La salud de nuestro pelo es una medida de nuestra salud en general, y esto incluye no solamente el cabello, sino el pelo de las cejas y las pestañas. Los productos para estimular el crecimiento de cejas y pestañas han ganado popularidad en los últimos años, en parte debido al deseo de destacar estas áreas del rostro y enmarcar la mirada. La efectividad de estos productos, sin embargo, depende en gran medida de los principios activos que contienen, así como de factores individuales como la genética y el ciclo de crecimiento capilar.
Productos para cejas y pestañas
En el mercado se encuentran principalmente dos tipos de productos para el crecimiento de cejas y pestañas: los que contienen compuestos químicos derivados de análogos de prostaglandinas y aquellos basados en extractos vegetales y vitaminas.
Los análogos de prostaglandinas, como el bimatoprost o el isopropil cloprostenato son compuestos que en su origen se desarrollaron para el tratamiento de enfermedades oculares, como el glaucoma. Sin embargo, uno de sus efectos secundarios era el crecimiento de las pestañas, lo que llevó a su uso en cosmética.
Estos compuestos actúan al prolongar la fase anágena o de crecimiento del folículo piloso, lo que contribuye a un aumento de la longitud y, en algunos casos, del grosor del vello. Algunos estudios han encontrado que productos con bimatoprost pueden aumentar significativamente la longitud de las pestañas en un período de 12 a 16 semanas. No obstante, su uso prolongado también puede tener efectos secundarios, como irritación ocular, oscurecimiento de la piel en el área de aplicación y, en casos raros, cambios en la pigmentación del iris.
Por otro lado, están los productos que se basan en ingredientes naturales o menos agresivos, tales como péptidos, aminoácidos, vitaminas y aceites vegetales. Estos ingredientes no estimulan directamente el crecimiento del vello como lo hacen las prostaglandinas, sino que buscan mejorar las condiciones de los folículos para un crecimiento más saludable.
Por ejemplo, los péptidos como el tripéptido de cobre-1 pueden favorecer la síntesis de colágeno y otros componentes estructurales en el área de las cejas y pestañas, haciendo que el vello se mantenga fuerte y menos propenso a caerse. Asimismo, las vitaminas como la biotina y el pantenol se incluyen para mejorar la salud del vello existente y optimizar su ciclo de crecimiento. Sin embargo, la evidencia de la efectividad de estos ingredientes en el crecimiento de pestañas y cejas es limitada y, en su mayoría, se basa en estudios de pequeña escala o en propiedades teóricas de los ingredientes.
El aceite de ricino, un producto natural comúnmente utilizado, se ha asociado durante mucho tiempo con el crecimiento del vello, aunque los estudios científicos que respalden su efectividad en cejas y pestañas son escasos. Este aceite contiene ácido ricinoleico, que podría tener propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, creando un entorno favorable para el crecimiento del vello. Sin embargo, no estimula directamente el folículo de la misma manera que los análogos de prostaglandinas.
En general, los productos para el crecimiento de pestañas y cejas suelen presentarse en forma de suero o gel en pequeños envases con aplicadores de precisión, similares a los de un delineador líquido o máscara de pestañas. La forma de uso recomendada es aplicar una pequeña cantidad en la línea de crecimiento de las pestañas o directamente sobre las cejas, generalmente una vez al día, por la noche. La aplicación nocturna permite que el producto actúe mientras la piel descansa y minimiza el riesgo de contacto accidental con los ojos.
Se aconseja que el área esté limpia y seca antes de la aplicación para asegurar una mejor absorción. Es importante no exceder la cantidad recomendada, ya que un exceso de producto puede aumentar el riesgo de efectos secundarios, y evitar tocar otras áreas del rostro, para prevenir la dispersión del suero fuera de la zona deseada.
Cuidado con los efectos secundarios
Los efectos secundarios de los análogos de prostaglandinas a nivel molecular se deben a su acción sobre los receptores específicos de prostaglandinas, conocidos como receptores FP, presentes en varios tipos de células en la piel y los tejidos oculares.
Estos compuestos imitan la acción de las prostaglandinas naturales, que regulan procesos como la inflamación y la pigmentación. Al activar estos receptores en las células del folículo piloso, las prostaglandinas prolongan la fase de crecimiento del vello, pero también pueden desencadenar respuestas no deseadas.
Por ejemplo, la activación de los receptores en los melanocitos (las células responsables de la pigmentación) puede oscurecer tanto la piel del área de aplicación como, en algunos casos, el iris. Además, al ser moléculas que también influyen en la vasodilatación y en la respuesta inflamatoria, pueden provocar enrojecimiento, inflamación y cambios de pigmentación en tejidos sensibles como los párpados y la conjuntiva del ojo.
Otro de los efectos secundarios de los análogos de las prostaglandinas, conocidos por su uso para el tratamiento del glaucoma, es la atrofia de la grasa periorbitaria, es decir, la pérdida de la grasa que rellena las pestañas, lo que puede dar el aspecto de ojos hundidos.
Los productos naturales, aunque más seguros, no tienen el mismo respaldo en cuanto a efectividad en el crecimiento, y su principal función es mejorar la salud del vello existente. La elección entre un producto u otro dependerá de las expectativas y del nivel de compromiso del usuario, ya que los productos naturales suelen requerir un uso prolongado y no siempre ofrecen resultados visibles a corto plazo.