Remedios caseros para curar orzuelos, inflamación e infecciones oculares: qué dicen los oftalmólogos

Alrededor del 80% de la información que recibe nuestro cerebro es visual. De hecho, tanto es el poder de nuestra vista y del cerebro que este último es capaz de procesar las imágenes que llegan a través de nuestros ojos en tal solo 13 milésimas de segundos, como demuestra un estudio del Massachusetts Institute of Technology publicado en la revista Attention, Perception & Psychophysics.

Prestar atención y cuidar con delicadeza nuestra salud ocular, sobre todo ahora que estamos tan expuestos a pantallas y a otros factores que la perjudican, es imprescindible. Lo es todavía más cuando en nuestros ojos aparecen orzuelos, inflamación y otras infecciones oculares.

¿Qué tipos de orzuelos existen?

Existen varios tipos de orzuelos. Según explica a elDiario.es la doctora Elena Pardina, oftalmóloga de HLA Clínica Montpellier, “el externo es una infección generalmente bacteriana en forma de protuberancia pequeña, roja y dolorosa en la base de las pestañas, en el folículo piloso y las glándulas de Zeis y Moll adyacentes y que a los días puede abrirse espontáneamente y drenar pus mejorando los síntomas”. El orzuelo interno, por su parte, “es una infección de las glándulas de Meibomio productoras de grasa. Aparece una protuberancia roja y dolorosa en la cara interna del párpado, que externamente puede verse como una inflamación generalizada del mismo”, continúa.

Por último, añade la oftalmóloga, “el chalazión es una oclusión no infecciosa de una glándula de Meibomio, los síntomas inflamatorios son muy leves, puede producir visión borrosa y se forma un nódulo no doloroso en el párpado. Generalmente drenan o se reabsorben espontáneamente en semanas o meses”.

¿Cuáles son las inflamaciones e infecciones oculares más comunes?

Como aclara Pardina, “en los párpados las más frecuentes son la blefaritis y la disfunción de las glándulas de Meibomio, que cursan con rojeces, escamitas en las pestañas, picor o escozor y a veces sensación de ojo seco o como de tener arenilla”.

Uno de los motivos más frecuentes de inflamación ocular es la conjuntivitis, provocando “ojos rojos, picor, escozor y lagrimeo o legañas más o menos densas por distintas causas: alérgicas (sobre todo ahora en primavera) o víricas (haciendo que sea muy contagiosa)”, recalca la oftalmóloga.

También existen otras inflamaciones o infecciones algo menos frecuentes: “Infecciones de la vía lagrimal o dacriocistitis, los abscesos corneales (muy importante usar correctamente las lentillas y no abusar de ellas para prevenirlos), las epiescleritis o las uveítis”, explica.

Remedios caseros para curarlos, ¿sí o no?

Existen infinidad de trucos caseros para aliviar o eliminar los síntomas de los orzuelos, chalazión, blefaritis y otras afecciones, pero no todos son igual de válidos y beneficiosos.

Por ejemplo, aplicar un algodón con manzanilla caliente en el ojo es uno de los remedios más comunes, ya que a esta planta se le atribuyen múltiples beneficios para la salud como su capacidad antiinflamatoria o desinfectante. Sin embargo, estos no son productos esterilizados y existen estudios como el publicado en la Revista de la Facultad de Medicina de México que afirman que sus componentes pueden provocar irritación y alergias oculares.

De hecho, esta y otras soluciones como aplicar un algodón con vinagre de manzana diluido con agua tibia o calentar una cucharilla y ponerla sobre el ojo son remedios que “pueden funcionar en algunas personas por la propia resolución espontánea de la enfermedad o porque se aplica calor, que sí es beneficioso”, explica la oftalmóloga.

Además, cabe añadir que estas y otras medidas como utilizar una llave hueca fría, que aparentemente puede aliviar el dolor y la inflamación, es contraproducente ya que, como afirma Pardina, “tratar una zona infectada con un objeto que puede no estar limpio no es recomendable porque podemos agravar la infección”.

¿Cómo debemos eliminar y tratar estas afecciones?

Aunque según Pardina “ninguno de estos trucos mencionados es recomendable”, sí existe uno tradicional que sí aprueban oftalmólogos para curar orzuelos y aliviar otras afecciones como ojos resecos, infecciones de los párpados como blefaritis y chalaziones, etc.

Hablamos de aplicar compresas, paños o gasas a temperatura tibia sobre el ojo. El beneficio de esta técnica se debe a que el calor puede servir como drenante y ayudar a que se expulse el pus del orzuelo y mejorar otras infecciones e inflamaciones.

Para ello, podemos aplicar el calor sobre el ojo en forma seca o húmeda entre 3 o 4 veces al día, con cuidado de que no esté muy caliente, dejándolo entre cinco a 10 minutos.

Como recomienda Pardina, “en este caso es importante asegurarse de que el paño esté limpio cada vez que se usa, aunque es preferible usar unas gasas o compresas estériles y desecharlas una vez aplicado el calor”.

En el caso concreto de los orzuelos, además de la importancia de no apretarlos o pincharlos, “podemos mejorar su estado realizando un masaje suave del borde del párpado, siempre lavándonos previamente las manos. Esto ayuda a abrir las glándulas obstruidas y disolver el contenido retenido facilitando su eliminación”, explica la oftalmóloga.

En prácticamente todas estas afecciones es recomendable “realizar una limpieza diaria de los párpados con toallitas oftálmicas y utilizar lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados y prevenir o tratar la sequedad ocular”, recalca.

A eso debemos sumar no tocarse los ojos, mantener limpias las manos y no utilizar lentillas, aunque debido a la delicadeza de esta zona es recomendable acudir al oftalmólogo, sobre todo en los casos en que no tenemos la certeza y seguridad de qué es lo que nos ocurre.

Además, en todos los casos es imprescindible no utilizar pestañas postizas o cualquier otro tipo de producto cosmético en el ojo, como el maquillaje. Respecto a este último, después de sufrir el brote es imprescindible desinfectarlo o desecharlo y, por supuesto, no compartirlo con otras personas.

De hecho, existen investigaciones como la publicada en el American Journal of Ophthalmology en la que compartir productos de maquillaje como el delineador o las sombras de ojos se asoció significativamente con conjuntivitis positiva.