¿Cómo sé si mi dispositivo está protegido en la playa o en el campo?
Este será un verano anómalo para la inmensa mayoría, de hecho ya lo está siendo. Pero lo que seguramente no cambiará es que necesitaremos salir de casa para tomar el aire y relajarnos, ya sea en el campo, los embalses, las pozas o la playa. Y para esos días de salida a exteriores nos llevaremos nuestros móviles, nuestros lectores de libros electrónicos y nuestras cámaras fotográficas.
Dichas salidas implicarán para estos y otros dispositivos electrónicos un riesgo adicional al exponerse a la arena, el polvo, las salpicaduras de barro o el agua del mar, elementos todos ellos que pueden impedir el buen funcionamiento del aparato si este no cuenta con la pertinente protección, diseñada por el fabricante.
Tranquilos, en general la mayoría de aparatos de una calidad media para arriba, cuentan con un grado de protección alto frente a los riesgos citados. Pero, ¿cómo sabemos cual es el nivel de protección de nuestro dispositivo? Hay un estándar acordado por la industria para cuantificar los grados de protección, que se rige por la norma CEI (Comisión Electrónica Internacional) 60529.
Grado de protección IP
La misma determina que mediante el acrónimo IP (Ingreso de Protección) y dos dígitos, uno para las partículas sólidas y otro para los líquidos, se indicará en la carcasa del aparato, o en el libro o página de garantías y especificaciones del producto, el nivel de resistencia a los elementos de un dispositivo electrónico.
El grado de protección IP se indica como IPXX, donde la primera X corresponde a una escala del 0 al 6 que determina la resistencia a las partículas sólidas, y la segunda X indica en un rango del 0 al 8 si el aparato es resistente a los fluidos, de modo que 0 sería “nada resistente” y 8 sería “sumergible a la presión y tiempo que indique el fabricante”, según las normas CEI 60529.
Si el segundo dígito indica un 7, significa que el aparato es “sumergible a 1 metro durante 30 minutos” y en caso de ser 6 es “resiste chorros muy potentes de agua”. De ahí para abajo se considera que el aparato debe chorros de agua normales (5 y 4), agua nebulizada (3 y 2) y gotas de lluvia (1).
Por su parte el primer dígito, el referente a la resistencia a partículas, mide la protección frente a partículas de diferentes tamaños. Así, el 6 es “protección completa frente al polvo”, el 5 “protección frente al polvo”, 4 es “protección frente a partículas iguales o menores a 1 mm”, el 3 es “protección frente a partículas iguales o menores a 2,5 mm”, el 2 es “protección frente a partículas iguales o menores a 12,5 mm”. El 1 “protección frente a partículas iguales o menores a 50 mm” y el 0 es “ausencia total de protección”.
Por descontado estos números, resultado de rigurosos tests, sirven para orientar al consumidor pero los fabricantes siempre aconsejan que no sometamos los dispositivos a este estrés. En la página de indicaciones de grados de protección de los distintos aparatos de Apple puede leerse: “la resistencia a las salpicaduras, al agua y al polvo no es permanente y puede disminuir como consecuencia del uso habitual”. Adicionalmente, si alguna de las protecciones no ha sido testada por el fabricante, aparecerá como una X. Por ejemplo IP6X, resistente a polvo pero no testado en agua.
¿Qué resistencia debe tener cada dispositivo?
La OCU ha elaborado una breve guía del IPXX que debe tener los distintos dispositivos según el uso que les vayamos a dar.
- Para la asociación, los móviles deben oscilar entre IP67 e IP68 para estar plenamente protegidos en la playa o en excursiones al monte.
- Los smartwatches y pulseras de actividad que se usen en deportes acuáticos deben ser IPX8 o IP68.
- Respeto a lectores de libros electrónicos, lo ideal es que estén entre IP65 e IP67, por si se nos caen al agua.
- Y en cuanto a cámaras fotográficas, deben ser como mínimo resistentes a la entrada de tierra, salpicaduras y el sudor, esto es IP54 para arriba.
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