Trucos para mantener vivas y floridas tus orquídeas durante años

Eva San Martín

15 de abril de 2021 06:00 h

0

La orquídea está de moda entre los amantes de las plantas por méritos propios. Es bonita, florece durante meses y es relativamente sencilla de cuidar. De hecho, la orquídea mariposa (género Phalaenopsis), resulta la compañera de piso perfecta: estas pequeñas bellezas incluso te avisan de cuándo quieren que las riegues.

Ahora bien, puede que primerizos y “mataplantas” profesionales no estén tan de acuerdo. Sea como sea, aquí van los trucos para mantener viva tu orquídea durante años, y sin que deje de florecer.

Primero: ¿dónde pongo mi orquídea para que florezca?

Tu orquídea prefiere que la coloques en una ventana soleada durante el invierno: esto la animará a florecer. Una ventana que mire al oeste o al este resulta una posición ideal. Ahora bien: esta planta originaria de las densas junglas del sudeste asiático no tolera igual de bien el calor en verano.

Por eso, agradecerá que le encuentres un rincón más sombrío durante los meses cálidos; y protegida de la luz solar directa. Así, la primera clave para que una orquídea florezca de forma prolífera es su posición: una ventana que mire al este, bañada con buena luz en invierno, puede resultar su localización ideal en tu piso.

Además, Phalaenopsis crece mejor en ambientes cálidos; con temperaturas similares a las que encontraría en su jungla. Por eso, prefiere temperaturas nocturnas entre 16 y 19°C; y de entre 19 y 30°C durante el día.

Otro truco: de vez en cuando, limpia las hojas con un paño húmedo, ya que el polvo impide que les llegue la luz, lo que merma el crecimiento, y también la floración de tu orquídea. [Hace unas semanas te contamos cuándo, cómo y por qué debes limpiar las hojas de tus plantas de interior.]

Cómo cortar la orquídea para que florezca otra vez

Las orquídeas del género Phalaenopsis (las más comunes, y la mayoría de las que encuentras en el supermercado y grandes almacenes), producen flores que pueden durar entre dos y tres meses (a veces, más), y en cualquier época del año.

El secreto para que tu orquídea florezca de nuevo es este: una vez que las flores se marchiten o caigan, no cortes del todo el tallo que dio la flor. A tu orquídea le cuesta horrores (y mucha energía) crear esos preciosos capullos; y le resulta más sencillo utilizar brotes laterales para volver a echar flor.

Por eso, si quieres que vuelva a florecer, corta el tallo que tuvo la flor justo por encima del segundo nudo que te encuentres debajo de las flores marchitas. Los nudos son esos pequeños bultos o engrosamientos triangulares de los tallos; y que potencialmente pueden generar nuevos brotes, con nuevas flores. Y justo cuando creías que tu orquídea se estaba muriendo.

Si haces un corte limpio (mejor aún, algo diagonal) encima de ese nudo o engrosamiento cuando las flores caen, lograrás que tu orquídea eche otro tallo lateral, con nuevas flores. Cuando cortas el tallo hasta su base, pierdes esta oportunidad.

¿Y si aun así la orquídea no florece?

Ahora bien, si el tallo de tu orquídea ya está marrón, y hace tiempo que perdió sus pétalos, es tarde para intentar esta triquiñuela. Mejor intentar cortar el tallo hasta su base, cruzar los dedos; y armarte con un poco de paciencia: toca esperar hasta que la orquídea vuelva a echar el tallo principal.

Si tu orquídea es grande y está sana, pero no produce flores en un tiempo razonable; no te agobies. Aún hay algo que puedes intentar: reduce la temperatura nocturna unos 5ºC durante unas cuatro semanas, y existen muchas posibilidades de que un tallo con flor acabe por aparecer.

Y no dejes de regarla ni de alimentarla

Hay plantas más sencillas de regar que otras; pero en esto la orquídea es de las facilonas. A diferencia de la mayoría de las plantas, que ocultan sus raíces bajo tierra, la orquídea posee unas raíces casi alienígenas, que trepan como dedos blancuzcos por la maceta, y con células capaces de capturar la humedad del ambiente

Hay más: el color de sus hojas también te dice cuándo quiere que la riegues. Si lucen verdes, están felices. Si empiezan a blanquear o a tomar un tono grisáceo, les viene bien un trago. Todo lo que necesitas es meter el tiesto en la pila o en un cubo lleno de agua durante uno o dos minutos. Sácala, y deja que drene bien el agua.

¿Y si las hojas se ponen marrones? Es señal de que has ahogado a tu orquídea. Recorta las partes afectadas, y sigue cuidando a tu planta. [Aprende los trucos para rescatar una planta a la que has ahogado.]

Como regla general precisan de un riego por semana, pero riega tu orquídea de forma regular durante la estación de crecimiento; y reduce un poco los riegos durante el invierno. Aunque en verano, sí le vendrá bien un poco de agua con pulverizador

Por último: alimenta tu orquídea con un buen fertilizante (los hay específicos para orquídeas) de forma regular durante la estación de crecimiento; y casi cada vez que la riegues. La regla general: añade fertilizante en tres de cada cuatro riesgos. Y sigue alimentándola, aunque con menos frecuencia, durante los meses de invierno.

La mayoría de las orquídeas florecen una vez al año. Así que no dejes de regarla ni de alimentarla. Y espera a que una nueva flor aparezca. Hay poco más que tu orquídea necesite: de ahí su popularidad. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines