Los frutos secos son uno de los grupos de alimentos más completos en la actualidad. Su alto valor energético y la facilidad con la que pueden ser consumidos los ha convertido en una de las mejores alternativas a la hora de planificar una dieta. No obstante, cada uno tiene unos aportes nutricionales diferentes, por lo que no todos se deben ingerir en las mismas situaciones.
Consumir un alimento en exceso suele estar contraindicado por producir desequilibrios nutricionales en nuestro organismo. Sin embargo, es posible cuadrar el consumo de los diferentes frutos secos para sacarle el máximo provecho a cada uno. En este caso, hay un alimento que destaca por encima del resto -sobre todo si te preocupa la salud cardiovascular-, y no es otro que las almendras. Estas cuentan varios nutrientes que contribuyen a minimizar los riesgos de sufrir enfermedades del corazón.
La importancia de las almendras en la dieta
Las almendras llegaron a Europa de la mano del Imperio Romano, que durante su expansión a lo largo del continente desarrolló el comercio con asiáticos y árabes, principales exportadores del producto. A partir de ahí, los romanos las expandieron por todo su territorio hasta llegar a gran parte del viejo continente, popularizándose a lo largo de los siglos.
En la actualidad, las almendras son uno de los frutos secos más consumidos del mundo. Entre sus características destaca la capacidad para reducir el colesterol de tipo LDL -comúnmente conocido como colesterol malo- y aumentar el colesterol de tipo HDL -o colesterol bueno-.
El colesterol es uno de los componentes más pasados por alto y uno de los más peligrosos de no ser controlados. De esta forma, el consumo de almendras puede reducir los riesgos de aterosclerosis, ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares, entre otros.
Además, este tipo de fruto seco también tiene un gran contenido en vitamina E, magnesio y proteínas. De esta forma, se vuelve un alimento útil tanto para las dietas de reducción de peso como para las de aumento de peso.
En el caso de las primeras, la ingesta controlada facilita la bajada de peso gracias a su alto contenido proteico, que promueve la saciedad y a su aporte energético, que ayuda en la realización de ejercicio físico.
Por otro lado, las almendras destacan por ser un gran aliado en las dietas de aumento de peso por su facilidad en el consumo y su elevado aporte calórico, permitiéndonos ingerir alrededor de 200 calorías con tan solo un puñado de este alimento.
Además, las almendras también son una gran alternativa para diabéticos gracias a su contenido en magnesio y su bajo índice glucémico, que facilita el control de los picos respecto a los márgenes de azúcar en sangre, manteniendo así estables los niveles de glucosa.
En general, las almendras son un alimento recomendado por su alto valor nutritivo, ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares, aunque también óseas en menor medida. Pese a que estas destacan por su contenido calórico, algunos de sus principales nutrientes son:
- Proteínas
- Grasas, principalmente monoinsaturadas
- Carbohidratos
- Magnesio
- Calcio
- Fósforo
Otros frutos secos buenos para el corazón
Las almendras no son el único fruto seco con cualidades útiles para conservar la salud cardiovascular, ya que por sus características comunes, gran parte de ellos contribuyen a cuidar el corazón. Sin embargo, no todos lo hacen al mismo nivel.
Por ejemplo, las nueces son una de las principales fuentes de Omega-3, un componente vital para cuidar la salud cardiovascular, volviéndolo una alternativa coherente a las almendras. Además, su consumo también reduce los niveles de colesterol malo y destacan por ser un superalimento para el cuidado del cerebro.
Si no te gustan ni las nueces ni las almendras, los pistachos son una alternativa diferente y saludable, que te permitirá cuidar el corazón gracias a que contienen L-arginina -que reduce la rigidez de las arterias y facilita la circulación- y son altas en fibra.
Aunque los frutos secos sean una gran fuente de nutrientes y su consumo sea recomendado, este debe llevarse a cabo con moderación, ya que un alto consumo podría suponer un aumento calórico excesivo además de un desajuste nutricional.
Por otro lado, es recomendable revisar el método de preparación antes de comprar frutos secos. De esta manera, podremos evitar comprar frutos secos tostados con aceites procesados que pueden resultar dañinos para nuestro organismo.
Además, es recomendable informarse sobre las cantidades de azúcar y sal que presentan dichos frutos secos, ya que en ocasiones, estos se comercializan con abundancia de estos elementos, alterando el sabor y resultando perjudicial para la salud. Lo más aconsejable, sin duda, es consumirlos al natural. En su defecto, puedes comerlos tostados, tratando de huir de aquellos especialmente salados o con azúcar.