pequeña terraza o balcón no tiene por qué resultar complicado ni caro. Aquí tienes cuatro pasos para empezar.
1. ¿Qué es un jardín vertical?
La jardinería vertical es el arte de exprimir el espacio vertical para cultivar y colocar plantas. A partir de aquí, no hay más reglas: puedes utilizar una estantería para crear tu jardín vegetal o montar unas baldas para organizar tus plantas de interior y aprovechar los pocos metros cuadrados de tu salón. Otra idea consiste en colocar tus plantas sobre cajas de madera ocupando la pared; o aprovechar un zapatero colgante con bolsillos. Y hasta puedes montar una pared vertical con palés y macetas en esa pared tristona de tu terraza que pide a gritos algo de alegría.
¿La ventaja? El jardín vertical nos permite rodearnos de plantas y abrazar sin tapujos la tendencia de la jungla urbana, si eso es lo que queremos. Y sin que vivir en un piso pequeño suponga un impedimento.
2. Encuentra el sitio adecuado para tu pared vegetal
El mejor sitio para tu montar una pared vegetal en tu salón dependerá del tipo de plantas que quieras colocar. Aunque la inmensa mayoría de las plantas prefieren una pared cercana a una ventana luminosa, que reciba luz generosa todo el año. La regla general es esta: busca una pared con, al menos, entre tres y seis horas de luz directa al día.
Pero si pretendes instalar una pared vegetal con plantas comestibles (por ejemplo, aromáticas como la albahaca), necesitarás más luz: entre seis y ocho horas. Y tendrás que regarlas: por eso, asegúrate de que tu pared vegetal resulta accesible, ya que la mayoría de las plantas agradecerán al menos un riego a la semana (o más); y si las colocas demasiado altas no podrás cuidarlas como necesitan para estar felices.
Otra consideración: si vas a montar tu jardín vertical en interior (por ejemplo, en el salón), evita colocar tus plantas encima o cerca del radiador, ya que secaría la tierra y el calor podría machacar las raíces.
3. Escoge tus plantas verticales: decorativas o comestibles
Hay muchas plantas decorativas estupendas para formar parte de tu pared o jardín vertical dentro de casa. Aquí van algunas que suelen funcionar bien: filodendros, potos, aglaonemas, algunas plantas del género Ctenanthe o las calateas. Todas ellas son especies que puedes probar en una pared vegetal de interior o en un jardín vertical que planees montar en tu salón.
Si tienes dudas, sáltate la timidez, y pregunta en tu vivero o tienda de plantas cuáles son las mejores candidatas para llenar tu pared vegetal.
Ahora bien, si lo que quieres es hacerte una pared de plantas comestibles o huerto urbano vertical dentro de casa, las opciones se restringen; ya que las hortalizas suelen necesitar un sistema de raíces bien desarrollado para crecer. No está todo perdido: puedes probar con la lechuga, la espinaca o, en general, cualquier aromática (albahaca, menta, perejil, romero o tomillo). Si buscas algo con fruto, no vayas más allá de las fresas o de una mata de tomates cherri.
4. ¿Y para la terraza? Póntelo fácil: llénate de hiedras
¿Y para la terraza? Hay muchas opciones para cubrir una pared exterior tristona con plantas, y darle ese empujón vegetal de vitalidad y alegría que pide. Pero la opción más facilona y económica es, por unanimidad, la hiedra. Aun así, no es la única alternativa: hay rosales que cubren estupendamente, y crecen en altura.
Y para una pared exterior que mire al norte, una buena opción puede ser una hortensia trepadora como la Hydrangea petiolaris. Mientras que el jazmín estrella o Trachelospermum jasminoides estará feliz en un espacio urbano protegido, y puedes colocarlo en una maceta grande, de unos 70 litros, tanto al sol como en sombra parcial. No solo te alegrará las vistas y llenará tu espacio de vida: también invadirá la casa de un dulce olor cada vez que abras la ventana.
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