¿Es bueno que el perro duerma en tu cama?
Noches peludas y de hocicos húmedos. A muchos nos gusta dormir con perros (y gatos) y la mitad de los peludos se cuelan en el edredón, según una encuesta realizada en Estados Unidos. Mientras que otros se preguntarán si dejar subir al perrete a la cama es tan buena idea como parece, los expertos afirman: no hay una única respuesta. “Siempre que no tengas un problema de alergia, dormir con el perro no es ni bueno, ni malo; más bien es una decisión personal”, opina David Menor, veterinario doctor en Etología, profesor de la Universidad de Córdoba y editor de la revista especializada Pet Behaviour Science.
La ciencia no se pone de acuerdo: hay estudios que sostienen que dormir con el perro nos ayuda a descansar mejor, mientras que otros aseguran todo lo contrario. Hay gente que es incapaz de dormir con el perro en la cama, mientras que otras personas están encantadas. Por eso, la decisión es muy personal; por ejemplo, si eres una persona muy calurosa, a lo mejor no es la mejor idea dormir con tu amigo peludo pegado al cuello.
Sin embargo, otras personas estarán encantadas de sentir el hocico de su amigo en mitad de la noche. Es importante descansar: “Por eso, si no duermes cuando tu amigo se sube a la cama, el primer consejo es no dejarle subir por las noches”, apunta Tomàs Camps, presidente del Grupo de etología clínica de la Asociación de veterinarios españoles especialistas en pequeños animales (Avepa) y director de Etovets.
Ahora bien, si le preguntas a tu perrete si quiere subir a la cama, seguramente sacudirá la cola de pura felicidad y responderá que sí encantado. “Al perro le gusta estar con las personas; por eso, si a la familia no le importa, descansamos bien y el perro quiere dormir en la cama o estar en nuestra habitación, no hay absolutamente ningún problema”, incide Camps. Ni el perro se va a sentir a sentir superior, ni tiene por qué aparecer ningún problema de comportamiento. “Por dejarle dormir en la cama tampoco vamos provocarle una ansiedad por separación, ni va a hacer que el perro se comporte de un modo agresivo”, incide el etólogo clínico.
Eso sí: para que todo salga bien, hay algunas condiciones. La primera: sé consecuente; o le dejas siempre subir a la cama, o no le dejas nunca. No estaría bien, por ejemplo, dejarles subir cuando a ti te parece bien o te apetece y no dejarle cuando duerme contigo tu pareja. O que después de un tiempo durmiendo contigo, decidas que ya no puede. Esta situación es frecuente cuando vamos a tener un bebé e incluso hay veces que se le prohíbe entrar en la habitación.
Si le hemos dejado durante tres años que duerma con nosotros y luego un día, de la noche a la mañana, le decimos que ya no puede, el perro no va a entender ese cambio y es posible que no lo lleve bien. Esta inconstancia genera frustración en tu camarada peludo, una emoción negativa que le hace sentir mal. Y con ella, pueden aparecer problemas de comportamiento.
Mientras que hay perros que se resignan sin más y aceptan esta frustración, otros no lo llevan tan bien “y pueden responder de forma agresiva, gruñir o incluso intentar mordernos cuando los queramos bajar de la cama”, anota Camps. Conclusión: ni es bueno, ni es malo dormir con el perro. Pero la decisión tiene que ser consensuada con toda la familia y ser constante: o le dejas subir siempre o no le dejes subir nunca.
El juego de la señal (y sin castigos)
Una alternativa: dejar subir al perro a la cama con una señal por medio de la cual le das permiso para subir. Sirve una mantita o una pauta vocal. Con práctica y paciencia, Camps asegura que puedes enseñar a tu amigo peludo a subir a la cama solo cuando tú quieres. “En este caso, siempre está condicionado por el hecho de que se dé una señal: una mantita encima de la cama o decirle 'sube' con la voz”, explica. De este modo, tú controlas cuándo puede subir a la cama y también sirve para el sofá.
“Cuando no está la señal presente, es decir, cuando no hay mantita, entonces no puede subir”. Esto también puedes trabajarlo si le das acceso a la cama solo durante algunos momentos: por ejemplo, si el perro duerme en su propia cama, pero por las mañanas puede subir a la tuya. Pero si te encuentras al perro encima de la cama o del sofá cuando no debiera, no le castigues, ni le riñas. Al revés, hay que invitarle a bajar: decirle “baja”, y cuando esté abajo, recompensarle con un premio. Eso sí: si intenta subir de nuevo, puedes decirle: “no puedes subir”. Y volver a recompensarle por hacerlo bien.
Cómo explicarle que ya no puede subir a la cama
Si el perro duerme en la cama y vas a tener un niño o por cualquier otro motivo decides que tu amigo ya no debería dormir contigo, tienes que planificarlo. “Antes de tener al bebé o que llegue cualquier otra situación que justifique el cambio de criterio, hay que empezar a trabajar con tiempo para que tu perro lo entienda mejor”, anota Menor. En caso contrario, puede crearse una asociación negativa con el bebé o con tu nueva pareja.
Hay que hacerlo de manera progresiva y siempre a través de premios. “Si quieres que el perro duerma en su propia cama es importante que no lo tome como un castigo porque le costaría más trabajo entender la nueva situación”, explica el doctor en Etología. Lo primero es conseguir que tu amigo comprenda que ese sitio es bueno, y cuando está en él le van a pasar cosas buenas. El objetivo es que sea tu perrete quien quiera echarse en su propia cama. Para lograrlo, cuando esté en su camita, dale un premio de vez en cuando o unas gustosas caricias.
¿Pero es higiénico dormir con él o ella?
“Si el perro está desparasitado, vacunado y la persona no tiene alergia, no tiene por qué constituir un problema desde el punto de vista sanitario”, afirma Menor. Eso sí: ten en cuenta que tu perrete tiene mayor contacto con el suelo que tú; sobre todo con las patas y la boca. Por eso, cuando dejamos al perro dormir con nosotros hay que saber que podemos estar metiendo microorganismos en la cama que de otro modo no estarían.
Aún así, matiza Menor, el riesgo es relativo, porque lo normal es que el perro no se meta dentro de la cama, bajo las sábanas, sino que se eche encima. Eso sí: si el perro duerme contigo, conviene cambiar las sábanas y colchas con mayor frecuencia.
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