Capacidad física vs. bienestar

Ramón P. Villaamil / Ramón P. Villaamil

5 de octubre de 2015 17:51 h

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Días atrás, leía en una revista especializada un artículo sobre el creciente número de empresas que están desarrollando programas de bienestar corporativo para sus empleados. En los dos ejemplos que se detallaban, los servicios ofrecidos por la empresa se concentraban en el cuidado de la nutrición, tanto en el comedor como en las máquinas de vending de la empresa, y en la oferta de servicios de ejercicio y de deporte tradicional. Y todo ello iba acompañado de una comunicación en la que se veía a una pareja que rondaba la treintena corriendo en ropa de deporte ajustada y luciendo unos cuerpos espectaculares.

Que el rendimiento en el trabajo y en la vida en general está asociados al bienestar de las personas está demostrado y es un dato de sentido común. Pero ¿dónde pone que una persona con una alta capacidad física rinde más en el trabajo y en la vida que una persona con una capacidad física normal? Todavía se confunden con mucha facilidad conceptos como la capacidad física, la estética y el bienestar.

Podemos definir el bienestar como un equilibrio entre vitalidad física y serenidad mental. Bajo esa perspectiva, una persona puede tener un alto nivel de bienestar y una capacidad física normalucha. Igualmente, un maratoniano tendrá una gran capacidad física, pero esto no le asegura en absoluto tener un alto nivel de bienestar. De hecho, el estrés, la depresión o la ansiedad pueden ser sus principales enemigos.

La gran mayoría de las personas no pertenecen al grupo de los enfermos ni al grupo de los absolutamente “sanos”. El bienestar de ese gran grupo de personas depende de factores que abarcan muchas más cosas que su capacidad física: ¿cómo duermen?, ¿respiran suficiente aire fresco?, ¿reciben la iluminación natural necesaria?, ¿saben relajarse?, ¿reciben algún masaje terapéutico?, ¿tienen herramientas para trabajar sus actitudes ante la vida y buscar su satisfacción?, ¿y sus relaciones con los demás?, ¿saben protegerse de los tóxicos?

Una persona de mediana edad, con algo de sobrepeso, puede disfrutar de un altísimo nivel de bienestar. Estará bien que ejercite su cuerpo y cuide razonablemente su alimentación, pero podemos estar hablando de alguien que trote 20 minutos y procure prestar algo de atención a las ensaladas y la fruta en su dieta. Sin alardes.