¿Tiene beneficios para la salud echar picante a las comidas?
La comida picante es una parte muy valorada de varias culturas: el popular kimchi de Corea del Sur, el curry de la India o el chile de México son solo algunos ejemplos. Pero el picante es una sensación, más que un sabor, que percibimos a través de unas terminaciones nerviosas receptoras del dolor: los nociceptores.
La sensación de ardor que notamos cuando tomamos un alimento picante se debe a la presencia de compuestos químicos como la capsaicina –presente en los pimientos picantes– la piperina (pimienta negra) y la alicina (un componente del ajo y la cebolla crudos), que son los que provocan la sensación de quemazón en nuestros receptores.
Una mirada general al mapa de las comidas picantes nos informa de que, cuanto más caluroso es el clima, más picante es la comida. Una de las hipótesis para explicar esta realidad es que cuando comes alimentos picantes, sudas más y, por tanto, te refrescas más.
Pero hay otras más convincentes. Una de las más aceptadas es que las especias tienen propiedades antimicrobianas y ayudan a proteger a las personas de la carne y otras materias proteicas que se echan a perder con bastante rapidez en un clima cálido.
Pero más allá de estas dos hipótesis, cabe decir que distintos estudios destacan que añadir picante a las comidas tiene varios beneficios para la salud en diferentes campos.
Los beneficios de echar picante a la comida
En muchos casos, los beneficios de algunos picantes se deben en gran parte a la capsaicina, la razón por la cual la comida picante lo es tanto. Es el ingrediente que eleva la temperatura central del cuerpo lo que, a su vez, permite que este queme calorías más rápido. Y también está relacionada con beneficios como:
Vivir un poco más
Comer chiles podría tener un efecto antiinflamatorio, antioxidante y regulador de la glucosa en sangre gracias a la capsaicina. Los registros dietéticos de más de 570.000 personas en Estados Unidos, Italia, China e Irán muestran que las personas que consumen ají tiene una reducción del 26% en la mortalidad cardiovascular y un 23% por cáncer.
El estudio dice que las personas que consumen alimentos picantes de seis a siete veces por semana reducen en un 14% el riesgo de morir de forma prematura.
Perder peso
Se ha observado un efecto reductor del hambre y termogénico (aumento del gasto de calor) tras la ingesta de capsaicina. Una revisión de 20 estudios de investigación encontró que esta puede ayudar a quemar unas 50 calorías adicionales al día.
Otros estudios, sin embargo, indagan sobre si realmente puede servir como coadyuvante en tratamientos de pérdida de peso. Aunque debemos vigilar con esta premisa porque, por muy picante que sea, si ingerimos una salsa contundente, el efecto no será el deseado.
Facilitar las digestiones
Muchas hierbas aromáticas y especias picantes, cuando se usan como condimento, tienen propiedades digestivas. Las sustancias picantes ayudan en la secreción de ácido clorhídico en el estómago, lo que facilita la digestión.
Un estudio encontró que la capsaicina puede aumentar el flujo sanguíneo al revestimiento del tracto gastrointestinal y protegerlo de posibles daños. Además aumenta los movimientos peristálticos facilitando las evacuaciones.
La misma sensación que nos aporta la capsaicina también la podemos encontrar en otras como la piperina, que se encuentra en el pimiento negro y el jengibrey la allicina, presente en el ajo y la cebolla crudos.
El picante también tiene riesgos
Algo que está claro es que la comida picante no es apta para todo el mundo, bien porque no la toleran o porque puede conllevar algún problema. Uno es la asociación que se ha hecho con la aparición de problemas digestivos como malestar estomacal y diarrea.
Según una investigación, la capsaicina consumida en abundancia puede irritar el revestimiento del estómago después de ingerirla. Algunos de los síntomas de un consumo alto de capsaicina son náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, en la mayoría de los casos, estos aparecen cuando ya hay otros problemas como reflujo ácido, síndrome del intestino irritable y enfermedad inflamatoria intestinal. Por tanto, los alimentos picantes no suelen causar problemas, pero sí los pueden agravar si ya existen.
¿Por qué algunas personas toleran mejor el picante que otras?
Los amantes de la comida picante no suelen nacer con afinidad por la salsa picante. Más bien esta se adquiere con el tiempo. Esto explicaría por qué las personas de algunos países como India parecen tener una tolerancia más alta a los alimentos picantes: los han consumido desde edades muy tempranas.
En estos países, donde están acostumbrados a comer picante, sus consumidores llegan a tolerar chiles de hasta 20.000 en la escala Scoville. En la Unión Europea, en cambio, alimentos como los pimientos de Padrón, con 5.000 SHU, ya nos provoca un fuerte ardor en la boca.
La escala Scoville mide la cantidad de capsaicina en un pimiento y le asigna una clasificación numérica en Unidades de Calor Scoville (SHU). Se basa en la concentración de capsaicina, que es la responsable de la sensación de ardor cuando toca la lengua o la piel.
La calificación numérica se asigna en función de la cantidad de veces que se tiene que diluir la solución para eliminar el calor. Por ejemplo, los chiles jalapeños tienen una calificación Scoville de 10.000, lo que significa que una solución de jalapeños tendría que diluirse 10.000 veces antes de neutralizar el calor. Cuanto más alta es la calificación, más picante es el alimento.
La capsaicina pura tiene una clasificación de entre 15 y 16 millones de unidades de calor Scoville. Si quieres quitarte la sensación de ardor, la ciencia confirma que la mejor manera de aliviarte es beber leche porque la caseína reemplaza los receptores de capsaicina y alivia de manera rápida la sensación abrasadora en la boca.
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