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Cómo transformar un hueso de aguacate en una planta

Cuando pensábamos que lo sabíamos todo sobre el aguacate, cómo convertirlo en una hamburguesa vegetal, cómo usarlo para cocinar guacamole o el modo de machacarlo para añadirlo a un batido (perdón, smoothie), internet nos sorprende con una nueva obsesión: transformar el hueso del aguacate en una planta para nuestro apartamento. Y de golpe y porrazo descubrimos que estábamos tirando la mejor parte a la basura. 

Las plantas de aguacate son estupendas para decorar tu piso. Puesto que su generoso follaje es perenne, es decir, sobrevive todo el año, es capaz de inundar de verde cualquier mes el rincón más soso de un salón. 

Hay otro motivo para intentarlo, aunque este no lo cuenten de forma tan abierta los influencers de las plantas: el precio de una planta de aguacate en un vivero o en una tienda especializada en plantas ronda los 26 euros, y las hay más caras; a lo que hay que añadir los gastos de envío, si la compras online. Por lo que tiene sentido intentar obtenerla en casa gratis. Y solo necesitas el hueso del aguacate que te acabas de comer; y que pensabas tirar a la basura. 

Prepara tu hueso de aguacate

El mejor momento para sacar la semilla de aguacate (técnicamente, Persea americana) seguramente sea cuando el fruto está maduro, y más blando. Y hay un secreto a voces que circula por Instagram para acelerar la germinación: quitarle la piel. Para ello, deja tu hueso de aguacate en la encimera hasta que la piel se seque y se rompa. Cuando esto pase, usa una cucharilla del revés para despegarla por completo. 

Si no tienes paciencia, o no quieres esperar, puedes intentar quitarla directamente con un cuchillo. Si has dejado que el aguacate madure lo suficiente, este paso debería resultar bastante sencillo. Ya tienes tu hueso listo. 

El proceso, paso a paso

1. Planta de aguacate en agua: el método de los palillos

Hay dos métodos principales para obtener una planta de aguacate a partir de su semilla: el método del vaso de agua y los mondadientes o plantarla directamente en una maceta. Y si las vas a plantar dentro de casa, puedes intentar cualquiera de los dos durante cualquier época del año. 

Empecemos con el conocido como método de los palillos. Si miras el hueso, verás que tiene una forma ovalada similar a la de un huevo. Pues bien: la parte puntiaguda es la parte superior, mientras que la aplanada sería la inferior. Es sencillo: clava unos palillos en el hueso con una inclinación aproximada de unos 45 grados hacia arriba, de forma que el extremo del palillo quede hacia la parte ovalada o puntiaguda. 

No hay mucha ciencia en esto: solo quieres que, una vez que llenes el vaso con agua, el hueso toque el líquido sin quedar sumergido por completo. Usar tres palillos ayuda a que se apoye mejor. Y si utilizas un frasco de cristal controlarás mejor el crecimiento de tu planta. Lo ideal es mantenerla a una temperatura de entre 20 y 25ºC, y colocarla en un lugar soleado o en una ventana orientada al sur. 

En tres semanas, las raíces deben haber aparecido, aunque los tiempos se aceleran o ralentizan en función de la temperatura. En siete u ocho semanas, deberías estar viendo las primeras hojas y el tallo asomando. Mientras que en doce semanas puedes tener ya una pequeña planta de aguacate, con sus primeras hojas bastante bien desarrolladas. Es el momento de trasplantarla a una maceta.

2. Planta de aguacate con un hueso en maceta

Si quieres plantar la semilla de aguacate directamente en la maceta, prueba este truco: ponla a remojo en agua templada durante unos 30 minutos, a una temperatura de entre 40 y 50ºC. Este paso facilita que la semilla se ablande, y que no le cueste tanto echar las raíces. Además, puedes hacer un corte al hueso (como una rebanada fina en la parte puntiaguda) para, literalmente, aplanarla. 

El siguiente paso consiste en llenar el fondo de una maceta mediana de tierra o sustrato de jardinería. Un consejo que suele funcionar: hay que plantarla en tierra húmeda con su parte cercenada solo un poco por encima de la tierra. Riégala bien, colócala en un lugar soleado, e intenta mantener la maceta a una temperatura de 20 y 25ºC.

Trucos para que tu planta de aguacate crezca

Una vez que la planta mida unos 15 centímetros (cm), córtala o pódala a mitad de su tamaño. Y cuando crezca otros 15 cm más, pellizca las hojas superiores, las más nuevas, para promover que crezca más frondosa. Además, ten en cuenta que al aguacate no le gusta la tierra ni demasiado húmeda ni demasiado seca: riégala tanto como quieras en verano, pero con menor frecuencia en invierno. 

Una vez que esté cómoda en la maceta, puedes utilizar un fertilizante cada seis u ocho semanas durante el invierno u otoño, o cada siete o diez días durante la primavera y verano. [Hace unas semanas te contamos cómo hacer el mejor fertilizante en casa, y solo necesitas restos de alimentos]

Por desgracia, una planta de aguacate en una maceta rara vez florece. Y tampoco te dará los frutos para hacer smoothiescon los que petarlo en Instagram. Pero, a cambio, llenará tu salón de un fantástico esplendor verde todo el año. Y, todo ello, gratis. 

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