En los últimos años, los parches detox para pies se han convertido en un producto popular en varios países del mundo, incluyendo España. Su premisa es que, estimulando los puntos de reflexología y la circulación sanguínea, consiguen aliviar los dolores de cabeza, embellecer la piel y mejorar la salud en general. Supuestamente lo hacen eliminando toxinas y metales pesados, pero ¿qué hay de cierto en estas aseveraciones? Pues solo humo, como veremos.
El argumento
Los defensores de estos productos esgrimen que, según la medicina tradicional china, nuestro organismo tiene más de 360 puntos de acupuntura, 60 de los cuales se concentran en las plantas de los pies. Sus escritos indican que cuando la sangre circula hacia dichas zonas del cuerpo, el parche puede absorber toxinas liberadas desde los puntos de acupresión. La circulación de la sangre y los fluidos linfáticos alcanzarían su punto más distante en las plantas de los pies antes de ser “bombeados” de regreso a las partes altas del cuerpo.
Esta curiosa explicación incluso ha sido asumida por dos artículos, elaborados por el grupo del doctor Swati Hardainiyan1, de la Jayoti Vidyapeeth Women’s University (India), y por los doctores Chetan Ghulaxe y Rameshwar Verma, del GRY Institute de Pharmacy, Borawan (también en India). Aunque cabe señalar que el segundo texto es una copia literal del primero.
Contra toda evidencia
¿Hay algún argumento científico que lo sostenga? Las vías de detoxificación en el cuerpo humano son la piel (a través del sudor y el sebo), el hígado y la vesícula biliar (bilis), los riñones (orina), los pulmones, el sistema linfático (linfa) y los intestinos (heces). Sin embargo, la contribución de la piel plantar es mínima si la comparamos con la de la bilis, la orina y las heces.
Entre la infinidad de parches que se comercializan, muchos de ellos incluyen ingredientes como el vinagre de bambú, el vinagre de madera, la turmalina y el eucalipto. El oscurecimiento que aparece al usarlos (presuntamente producido por una acumulación de compuestos tóxicos) se debe, con probabilidad, al vinagre de madera, que produciría ese ennegrecimento cuando los parches reaccionan con la humedad liberada por el contacto prolongado con la piel.
El estudio que dio la puntilla a estos productos provino de un grupo interdisciplinar de la Mansoura University en Egipto y el Ministerio de Salud de Arabia Saudí, que analizó su capacidad para expulsar del cuerpo metales como el plomo, el cadmio, el mercurio, el arsénico, el selenio, la plata, el talio y el antimonio.
Para comprobarlo reclutaron a 53 personas de ambos sexos, con edades comprendidas entre 18 y 64 años. Tras ponerles los parches, se procedió a recogerlos por la mañana y analizarlos. Sus resultados reflejaron que no existían diferencias significativas en el contenido de metales pesados entre las mediciones efectuadas antes y después de la aplicación de los parches. Solo hubo una excepción: sí se registró un aumento significativo de antimonio.
Últimas noticias: los parches no funcionan
El periodismo de investigación también ha desacreditado los supuestos beneficios de esta pseudoterapia. Así, un periodista del programa 20/20 de la cadena americana ABC llevó a cabo tres pruebas para examinar su eficacia.
En primer lugar, comprobó que los parches efectivamente se oscurecían después de estar puestos toda la noche en los pies, pero eso también ocurrió al verter agua destilada sobre otros sin usar.
En segundo lugar, los análisis de laboratorio no revelaron una presencia significativa de metales pesados ni disolventes comunes en los parches de ocho voluntarios a los que se sometió a examen. Y finalmente, el periodista solicitó a las empresas comercializadoras evidencias científicas para respaldar la eficacia de sus productos, pero no las proporcionaron.
Por su parte, la reportera Sarah Varney, de la cadena de radio KQED en San Francisco, hizo que su marido usara estos parches por la noche y luego los llevó a un laboratorio para analizarlos. Así constató que la presencia de metales pesados era la misma que en los parches nuevos. Después hizo la prueba de poner agua hirviendo sobre uno de ellos, que también se ennegreció.
Publicidad engañosa
En 2009, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos acusó a una de las compañías que vendían este producto de publicidad engañosa. Sus anuncios aseguraban que eliminaban metales pesados, desechos metabólicos, toxinas, parásitos, productos químicos e incluso la celulitis. Y además, se vendía como un producto para tratar la depresión, la fatiga, la diabetes, la artritis, la presión arterial alta y el sistema inmunológico debilitado.
El juez federal al que se asignó el caso prohibió a la empresa promocionar o vender cualquier suplemento dietético, alimento, medicamento o dispositivo médico, o que ayudaran a otros a hacerlo. Los demandados también aceptaron una multa de 14,5 millones de dólares, el equivalente a los ingresos totales de la venta de estos parches, pero se declararon insolventes para pagarla y la sentencia se suspendió.
En conclusión, creer que utilizando estos parches podemos desembarazarnos de los compuestos tóxicos que circulan por nuestro organismo no tiene ni pies ni cabeza.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Puedes leerlo aquí.