Una caminata o estiramientos contra la resaca: así es como una sesión de ejercicio suave puede ayudarte

Una caminata o estiramientos contra la resaca.

Darío Pescador

31 de diciembre de 2024 19:14 h

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Te levantas por la mañana y sientes tu lengua como el estropajo de la cocina. En cuanto te mueves, te ataca un terrible dolor de cabeza, sientes náuseas al levantarte, te molesta la luz y el ruido. La gente te habla y te cuesta entender lo que dicen, y responder. Enhorabuena, tienes resaca. 

Nuestro organismo es resistente y dispone de un completo sistema para eliminar toxinas. Una de las más comunes es el alcohol. Cuando ingerimos alcohol, pasa del intestino a la sangre, y de ahí se envía al hígado. La misión del hígado es descomponer el alcohol para convertirlo en otros compuestos inocuos. El primer paso es romper la molécula de alcohol con una enzima llamada alcohol deshidrogenasa, pero, por desgracia, el subproducto de esta reacción es acetaldehído, una sustancia mucho más tóxica que provoca daños graves a las células.

Por fortuna, el acetaldehído se sigue descomponiendo rápidamente en el hígado hasta que todo el alcohol se ha convertido en agua, por un lado, y dióxido de carbono, por otro. Sin embargo, el hígado tiene sus límites, y solo puede descomponer una cierta cantidad de alcohol antes de saturarse. Si bebemos mucho y muy rápido, el hígado no da abasto, y el acetaldehído se acumula, provocando destrozos en nuestro organismo. Eso es la resaca.

Los remedios para la resaca que no funcionan

La resaca es una dolencia con multitud de remedios populares, muchos de los cuales son perfectamente inútiles. Entre ellos está consumir aún más alcohol a la mañana siguiente. El alcohol es ligeramente anestésico, y puede aliviar los síntomas de la resaca, pero solo nos castiga a una resaca mucho más larga más adelante. 

Otro mito es beber mucho café fuerte. Aunque la cafeína nos ayudará a estar más alerta, el café puede empeorar la deshidratación y la irritación del estómago. Tampoco funciona un desayuno rico en grasa, como los huevos con bacon. Habría funcionado la noche anterior, ya que la comida hace que el alcohol se absorba más lentamente, pero al día siguiente el daño ya está hecho.

Otro mito contra la resaca es beber mucho café fuerte. Aunque la cafeína nos ayudará a estar más alerta, el café puede empeorar la deshidratación y la irritación del estómago

En realidad, los síntomas de la resaca solo mejoran con el tiempo, hidratación adecuada, descanso y una alimentación ligera y equilibrada. Pero hay algunos estudios recientes que indican que podemos mejorar los síntomas con algo tan sencillo como hacer ejercicio.

Por qué el ejercicio puede ayudar con la resaca

Aunque con el dolor de cabeza y los dolores musculares de la resaca lo que menos apetece es moverse, muchas personas son conscientes de que sudar un poco puede mejorar su situación, y no están desencaminadas. Un reciente estudio con más de 1.600 estudiantes publicado en Addictive Behaviors pudo comprobar que, en efecto, hacer ejercicio podía aliviar los síntomas de la resaca. De los participantes estudiados, aquellos que hacían ejercicio sufrían menos resaca aunque consumieran alcohol. 

Uno de los principales mecanismos a través de los cuales el ejercicio podría ayudar es por la mejora de la circulación sanguínea. Al realizar cualquier actividad física, el corazón bombea sangre con mayor eficiencia, lo que puede facilitar la eliminación de toxinas a través del hígado y los riñones. Además, el ejercicio moderado incrementa el aporte de oxígeno a de los tejidos a través de la sangre, en especial el cerebro, lo que podría contrarrestar algunos de los efectos negativos del alcohol sobre el sistema nervioso.

