“¿Son eficaces los complementos con colágeno, magnesio y ácido hialurónico para las articulaciones?”
¿Resultan eficaces los complementos con colágeno, magnesio y ácido hialurónico para los problemas en las articulaciones?
¿Te duelen las rodillas al correr? ¿Te molesta el codo, el hombro o el cuello cada vez que te mueves? La artrosis representa el 50% de todas las consultas de aparato locomotor en España, y se estima que afecta a cerca de un 30% de la población adulta. Por su parte, las lesiones de las articulaciones como los esguinces o tendinitis son comunes en las salas de urgencias y las consultas de los traumatólogos. Se calcula que jugar al fútbol, por ejemplo, causa una lesión articular por cada 1.000 horas de práctica.
De qué están hechas las articulaciones
Las articulaciones son, esencialmente, el lugar donde se unen dos o más huesos. Tenemos articulaciones en los hombros, codos, caderas, rodillas y nudillos, además de la columna vertebral. En la unión de los huesos hay tejidos blandos que los conectan, rodean y amortiguan. El cartílago es un tejido flexible, duro y resbaladizo que cubre los extremos de los huesos en una articulación. Seguramente reconocerás la textura en el extremo de los muslos de pollo. Los tendones son bandas de tejido conjuntivo resistentes y flexibles que conectan los músculos con los huesos. Los ligamentos por su parte conectan los huesos de la articulación entre sí.
Los tendones, ligamentos y cartílago están compuestos fundamentalmente de fibras de colágeno. El colágeno es la proteína más abundante en el organismo y representa entre el 25 y el 35% del total. Dependiendo de su nivel de mineralización, la estructura de fibras de colágeno puede ser flexible como un tendón o totalmente rígida como en un hueso.
Como las otras proteínas, el colágeno se compone de piezas más pequeñas llamadas aminoácidos, en concreto glicina, prolina y dos aminoácidos derivados llamados hidroxiprolina e hidroxilisina. El colágeno tiene la clave de por qué se estropean nuestras articulaciones.
Los tendones, ligamentos y cartílago están compuestos fundamentalmente de fibras de colágeno. El colágeno es la proteína más abundante en el organismo y representa entre el 25 y el 35% del total
Los enemigos de las articulaciones
Con el uso y el desgaste normal, las estructuras de colágeno se rompen, pero del mismo modo se regeneran, igual que los músculos y los huesos. Si el desgaste es excesivo, por ejemplo, en trabajos o deportes en los que se hacen movimientos repetitivos, no da tiempo a que se regenere y el tendón se deteriora y se inflama: eso es la tendinitis.
Otro factor son las alteraciones en nuestras hormonas. Se sabe que tanto la diabetes (una desregulación de la hormona insulina), como los problemas de tiroides, la falta de estrógenos o de testosterona y el exceso de cortisol (la hormona del estrés), afectan negativamente a los tendones, cartílagos y ligamentos. El envejecimiento también hace que nuestro cuerpo produzca un 1% menos de colágeno cada año.
Por último, si no disponemos de los nutrientes necesarios para que nuestro organismo sintetice colágeno, nuestras articulaciones se debilitarán. Estos nutrientes son, fundamentalmente, proteínas. Las proteínas en la dieta deben aportar las cantidades necesarias de aminoácidos esenciales para que nuestro organismo construya con ellas piel, músculos, tejido conjuntivo y el resto de las estructuras y células que nos componen. Por ejemplo, sabemos que si no ingerimos la cantidad suficiente del aminoácido leucina, nuestros músculos no crecen.
Algo parecido ocurre con los aminoácidos necesarios para fabricar colágeno.
Los efectos de suplementar con colágeno
Los suplementos de colágeno que se comercializan en herbolarios y tiendas online han sido objeto de controversia. Durante mucho tiempo se razonaba que el colágeno, como cualquier otra proteína, se descompone durante la digestión en sus aminoácidos esenciales, por lo que no ofrece ninguna ventaja respecto a otras fuentes de proteínas completas como el pollo, la carne, el pescado o los huevos.
Sin embargo, en la dieta habitual, las proteínas que comemos del pollo, la carne o el pescado, magros y sin piel, no aportan las cantidades necesarias de glicina, prolina y lisina, los aminoácidos que forman el colágeno. ¿Cómo podríamos conseguir más cantidad de esos aminoácidos? Una solución es comiendo más colágeno. Sin embargo, el caro colágeno hidrolizado que se vende como suplemento tiene la misma composición que la gelatina alimentaria que se puede conseguir en el supermercado por céntimos.
En los últimos años se ha comprobado que no todo el colágeno se descompone en aminoácidos individuales. Hay parte que queda formando péptidos de colágeno, formadas de dos o tres aminoácidos, que sí pueden atravesar directamente la barrera intestinal y pasar a la sangre.
Los estudios con estos suplementos de colágeno muestran que pueden aliviar los síntomas de las lesiones de rodilla en personas sanas, y el dolor de las articulaciones en personas de mediana edad, pero es difícil establecer una relación causal. Para el doctor Luis Fernando Villa Alcázar, reumatólogo de la clínica MIP Salud de Madrid, “hay publicados diversos estudios y metaanálisis sobre suplementos de colágeno hidrolizado en el tratamiento de la artrosis, pero en general se trata de ensayos de calidad baja con números pequeños pacientes”, advierte.
