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Trucos para que el perejil del súper te dure más tiempo fresco

Una mata de perejil

Eva San Martín

18 de octubre de 2020 20:59 h

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El perejil debería llevar una etiqueta de advertencia: ojo, se marchita a los dos días. Por muy buen aspecto que tenga cuando te lo regalan (cada vez menos) o cuando te lo cobran en el súper, el manojo no tarda en languidecer. Meterlo en un vaso de agua y dejarlo encima de la encimera tampoco resuelve la papeleta: a los pocos días, el agua se enturbia alrededor de los tallos y las hojas amarillean. No, no es muy apetecible. 

No le ocurre solo al perejil, ingrediente omnipresente en las cocinas de nuestras abuelas (y también en la de Karlos Arguiñano): cilantro, albahaca, hierbabuena, menta y eneldo no corren mejor suerte. Y nos cobran sin rubor por todos: desde los cerca de 70 céntimos por un ramillete de perejil hasta el euro largo por 20 gramos de cilantro (¡más de 57 euros el kilo!). 

El primer secreto para conservar tus hierbas frescas más tiempo es vigilar lo que compras: esto es, cuanto menos tiempo transcurra desde que la cortan hasta que llega a tu cocina, mejor. Ahora bien: si has comprado tu perejil en el súper, esta información es muy difícil, si no imposible, de obtener. 

Al 'frigo', dentro de una bolsa de plástico

Si tienes problemas para mantenerlo verde, no es tan fresco como promete. Aun así, hay mucho que puedes hacer para alargar su vida y no tener que volver a gastarte casi un euro la próxima vez que vayas a la compra relámpago. Ten en cuenta que tanto el perejil como el cilantro necesitan agua, pero también permanecer alejadas del sol. [Hace unos días te contamos cómo cultivar tu propio jengibre, con la raíz que compras en el súper].

Si tienes espacio, la mejor forma de que aguanten frescos es en un vaso con agua, como un ramo de flores, cubiertos con una bolsa de plástico (tanto el perejil o el cilantro como el recipiente) y dentro de la nevera. También puedes sujetar la bolsa con una goma elástica alrededor del vaso: lo que queremos es que no entre aire frío. 

A pelo, el frigorífico puede secar las hojas; pero la bolsa actúa como una barrera y retiene la humedad. Para que te duren aún más, cambia el agua cada dos días y retira cualquier tallo que empiece a estropearse o a ponerse amarillo. 

El resto de aromáticas de hojas tiernas, como la albahaca, la menta o el eneldo, prefieren que las tratemos como si fueran un ramo de flores. Es mejor mantenerlas en un jarrón con agua a temperatura ambiente. A diferencia del perejil y del cilantro, el frío de la nevera puede dañar sus delicadas hojas. 

O usa un trapo de cocina

Otra opción consiste en envolver el manojo en un trapo de cocina limpio y húmedo, como si fueran un rollito de primavera; y meterlas en la nevera. Así ganarás unos días más, y puede aguantar una semana. 

Eso sí: la menta y hierbabuena suelen ser las más delicadas, es fácil que pierdan su vigor en un par de días. Al contrario, si lo que enrollas es una hierba aromática leñosa, como el romero, el laurel, el tomillo, el orégano o la salvia fresca, con este método te aguantarán fácilmente una o dos semanas, si no más. 

Otra opción: aclara las hierbas en agua, enróllalas en una hoja o dos de papel de cocina y mételas en el frigorífico dentro de una bolsa de plástico abierta. O, como hace la cocinera Rosa Ardá, en una tartera: “Así el perejil dura más tiempo que en un vaso de agua y tarda más tiempo en amarillear”, afirma. 

Si te sigue sobrando perejil: al congelador

Cuando te juntas con más perejil del que puedes usar en un tiempo razonable, queda otro aliado: el congelador. Mételo en una bolsa de plástico y guárdalo tal cual. Cuando quieras perejil, saca la bolsa, golpéala contra la encimera o machácala con la mano de un mortero y tendrás tu aromáticas picada y lista para añadir a los platos. 

También puedes picarlo fresco y hacer cubitos de hielo. “Solo lleva dos minutos y siempre tendrás el perejil o el cilantro listo para usarlo en una salsa, en un guiso o en un salteado de verduras”, añade el chef Pablo Martín. O, todo lo contrario; déjalo secar. Puedes colgar el manojo boca abajo o usar una deshidratadora, a muy baja temperatura. 

Mejor aún: mantenla viva todo el año

Sin embargo, la mejor inversión seguramente sea adquirir la planta viva. Para que sobreviva más tiempo, tan pronto llegues con tu maceta a casa ponla sobre un plato con agua y rellénalo cada mañana. 

Ten en cuenta que la maceta puede llevar varios días en el súper sin que nadie la riegue, y agradecerá el refresco. Además, hace semanas te contamos cómo multiplicar la albahaca del súper y hacerla casi eterna; pues bien: los mismos trucos sirven para la mayoría del resto de aromáticas.

Hay más: el tercer día, ayuda añadir un fertilizante; y también sacarla a la terraza durante el día o asomarla a una ventana para que tome el sol. Claro que siempre puedes ir un paso más allá, iniciarte en la jardinería urbana y cultivar tus propias aromáticas en una ventana de la cocina. Los “dedos verdes”, manchados de tierra, nunca estuvieron más de moda. Si no, que se lo pregunten a Instagram. 

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