Al realizar cualquier actividad física, el corazón bombea sangre con mayor eficiencia, lo que puede facilitar la eliminación de toxinas a través del hígado y los riñones

En un experimento con personas que emprendieron una caminata de casi 16 kilómetros en Grecia, se comparó a algunas de ellas que sufrían resaca con el resto. El rendimiento físico al caminar no cambió entre unas y otras, aunque los resacosos se sintieron mucho más cansados durante la prueba. Pero, aunque parezca contradictorio, la actividad física también puede ayudar a contrarrestar la fatiga producida por la resaca. El ejercicio moderado activa las mitocondrias, encargadas de producir energía en las células. Esto hace que tengamos más energía disponible, y al cabo del tiempo sintamos fatiga, algo que se ha podido comprobar en una revisión de estudios controlados con personas que experimentaban fatiga a causa de diferentes enfermedades crónicas. 

También es reseñable el impacto del ejercicio en el estado de ánimo. El alcohol eleva los niveles de los neurotransmisores que nos hacen sentir bien, como la serotonina y la dopamina, pero durante la resaca sus niveles bajan, contribuyendo a la sensación de malestar emocional e irritabilidad durante la resaca. Este cambio en los neurotransmisores está también relacionado con las propiedades adictivas del alcohol. 

Al revés, al hacer ejercicio, el cuerpo libera endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo y reducen los dolores de cabeza y musculares. Este efecto es más fácil experimentarlo con actividades de intensidad moderada, como caminar o practicar yoga, que son menos agresivas para un cuerpo ya afectado por el consumo de alcohol.

Qué tipo de ejercicio hacer para la resaca

Aunque el ejercicio puede ayudar con la resaca, no todos los tipos de ejercicio son adecuados para aliviar los síntomas. Durante la resaca, el cuerpo ya está sometido a un alto grado de estrés oxidativo: el hígado está metabolizando toxinas, hay que eliminar productos de desecho, y los tejidos dañados por el alcohol se están regenerando. 

Es más seguro optar por ejercicios suaves, como caminar, nadar o realizar estiramientos, que ofrecen los beneficios del movimiento sin sobrecargar el sistema

El alcohol y la resaca producen un estado de inflamación. La inflamación es necesaria para defenderse de las infecciones o las heridas, pero en el caso de la resaca, las citoquinas, los mensajeros químicos de la inflamación, hacen que empeoren los dolores y la hipersensibilidad. La buena noticia es que el ejercicio, especialmente después de hacerlo, activa el sistema nervioso parasimpático (el encargado del descanso y la reparación) y, por tanto, reduce la actividad de las citoquinas y la inflamación. 

Sin embargo, el ejercicio muy intenso o muy prolongado puede hacer aumentar los niveles de adrenalina y cortisol, que desencadenan la respuesta de estrés y aumentan la inflamación. No parece buena idea correr una maratón o batir un récord de levantamiento de pesas en el gimnasio. El riesgo es que estos ejercicios aumenten los niveles de cortisol y la deshidratación, empeorando los síntomas. También puede ser más fácil lesionarse por la fatiga y la falta de coordinación. Por esta razón, es más seguro optar por ejercicios suaves, como caminar, nadar o realizar estiramientos, que ofrecen los beneficios del movimiento sin sobrecargar el sistema.

El riesgo de deshidratación es uno de los más importantes, y también el más fácil de evitar. El consumo de alcohol deshidrata, especialmente los licores de alta graduación. Beber agua, zumos o bebidas con electrolitos antes, durante y después del ejercicio puede ayudar a reponer los líquidos perdidos debido al consumo de alcohol y el sudor generado durante la actividad física. Pero solo con beber agua no conseguiremos aliviar los síntomas.

A pesar de sus beneficios potenciales, el ejercicio no es una cura milagrosa para la resaca. Los efectos negativos del alcohol en el cuerpo tardan algún tiempo en desaparecer. El único remedio completamente efectivo es el tiempo, dejar que el cuerpo procese y elimine las toxinas a su ritmo. Sin embargo, si podemos encontrarnos algo mejor moviendo nuestro cuerpo dentro de nuestras posibilidades, merece la pena probar.

*Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

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