Cómo poner las freseras en la terraza para tener fresas todo el verano
Hincarle el diente a una fresa jugosa, recién recogida, es un placer como pocos. Y, para disfrutarlo, podemos ahorrarnos el viaje al súper: comer fresas de nuestra terraza es tan sencillo como conseguir una planta, colocarla al sol, y esperar a que llegue el verano para que saque esos deliciosos frutos dulces, que parecen gominolas. Una recompensa sabrosa a cambio de un poco de esfuerzo. Muy poco.
Cómo plantar fresas en una maceta, ¡gratis! (o casi)
Lo más sencillo para comer nuestras propias fresas es conseguir pequeñas plantas, que podemos comprar en viveros fiables o, mejor aún y más barato: pedírselas a alguien cercano que ya tenga fresas en su casa.
Las plantas de fresa son generosas: una vez que se asientan en su maceta, sacan numerosos tallos rastreros, que se arrastran por el suelo (técnicamente, llamados estolones); y que sirven para propagar o multiplicar nuestras plantas de fresa con mucha facilidad.
En contacto con la tierra, estos tallos crean raíces; y cada trocito de tallo, si lo cortamos y lo separamos de la planta madre, lo podremos transformar al año que viene en una nueva planta de fresa.
Por eso, aunque hagamos ahora una pequeña inversión, y gastemos unos cuantos euros en una o dos plantas de fresa decentes, a cambio, el año que viene tendremos bastantes más plantas de fresas. ¡Y más fruta gratis!
¿Quieres comer muchas fresas de tu terraza? Busca el sol
A las fresas les gusta el sol. Por eso, el primero paso es asegurarse de escoger un lugar soleado en el balcón, de la azotea o de la terraza. Con nuestra pequeña planta de fresa en la mano, solo necesitamos una maceta o un recipiente poco profundo, y con agujeros de drenaje, para que salga el agua sobrante y que la planta no se encharque.
Llenamos la maceta de tierra orgánica de jardinería o de compost de buena calidad, hacemos un agujero, colocamos dentro nuestra planta de fresa. ¡Y ya esta! Una precaución: hay que asegurarse de no enterrar la corona de la planta de fresa, esto es, la parte donde los tallos se unen con las raíces.
Si esta zona queda enterrada, al regarla, existen muchas posibilidades de que la planta acabe por pudrirse. Por eso hay que asegurarse de que esta corona asome en la maceta. Pero sin exagerar: si colocamos la planta de fresa, sin más, sobre la tierra, las raíces se secarán. A las raíces sí les gusta, y necesitan, el contacto con la tierra.
Ideas para colocar fresas en la terraza, balcón o azotea
La fresa resulta una planta magnífica para tener en recipientes de todo tipo: vale una maceta, una jardinera más alargada y hasta podemos colocarlas en bolsas de cultivo. Incluso hay macetas específicas para las fresas, de terracota, altas pero con varios agujeros, pensadas para colocar varias plantas. ¡Y que, con suerte, acabará por completo rodeado de bonitas fresas colgantes!
Otro recipiente estupendo para colocar plantas de fresa en un balcón o en la terraza son las cestas colgantes: y, cada vez que salgamos este verano a la terraza, podremos coger una fresa y disfrutar de su sabor dulce.
O, más barato todavía: podemos reutilizar botellas de plástico para hacer maceteros colgantes, o crear un jardín vertical y comestible. Si colgamos las botellas de una pared de la terraza, a diferentes alturas, podremos colgar un buen puñado de plantas de fresa, por muy escaso que sea el espacio. ¡Y de este modo, todas obtendrán el sol que tanto les gusta para crecer felices!
Y si tenemos espacio suficiente o jardineras grandes, podemos colocar más plantas en el mismo recipiente, siempre que respetemos una regla básica: dejar unos 40 centímetros de separación entre ellas.
Cómo comer fresas de nuestra terraza, ¡durante meses!
Nuestra planta de fresa necesita comer, y nos dará más fresas si tiene suficiente tierra de calidad, mejor orgánica y sin turba: unos cuatro litros por planta. Además, las fresas que plantemos serán más sabrosas si tienen agua o humedad suficiente.
Por eso, para disfrutar de la explosión dulce que buscamos, conviene mantener el suelo húmedo, pero no encharcado. Es más; si les falta agua, las plantas tirarán sus flores: pura economía doméstica vegetal. ¡Y nos quedaremos sin comer las fresas que tanto ansiamos!
Por último: cuándo recoger estos frutos deliciosos. Una vez que las fresas están rojas por todas partes, esperemos un día más antes de hincarles el diente; ¡así maximizamos su sabor! Eso sí; una vez recogidas, intentemos comerlas cuanto antes, para que no se echen a perder.
Y poco más: las fresas caseras saben deliciosas tal cual, frescas, jugosas y recién recogidas. O con helado o crema. Y, si no damos abasto, y nuestras plantas nos regalan más fresas de las esperadas, siempre podemos hacer una deliciosa mermelada. O congelarlas, ¡y disfrutar de todo ese sabor veraniego incluso durante los meses fríos!
Tres modelos de macetas freseras para nuestra terraza urbana
Maceta fresera de barro rustica exterior e interior 35 x 35 cm, con agujero para plantar. Fabricada en barro de Puente del Arzobispo y cocida a 1035ºC, lo que le da una dureza y resistencia especial; no se deteriora ni se pone blanca con el paso del tiempo.
Fresera de barro cocido dispuesta verticalmente en tres niveles. Al no estar barnizada se puede pintar al gusto.
Ulikey 2Pcs Bolsas de Cultivo de Fresa
Bolsa de cultivo que está hecha de material no tejido de alta calidad, respetuosa con el medio ambiente y duradera, en tela transpirable y con buena función de drenaje. Además, esta bolsa sembradora tiene un diseño de asa que le permite colgar al aire libre o en un balcón, lo que la protege contra el riego excesivo y reduce todas las enfermedades de hongos e insectos.
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