Mi perro lo destroza todo, ¿debo castigarle para que aprenda?

Eva San Martín

9 de febrero de 2021 06:00 h

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Ni las zapatillas, ni la butaca de madera, ni el cojín se han quedado sin mordisquear. Si llegas a tu casa, tu perro ha destrozado todo, y lo primero que haces es preguntarte qué hacer, te equivocas: “Lo primero que hay que resolver es el porqué”, explica la etóloga clínica Virginia Rueda

Un perro puede destrozar la casa porque está solo, y esté aburrido. “Esto es más común si se trata de un cachorro que necesite mucha estimulación”, añade la etóloga. Pero hay otros muchos motivos que pueden acabar con su camiseta hecha trizas.

Otras veces lo que ocurre es que tu perro o tu perra sufre ansiedad por separación, un trastorno clínico que les hace sufrir y pasarlo muy mal cuando se quedan solos. De hecho, no solo los perros lo padecen: a pesar de su malinterpretada fama de ariscos, los gatos también sufren el síndrome de ansiedad, y nos echan de menos. 

Si tu perro ha experimentado un momento de miedo, por ejemplo, porque ha habido gritos fuertes o explosiones como petardos (un evento que aterroriza a muchos), la respuesta de tu amigo ante ese miedo también puede ser destruir lo que tenga a mano. O a pata. Es decir: puede que haya destrozado tu camiseta preferida por puro miedo y, sencillamente, porque era lo que más cerca tenía para mordisquear y aliviarse la ansiedad. 

¿Qué hago si el perro destroza? Usa una cámara de vídeo 

Por mucho que valores tu vieja camiseta, toma aire: los destrozos o mordisqueos más que el problema, en realidad, son el síntoma de un dilema interior. Y como el perro no puede hablar (aunque a veces juraríamos que sí, y haga auténticas proezas por entenderte), nos toca tirar de detectivismo perruno: es decir, analizar su comportamiento con ayuda de un experto, en este caso, de un etólogo canino. 

“Lo primero es poner una cámara de vídeo y grabarlo cuando está solo; de esta forma, podemos saber exactamente qué ha ocurrido antes y después del destrozo, y cuál es su comportamiento”, incide Rueda. Después, lo mejor que puedes hacer por tu amigo o amiga, es llamar a un etólogo canino. 

Y pide ayuda profesional 

Si los destrozos son por falta de estimulación, la solución o el tratamiento puede resultar más sencillo. Es decir, en los casos más leves, puede ayudar aumentar el tiempo de paseo con tu perro, hacerlo más estimulante a través del juego o permitirle que olisquee a su antojo y se relacione con otros congéneres. 

También los rompecabezas o puzzles de comida son una gran ayuda en estos casos. Estos artilugios exigen que el perro tenga que trabajar para conseguir su comida, es decir, manipular con su hocico o sus patas ciertas partes del juguete para que aparezca una croqueta de pienso. [Hace un tiempo te contamos más consejos para preparar a tu perro a quedarse solo en casa]. 

Aun así, la cuestión es más perrunamente retorcida de lo que parece, y puede haber un montón de causas detrás de los destrozos. “Si es un cachorro, el destrozo puede ser motivado por el juego y la exploración natural, y hay que saber cubrir esa necesidad”. 

Eso quiere decir redirigir el mordisqueo hacia objetos más adecuados, con juguetes caninos que sean seguros“, anota la etóloga Rosario Galtier. Pero si se trata de una ansiedad por separación, el problema es mucho más complejo, y entonces requiere la ayuda de un profesional, coinciden las expertas. 

El castigo no es la solución

Ahora bien, ¿qué hacer cuando llegas a casa y te encuentras todo patas arriba? Lo primero: coger aire. “Y después, recogerlo todo”, incide Rueda. Cuando te repongas del destrozo, y ya que has entendido que tu perro no lo hecho para molestarte, hay que encontrar la causa y poner un tratamiento. 

En el momento de llegar a casa, el castigo no vale de nada. Ni tu perro va a entender por qué le gritas o estás enfado, ni vas a resolver nada. “Si castigas a tu perro al llegar a casa, sencillamente, no va a aprender que estás enfado porque ha destrozado; al contrario, lo que aprende es que estás enfadado cuando llegas a casa”, afirma la etóloga canina. 

Tampoco son para nada recomendables (ni ahora ni nunca) los collares de descargas eléctricas, advierte Rueda. [Hace un tiempo te contamos por qué no debes usar un collar eléctrico con tu perro.] Tu perro o perra no atribuye tu enfado a lo que ha hecho, sino a tu llegada por la puerta. 

Y peor: “Estarás destrozando el vínculo que puedas tener con tu perro”, concluye. Ya lo sabes: cuando llegues a casa, si te encuentras un destrozo, lo más efectivo es lamerse las heridas. “Te enfadas contigo un rato, lo arreglas, recoges el estropicio y buscas ayuda”, concluye Rueda. 

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