Está claro que cada hogar es un mundo, con rasgos y condiciones que los hacen distintos unos de otros. Aunque también hay cosas que nos unen y en las que todos podemos encontrar alguna dificultad y, por tanto, necesitar soluciones similares. Uno de esos obstáculos puede ser cómo secar la ropa en invierno para conseguir que no quede ni un rastro de humedad. La humedad en la ropa es muy molesta.
Dificulta que se sequen nuestras prendas al cien por cien, lo que genera malos olores. Si la guardamos así en cajones o estantes de los armarios, lo único que conseguiremos es empeorar la situación, ya que esa humedad puede expandirse al resto de ropa que tenemos organizada en el armario e, incluso, a largo plazo generar moho y estropear nuestras prendas.
Por supuesto, no será lo mismo en una vivienda con cinco miembros que en otra en la que convivan solo dos personas. Una casa con terreno donde podamos contar con un amplio tendedero al aire libre bien oreado, o un piso sin terraza en el que solo podamos tender la ropa en una de las pequeñas ventanas que dan a la galería o patio de luces.
Tampoco estará en las mismas condiciones una persona que resida en alguna de las ciudades más húmedas o lluviosas de España, que otra que viva en alguna de las regiones más al sur, con menos días mojados y más horas de sol.
Toma nota de estas recomendaciones
Aun así, todos tenemos que enfrentarnos a algunos días, semanas o meses con mayor concentración de humedad en el ambiente, o días de lluvia. Así que vamos a darte unas pautas para que no tengas que guardar tus prendas húmedas y que la costosa tarea de hacer la colada no se te termine atragantando más de la cuenta.
- Para empezar, si en la zona en la que vives es muy húmeda o está lloviendo, lo que puedes hacer es tender dentro de casa. Tienen que darse también algunas condiciones para que puedas hacerlo: para empezar, necesitas espacio; además de una temperatura estable en el interior de la vivienda. Si también hay mucha humedad, puede tardar mucho en secarse la ropa y terminar con ese desagradable olor a humedad que queremos evitar a toda costa.
- Si tu casa es muy pequeña y no tienes espacio de sobra, puedes encontrar distintas opciones en el mercado de tendederos plegables y móviles con muchas formas y tamaños. Los hay incluso verticales. Así que con mucha probabilidad podrás encontrar uno que se amolde a tus circunstancias. Una vez hayas se haya secado la ropa, podrás guardarlo en algún rincón de la casa sin que moleste al paso. Evita colocarlo en estancias donde puedan absorber malos olores, como la cocina.
- Otra opción es situar la ropa cerca de algún radiador para tener una fuente de calor directa. Esta fórmula es muy efectiva pero tienes que evitar ponerla encima de los radiadores, es peligroso y podemos tener un accidente. Si queremos situar la ropa lo más cerca posible de los radiadores para aprovechar esta fuente de calor sí que hay una forma de hacerlo, con tendederos para radiadores. Están diseñados para poder engancharlos a los radiadores. Además, nos permite colocar más prendas en un mismo espacio y de una forma mucho más organizada.
- Otra posibilidad es la de utilizar tendederos eléctricos: tienen la misma forma que un tendedero tradicional pero la ventaja es que se enchufan a la red eléctrica y desprenden calor, por lo que las prendas se secan más rápidamente.
Antes de tender la ropa
Te vamos a apuntar otros consejos que puedes poner en práctica pero antes de tender la ropa, para que la saques de la lavadora en un estado que facilite el proceso de secado:
- Utilizar un lavado corto es uno de estos consejos, ya que suelen llevar aparejados centrifugados más rápidos y la ropa saldrá mucho más escurrida, por lo tanto necesitará menos tiempo para secarse una vez la hayamos sacado de la lavadora.
- No servirá de nada escoger un tipo de lavado determinado si luego no podemos sacar la colada inmediatamente después de terminar su lavado. Si dejamos la ropa mucho tiempo dentro del tambor una vez finalizado el programa cogerá más humedad irremediablemente.
A la hora de tender la ropa también hay algunos aspectos a tener en cuenta. La forma en la que tendamos nuestras prendas afectará también a su secado. Hay que tenderlas de manera que queden lo más extendidas posible. Si las dejamos dobladas sobre el tendedero tardarán mucho más en secarse. Esto sucederá sobre todo en ropa de baño o de cama, mucho más gruesa y amplias. Si dejamos toallas o sábanas dobladas en el tendedero el proceso puede eternizarse.
Este paso tiene doble importancia pues la forma en la que tendemos nuestra ropa y la de casa también nos facilitará -o todo lo contrario- el paso final de guardar nuestra ropa.
Cuanto más extendida esté, menos arrugas tendrá, y menos prendas tendrán que pasar por la tabla de planchar antes de que podamos guardarlas o utilizarlas de nuevo; por lo que tener un poco de cuidado puede ahorrarnos mucho tiempo.
Otra cosa a tener en cuenta es el tipo de pinza que usamos, y dónde la colocamos en la prenda para no arruinarla, pues en ropa más delicada es fácil que la marca persista. En el caso de camisas, vestidos u otras prendas delicadas, un método infalible es colgarlos de una percha. Secarán pronto y además los podrás guardar directamente sin una arruga.
En el caso de que vivas en una zona con muchísima humedad y con lluvias en otoño e invierno sin tregua, otra opción es usar la secadora. Las encontramos como máquinas independientes y también las hay que están integradas en la lavadora. Aunque siempre hay que hacer un consumo responsable pues es otro gasto de energía, hay temporadas en las que puede ser un recurso muy útil. En especial en hogares con personas que trabajan con uniforme y tienen que tenerlo siempre disponible o en familias con niños, que siempre acumulan más cantidad de colada.