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¿Te da un vuelco el corazón cada vez que cierras la puerta de casa para ir a la oficina, y dejas dentro a tu perro o gato? O tal vez tengas la impresión de que tu jornada laboral mejoría de forma sustancial si tuvieras cerca a tu amigo peludo preferido; o si pudieras pasear o acariciarlo durante la hora de la comida. Pues bien: la ciencia te da la razón, te conviene llevar a tu perro a la oficina.
Los estudios demuestran que tener cerca a nuestros perros (y gatos, si lo tuyo es el teletrabajo; porque los felinos llevan fatal los cambios de entorno) reduce la ansiedad en la oficina, aumenta la productividad y nos ayuda a afrontar mejor tareas potencialmente estresantes. Incluso, puede ayudarnos a hablar mejor en público.
De hecho, llevarse al perro al trabajo resulta una iniciativa cada vez más frecuente, tanto que cuenta con un día internacional; que este año se celebró el pasado lunes 21 de junio (oficialmente Día mundial de llevar al perro al trabajo) o el 25, para el Take your dog to work day, en el mundo anglosajón.
Y hay empresas grandes como Purina que incluso tienen un programa para ayudar a otras compañías a transformar sus espacios laborales en sitios más amables con los perros (o dog-friendly). A este respecto, los beneficios terapéuticos de tener cerca a nuestro perro (o gato) mientras trabajamos son innegables, y han sido bien estudiados y documentados.
“Los perros, sobre todo, nos ayudan a rebajar la ansiedad, ya que el simple hecho de acariciar a un perro nos ayuda a secretar oxitocina, una hormona que nos proporcionan bienestar y reduce el nivel de estrés”, afirma la psicoterapeuta Fabiana Lemos. Los científicos que han investigado los efectos de llevarnos al perro a la oficina hacen observaciones similares.
En 2012, un estudio realizado en Estados Unidos analizó el nivel de estrés en los empleados de una fábrica; y determinó que estos trabajadores experimentaron niveles de estrés significativamente más bajos cuando podían ver, hablar y acariciar a sus perros durante la jornada laboral.
Otra investigación de 2019, de la Universidad de Jaén, analizó la influencia de tener cerca a nuestro perro cuando nos enfrentamos a una tarea potencialmente estresante y que requiere una cierta concentración, como puede ser hablar en público.
“Nuestro estudio sugiere que cuando estamos acompañados por un perro durante la realización de una tarea estresante, percibimos la situación con menos ansiedad y también se reduce nuestra frecuencia cardiaca”, afirma David Ordóñez, coautor de esta publicación, y coordinador del máster en Intervención asistida con animales de la Universidad de Jaén.
Beneficios de llevarte a tu perro al trabajo
Existen tres beneficios esenciales de llevar a nuestros amigos perrunos a trabajar, dice Ordóñez: “Primero, cuando acariciamos a un perro se produce una descarga de oxitocina de manera natural (la llamada hormona del amor), y hay una rebaja de cortisol, la hormona que controla los procesos de estrés; estos dos procesos combinados logran que nos sintamos mejor, algo que puede beneficiarnos a nivel laboral y aumentar nuestra productividad”, señala Ordóñez, fundador de Perruneando.
En segundo lugar, el perro es capaz de derrumbar barreras personales y aumentar la empatía, lo que favorece que percibamos a las otras personas de un modo más amable y cercano. “Por último, en los entornos con un perro, existe un ambiente de relajación general, de distensión, que se contagia entre los profesionales que están trabajando en ese momento”, añade Ordóñez.
Un extremo que parece confirmar un estudio realizado en 2019 en un hospital londinese: el personal de enfermería afirmó que la presencia de los perros de terapia asistida no solo benefició el tratamiento de los pacientes, sino que también tuvo un efecto positivo en el ambiente laboral entre los profesionales, y les ayudó a realizar con menos estrés sus tareas de enfermería.
En cualquier caso, “todos estos estudios nos dicen que introducir un perro en un entorno poco habitual, como es nuestro trabajo, nos ayuda a humanizarlo; ya que lo convierte en un espacio más amable para todos, incluidos los trabajadores”, concluye Ordóñez.
Muchos beneficios, pero asegúrate de que tu perro quiere acompañarte
Aun así, la psicóloga Lemos se pregunta si el perro obtiene los mismos beneficios que tú al acompañarte al trabajo. “Tener un perro inmovilizado durante el tiempo que estamos trabajando puede ser un despropósito, sobre todo, si nos dedicamos a una actividad sedentaria dentro de una oficina o si trabajamos en una fábrica con una carga horaria importante”, advierte.
Por eso, la psicoterapeuta cree que podemos plantearnos otras opciones para que nuestro amigo no pase tanto tiempo solo, como encontrar un buen paseador canino; o contar con la ayuda de algún vecino o familiar.
Ordóñez comparte la inquietud; pero cree que la decisión de llevarte o no a tu amigo peludo a la oficina (si es posible) depende mucho del perro (si está educado o acostumbrado a ello), y también de tu entorno laboral.
En cualquier caso, el experto insiste en que hay que asegurarse de que seguimos un protocolo de bienestar, que incluye tener en cuenta cuál es el número de horas que trabajamos y de si nuestro perro estará a gusto. También de si podemos asegurar que tendremos tiempo de descanso suficiente para ofrecerle los paseos que necesita.
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