Hay publicados diversos estudios y metaanálisis sobre suplementos de colágeno hidrolizado en el tratamiento de la artrosis, pero en general se trata de ensayos de calidad baja con números pequeños pacientes
El ácido hialurónico y las articulaciones
El ácido hialurónico es un polisacárido, es decir, una molécula grande de azúcar, que se encuentra de forma natural en muchas partes del cuerpo, como la piel, los tejidos conectivos y, especialmente, en las articulaciones.
El ácido hialurónico es un componente esencial del líquido sinovial, un fluido que actúa como lubricante y absorbe los impactos para proteger los extremos de los huesos. Además, el ácido hialurónico contribuye a transportar nutrientes esenciales hacia el cartílago y eliminar sus productos de desecho. También hay investigaciones que sugieren que el ácido hialurónico puede tener propiedades antiinflamatorias para las articulaciones.
El ácido hialurónico se utiliza para tratar la osteoartritis en las personas mayores, administrado mediante inyecciones directamente en la articulación afectada. Los estudios y la práctica clínica han mostrado que estas inyecciones pueden mejorar el dolor, la movilidad y la calidad de vida en pacientes.
Pero puede que no siempre haga falta inyectarlo. Algunos estudios con seres humanos han encontrado que tomar 80-200 mg al día de ácido hialurónico por vía oral durante al menos dos meses podría reducir el dolor de rodilla en personas con osteoartritis. En otro ensayo, el ácido hialurónico como suplemento hizo que mejorara el dolor crónico y permitió reducir el uso de analgésicos.
El caro colágeno hidrolizado que se vende como suplemento tiene la misma composición que la gelatina alimentaria que se puede conseguir en el supermercado por céntimos
El magnesio y la salud de las articulaciones
El magnesio es un mineral esencial para numerosas funciones corporales. Interviene en más de 300 reacciones enzimáticas, desde la producción de energía hasta la síntesis del ADN. Una de las principales funciones del magnesio en el organismo es actuar como cofactor en las reacciones enzimáticas, incluyendo la función nerviosa y muscular, la síntesis de proteínas, el mantenimiento de niveles adecuados de glucosa en sangre y la regulación de la presión arterial.
La deficiencia de magnesio es muy común. Es la segunda deficiencia más frecuente en zonas desarrolladas, después de la vitamina D. Esta deficiencia podría interferir en la formación ósea y contribuir al riesgo de fractura de huesos frágiles debido a su papel en la mineralización. El magnesio funciona con el calcio y la vitamina D para favorecer la absorción del calcio en los huesos. En este sentido, el magnesio actúa indirectamente sobre la salud de las articulaciones.
Para el doctor Villa, la utilidad de estos suplementos y otros, como curcumina, extractos de Curcuma longa (cúrcuma), probióticos, extracto de cáscara de maracuyá, pycnogenol, L-carnitina, vitamina D, insaponificables de soja aguacate (ASU) y aceite de pescado está todavía por determinar. “Como en el caso de los hidrolizados de colágeno, se trata de ensayos de diseño discutible y riesgo de sesgo, y además para algunas de estas sustancias no se conoce bien la seguridad a largo plazo”, aclara.
El magnesio es un mineral esencial para numerosas funciones corporales. Interviene en más de 300 reacciones enzimáticas, desde la producción de energía hasta la síntesis del ADN
¿Qué suplementos mejoran la salud articular?
Muchos suplementos para las articulaciones combinan glucosamina y condroitina. Estas moléculas son componentes naturales del cartílago. La glucosamina lo mantiene elástico y la condroitina atrae agua al cartílago, ayudando a mantenerlo hidratado y a evitar su degradación.
Hay muchos estudios sobre la efectividad de la combinación de glucosamina y condroitina en el tratamiento de la artritis basados en la teoría de que su acción conjunta puede ser más efectiva en el apoyo y mantenimiento de la salud articular que cada uno por separado. En un reciente metaanálisis, los autores concluyen que esta combinación de suplementos es superior a otros tratamientos en la artrosis de rodilla “hasta cierto punto”.
El doctor Villa coincide en que la glucosamina y condroitina “pueden ayudar a tratar el dolor en la artrosis, pero no hay datos sobre su capacidad de prevenirla. Por ello su uso está autorizado por las agencias reguladoras para el tratamiento sintomático de la artrosis”.
Entonces, ¿pueden ayudar los otros suplementos como el colágeno, el ácido hialurónico o el magnesio? En general estos suplementos se consideran seguros y de muy baja toxicidad. El doctor Villa comenta: “Yo, habitualmente, no suelo desaconsejar el uso de magnesio, colágeno u otros suplementos a los pacientes que consiguen un beneficio sintomático con su uso, pero les suelo advertir de la escasa evidencia disponible, que no se conocen los efectos a largo plazo y a los eventuales riesgos de un exceso de dosis”. Por ejemplo, “las personas con insuficiencia renal no deben tomar sales de magnesio sin un estrecho control médico”, aclara.
Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.
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