Una semana de música sin parar y más de 100 denuncias tras la rave junto al aeropuerto de Ciudad Real
“Ha estado genial, pero hacía un frío del copón”. Así describe uno de los asistentes la macrofiesta que se ha celebrado desde el 31 de diciembre hasta este lunes 6 de enero en una explanada cercana al aeropuerto de Ciudad Real. La 'Big Fucking Party' congregó a unas 5.000 personas durante una semana, de lunes a lunes, y se ha dado por finalizada con un balance agridulce.
No hubo mayores incidentes, según confirman las fuentes de la delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, pero sí más de 100 denuncias. Y mientras se recogen las últimas autocaravanas que quedan en el lugar, la basura ha quedado en bolsas y el rastro de una fiesta multitudinaria es apenas perceptible. Las denuncias han sido recogidas por agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.
Las denuncias en su mayoría están relacionadas con la tenencia de drogas y de alcohol, pero también las hubo por tenencia de armas blancas, que se correspondían más bien a utensilios de cocina de las autocaravanas con las que se llegó al lugar. Miles de vehículos se encontraban aparcados en los alrededores de esta 'rave', en la que también se ha registrado una denuncia por falta de respeto a la autoridad.
El saldo final habla también de once personas detenidas en una semana, de las que tres “estaban reclamadas” por diferentes juzgados en España. Uno de los detenidos estaba reclamado por la Policía Nacional de Madrid por un presunto delito de tráfico de drogas cometido antes de la celebración de la rave.
Pese a todo, las autoridades hacen un balance de “normalidad” y trasladan absoluta tranquilidad. La duración del evento fue la prevista y se dejó todo limpio, con la basura en bolsas, lista para ser recogida, aquella que no se llevaron. Tampoco hubo ninguna queja de los alcaldes del entorno, según las fuentes consultadas, porque estaban todas las localidades muy alejadas del epicentro de la celebración.
Juan Carlos Moraleda es alcalde de Ballestero de Calatrava. “No hemos notado prácticamente nada, ni ruido ni visitantes. Sabíamos que había una macrofiesta por los medios”, explica. La rave estaba a unos 10 kilómetros de la pequeña localidad de menos de 400 habitantes. “Hemos visto alguna caravana, algún coche con matrícula extranjera que iba para allá, pero nada más”, afirma.
Eso sí, aunque reconoce que no es algo habitual, es como si “no hubiese existido” para el pueblo que ha seguido con su funcionamiento normal. “Lo sabíamos, se oía un poquito si ponías atención antes de salir el sol, pero poco más”. Tampoco hubo movimiento en los pocos establecimientos de su pueblo. Beneficios económicos, ninguno. Cuenta que algunos de los vecinos se acercaron a la explanada para curiosear y aunque hubo algo más de presencia policial, el movimiento estaba más bien centrado en la autovía.
Otras instituciones, como la Junta de Comunidades, han mantenido el silencio ante la celebración. Los alcaldes de los pueblos de los alrededores habían manifestado ya su tranquilidad respecto a la fiesta, que se celebró sin ningún incidente. Cristina Espadas, alcaldesa de Cañada de Calatrava, había asegurado día atrás que en su pueblo, de apenas 100 habitantes, “se oye un poco la música, pero tampoco es algo que moleste demasiado”.
Tras el fin de la 'rave' ha declinado hacer declaraciones, pero la pasada semana destacó como “lo más notable” el incremento de la presencia de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. “Tendríamos que tener una rave todos los días para sentirnos así de seguros”, comentó la alcaldesa con un toque irónico.
La 'Big Fucking Party' se ha celebrado en ediciones anteriores en localidades de Murcia y Granada. Tras Ciudad Real, en 2026 buscará un nuevo lugar donde llevar la música para empezar el año nuevo vibrando.
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