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Francisco Javier Ahijado, nefrólogo: “El cambio climático impone reducir el gasto de agua sanitaria con pacientes renales”

Una sesión de hemodiálisis

Inma Sánchez Morate

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El consumo de agua, la huella de carbono y la generación de una enorme cantidad de residuos plásticos en la especialidad de Nefrología preocupan al jefe de este servicio en el Hospital Universitario de Toledo (HUT), Francisco Javier Ahijado, y a los especialistas de esta rama de la medicina que se ocupa del riñón y sus enfermedades. 

La hemodiálisis, el tratamiento más utilizado para tratar la enfermedad renal terminal a la espera de un trasplante, tiene un gran impacto en el medio ambiente. Un ciclo de diálisis equivale al consumo medio diario de entre 3,5 y 4 personas y en España hay 26.300 pacientes en hemodiálisis según el último registro.

Por eso, explica el doctor Ahijado a elDiarioclm.es, “en nuestra especialidad estamos a la cabeza de las que más residuos generan”. Cada uno de estos pacientes consume para su tratamiento unos 37.000 litros de agua al año y la generación de CO2 y de plásticos resulta al final una cantidad enorme. 

Desde hace algunos años va ganando terreno el concepto de 'nefrología verde'. Su objetivo es mejorar la sostenibilidad ambiental del cuidado renal a través del cambio de prácticas y la utilización de los recursos disponibles de una manera más respetuosa con el medio ambiente. La prevención de la enfermedad renal crónica y un tratamiento sustitutivo renal más ecológico pueden lograrlo.  

El Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Toledo acaba de recibir uno de los premios a la mejor comunicación oral en el 54 Congreso de la Sociedad Española de Nefrología. Se trata de una investigación realizada por un equipo de profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) denominada ‘Cuestionando la contribución del flujo del baño de diálisis a la eficacia depurativa’. 

“Durante estas sesiones, se estima que se utilizan unos 500 mililitros de agua por minuto durante alrededor de cuatro horas. Vienen a ser unos 120 litros por sesión y lo que hemos hecho a iniciativa de la doctora García Rubiales es reducir el flujo de 500 a 300 mililitros por minuto en una sola sesión. Se redujo el volumen de líquido utilizado para depurar la sangre de 62 pacientes con idéntico resultado”.

El doctor Ahijado subraya la relevancia de la investigación, “aunque es muy preliminar, muy básica, como las que se han realizado en otros hospitales” y explica que tras la sesión “medimos parámetros utilizados comúnmente como potasio, urea, fósforo…”

Ese permite saber a los especialistas cómo se encuentra un paciente dializado y conocer la eficacia del tratamiento. “No vimos ningún cambio significativo, pero debe animarnos a hacer estudios a más largo plazo”.

Creo posible que pueda reducirse el consumo de agua en la hemodiálisis de forma generalizada. Sobre todo, si uno piensa que el volumen de agua utilizada hoy de forma estándar viene de los años 60 y desde entonces han cambiado muchísimo los dializadores y las máquinas

Bajo la dirección del doctor Francisco Javier Ahijado, y junto a la doctora María Antonia García Rubiales, han participado en el estudio Carlos Cabezas Reina, Iván Carmena Rodríguez, y varios otros.

La diálisis es un tratamiento indispensable para personas cuyos riñones han fallado, permitiendo eliminar residuos y exceso de líquidos de la sangre. En particular, la hemodiálisis requiere de agua especialmente purificada debido a que el uso directo de agua potable es inviable. Para esto, el agua pasa por procesos de filtrado, des ionización, ósmosis inversa y esterilización.

El hospital de Toledo realiza alrededor de 1.200 sesiones de diálisis mensuales gracias a sus 24 puestos equipados para hemodiálisis, lo que le permite atender a un considerable número de pacientes. 

“Creo posible que pueda reducirse el consumo de agua en la hemodiálisis de forma generalizada. Sobre todo, si uno piensa que el volumen de agua utilizada hoy de forma estándar viene de los años 60 y desde entonces han cambiado muchísimo los dializadores y las máquinas. Oficialmente, no hay ningún ensayo en marcha, pero cuando tengamos el estudio con muchos pacientes durante mucho tiempo, inmediatamente se pondrían todas las unidades del país porque así se ha hecho con otras cosas. Los números de los pacientes dializados actualmente son abrumadores y van a ir a más porque tenemos una población envejecida”.

Reutilizar el agua de 'rechazo' de ósmosis inversa que hoy se desecha

Otra de las preocupaciones del jefe de servicio de nefrología del HUT tiene que ver con las plantas de ósmosis inversa empleadas para conseguir agua ultrapura y que rechazan casi la mitad del agua que utilizan. “Para obtener por cada sesión 120 litros ha habido que procesar 240 y ahora mismo se va por el desagüe. Podría reutilizarse en muchas cosas y ya hay buenas experiencias en algunos países con mucha necesidad de agua como Marruecos. Esa agua se reutiliza para cisternas de los sanitarios o para riego”. 

“Nosotros ahora mismo tenemos una planta muy buena porque se acaba de instalar y estamos estudiando de qué manera podríamos reutilizar esa agua de rechazo. Tendremos que ponernos las pilas hemos hablado con la empresa que nos la montó y estamos viendo técnicamente qué hay que hacer para recuperar esa agua. Pero son ideas”, reconoce.

El Servicio de Nefrología del hospital toledano llevó al último Congreso de la SEN, Sociedad Española de Nefrología,16 comunicaciones y entre ellas los datos sobre la diálisis peritoneal “que ha crecido mucho en Toledo y es otra manera de ahorrar agua”.

Los tratamientos de diálisis peritoneal, que pueden realizarse en casa, crecen -dije Ahijado- porque hay interés de médicos y pacientes en que los tratamientos se lleven al domicilio cuando sea posible. Hace cinco años teníamos 13 pacientes y ahora 40 con diálisis peritoneal en las áreas de Toledo y Talavera.

Entre las razones de este aumento figura el buen funcionamiento de las consultas de enfermedad renal crónica avanzada que es una unidad muy específica dedicada a informar sobre las técnicas de hemodiálisis. Pero una gran mayoría de pacientes no confían en sus capacidades y prefieren seguir haciéndola en los centros. 

La gestión de los residuos plásticos de la hemodiálisis es muy mejorable 

El sector sanitario es responsable del 4,4% de las emisiones globales netas y los servicios de Nefrología, debido a la diálisis, se encuentran entre los grandes responsables: generan mucho residuo plástico y arrojan números insostenibles.

El Hospital Clínico de Barcelona está montando una unidad de regeneración de residuos para ver de qué forma se pueden recuperar. “Es una iniciativa que se presentó en el Congreso de la SEN de 2023 y en la que todos nos fijamos”, dice el doctor Ahijado. 

Según esa experiencia, son muchas las cosas que pueden hacerse para mejorar la gestión de los residuos, empezando por la formación de los sanitarios a la hora de segregar de manera eficaz los desechos producidos en la hemodiálisis 

La enfermedad renal es bastante prevalente y la previsión indica que lo va a ser aún más en unos años. Prevenirla es cosa de todos, insiste Francisco Javier Ahijado “porque si la enfermedad se detecta pronto se ponen en marcha todos los tratamientos, que hoy son muchos y muy eficaces, y se puede reducir su progresión. Así evitaremos llegar a diálisis”. 

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