Hipócrates, el famoso médico helenístico del 400 a.e.c., tenía muchas teorías equivocadas, como la de que el desequilibrio de los humores (sangre, linfa, bilis y flema) era la causa de las enfermedades. Sin embargo, también pensaba que la fiebre “cocía” el humor que se había descontrolado, y por tanto llevaba a la curación. En esto no andaba tan descaminado.
La fiebre no es una enfermedad, sino una respuesta defensiva de primera línea de nuestro organismo ante una infección. Como mamíferos, somos endotermos, es decir, generamos nuestro propio calor corporal. En caso de una infección, las citoquinas, moléculas mensajeras de la inflamación, llegan al hipotálamo en el centro del cerebro y hacen que ponga el termostato más alto. Tiritamos, el flujo de sangre se concentra en el interior del cuerpo, nos tapamos y nuestra temperatura sube. Las altas temperaturas ayudan al sistema inmunitario a eliminar los patógenos, los virus, bacterias o parásitos que nos hayan infectado.
En 1927 un médico llamado von Jauregg ganó el premio Nobel por un asombroso descubrimiento. A sus pacientes que sufrían de sífilis (una enfermedad mortal antes de que se extendiera el uso de la penicilina) les infectó de malaria, inyectándoles el parásito que causa la enfermedad. Todos empezaron a sufrir fiebre alta y tiritonas durante varios días. Después los trató con quinina para eliminar la malaria, pero se encontró con que, además, se habían curado de la sífilis gracias a la fiebre.
Es cierto que una fiebre muy alta puede causar daños. Esto se denomina hiperpirexia o hipertermia, dependiendo de las causas, y ocurre cuando la temperatura pasa de los 40 grados y está fuera de control. Sin embargo, en la fiebre normal la temperatura está por definición bajo control, y los casos en los que la temperatura se dispara son muy raros. Según un amplio estudio del Kings College de Londres, intentar controlar una fiebre normal con el uso de antipiréticos, como el ibuprofeno y el paracetamol, no ha demostrado ser eficaz más allá de reducir el malestar.
Al contrario reducir la fiebre puede agravar algunas infecciones:
- El tratamiento con antipiréticos hizo empeorar los síntomas y retrasó la curación de los pacientes infectados por rinovirus, el virus del resfriado común.
- Los antipiréticos hicieron más largo el proceso de excreción de las bacterias en una infección por salmonella.
- Los antipiréticos alargaron los síntomas en los niños infectados con el virus de la varicela.
- El tratamiento con antipiréticos también prolonga los síntomas de la gripe común.
- Los bebés que sufrían de neumonía tenían mayor riesgo de muerte cuanto más baja era su temperatura.
Aun así, tanto padres como profesionales sanitarios tienen a menudo una reacción inmediata para controlar la fiebre, algo que se ha identificado psicológicamente como una fobia.
Paul Offit, catedrático de pediatría del Hospital Infantil de Filadelfia, y uno de los inventores de la vacuna contra el rotavirus, que ha salvado millones de vidas, es un defensor de dejar que la fiebre siga su curso en la mayoría de los casos. El autor del libro “Overkill” (que se puede traducir como reacción exagerada), avisa en sus escritos del peligro de las intervenciones médicas que no tienen efecto, o como en el caso de la fiebre normal, pueden agravar la enfermedad.
La fiebre no es la enfermedad, sino la herramienta que usa nuestro organismo para vencer a la enfermedad. Abusar de los medicamentos, especialmente los que adquirimos y nos administramos sin receta ni recomendación médica, puede debilitarnos.
¿En qué se basa todo esto?
¿Quién tiene miedo a la fiebre?
La hipertermia es el resultado de un aumento incontrolado de la temperatura corporal. La fiebre, por el contrario, es un aumento regulado de la temperatura corporal. Es, en efecto, un reinicio controlado del termostato del cuerpo. Como tal, las temperaturas peligrosamente altas rara vez, si alguna, se encuentran en niños con enfermedades febriles. […] La guía sobre el uso de antipiréticos se basa en la falta de evidencia de que los antipiréticos sean útiles para otra cosa que no sea reducir la temperatura corporal y reconocer que este efecto no es necesariamente beneficioso para el niño.
Adverse effects of aspirin, acetaminophen, and ibuprofen on immune function, viral shedding, and clinical status in rhinovirusinfected volunteers.Efectos adversos de la aspirina, el paracetamol y el ibuprofeno sobre la función inmune, la eliminación viral y el estado clínico en voluntarios infectados con rinovirus.
No hubo diferencias significativas en la eliminación del virus entre los cuatro grupos, pero se observó una tendencia hacia una mayor duración de la eliminación del virus en los grupos de aspirina y paracetamol.
Association of high fever and short bacterial excretion after salmonellosisAsociación de fiebre alta y excreción bacteriana corta después de salmonelosis
Hubo una correlación significativa entre el grado de fiebre y la duración de la excreción: una fiebre mayor o igual a 40 grados C tuvo la menor duración y la menor duración de la excreción. Por lo tanto, la fiebre parece tener una influencia pronóstica favorable sobre la duración de la excreción de salmonella.
Acetaminophen: More harm than good for chickenpox?Paracetamol: ¿más daño que bien para la varicela?
Estos resultados proporcionan evidencia de que el paracetamol no alivia los síntomas en niños con varicela y puede prolongar la enfermedad.
Effect of Antipyretic Therapy on the Duration of Illness in Experimental Influenza A, Shigella sonnei, and Rickettsia rickettsii InfectionsEfecto de la terapia antipirética en la duración de la enfermedad en las infecciones experimentales de influenza A, Shigella sonnei y Rickettsia rickettsii
El análisis multivariado sugirió que la terapia antipirética prolongó la enfermedad en sujetos infectados con influenza A, pero su uso fue el resultado de una enfermedad prolongada en aquellos infectados con S. sonnei.
Infection in neonatal hypothermia.Infección en hipotermia neonatal.
La infección, particularmente del tracto respiratorio, estuvo presente en 80 de 138 niños con hipotermia neonatal.
Why Fever Phobia Is Still Common?¿Por qué la fobia a la fiebre sigue siendo común?
La fobia a la fiebre sigue siendo común, no solo entre las madres de bajo nivel socioeconómico sino también entre las de alto nivel socioeconómico. Los proveedores de atención médica deben tener en cuenta la fobia a la fiebre y proporcionar información correcta a los cuidadores sobre la fiebre en todas las visitas.