Dormir es algo bastante común en la naturaleza. Lo de soñar no es tan seguro. Los delfines duermen con la mitad de su cerebro, mientras la otra está activa para nadar y vigilar a los depredadores. Animales como los caballos, las avestruces o los elefantes duermen muy poco, y ciertas ranas no duermen nunca. Pero como la mayoría de los animales superiores, los humanos necesitan dormir, y la ciencia está comprobando que el sueño es principalmente mantenimiento para el cerebro.
Eso es el sueño, pero ¿y los sueños? ¿Para qué sirven, si es que sirven para algo?
Los sueños se producen sobre todo durante la fase REM. Aquí el cerebro segrega dos neurotransmisores que paralizan los músculos, seguramente para que no demos patadas y manotazos, ya que se activan las mismas áreas motoras que cuando estamos despiertos. La excepción son los ojos, que se mueven rápidamente (de ahí el nombre, Rapid Eye Movement). Esta falta de movimiento es la que permita a tu pulsera electrónica saber en qué fase del sueño estas. Otros mamíferos y aves también tienen sueño REM, pero no se sabe si sueñan (sobre todo, por la dificultad que presenta preguntarles).
Desde los mensajes de los dioses en el antiguo hasta las premoniciones de Aristóteles o los deseos reprimidos de Freud, los humanos han intentado explicar los sueños, sin demasiado acierto. Hoy sabemos que los sueños tienen un papel en el proceso creativo. Paul McCartney soñó con la melodía de “Yesterday” y Dmitri Mendeleev con la tabla periódica de los elementos. Lo de consultar los problemas con la almohada tiene sentido, ya que los experimentos han comprobado que el sueño REM aumenta la creatividad.
La teoría científica más aceptada es los sueños son esenciales para consolidar los recuerdos y reforzar las conexiones neuronales que más usamos, al tiempo que se descartan las que no sirven.
Según esta teoría los recuerdos se forman en dos fases. La primera es la codificación de los recuerdos, que se produce mientras estamos despiertos y nuestro cerebro recibe información de los sentidos. Es mucha información al cabo de un día, así que los recuerdos que formamos son débiles y tienen una vida corta.
La segunda es la consolidación de los recuerdos, que se produce durante el sueño, específicamente durante las fases de sueño profundo y sueño REM. A pesar de estar aceptada, esta teoría no se había podido comprobar experimentalmente. Hasta el año pasado.
En un experimento de la universidad de Swansea en el Reino Unido se ha podido identificar una relación entre la intensidad de las emociones vividas durante el día, el contenido de los sueños y la intensidad de las ondas cerebrales durante la fase REM.
Los voluntarios tenían que llevar un diario de lo ocurrido durante el día y cómo se habían sentido, y después dormir en el laboratorio conectados a un electroencefalógrafo. En medio de la fase REM se les despertaba y se les pedía que contaran sus sueños.
Lo que comprobaron es que las experiencias intensas aparecían en los sueños. Por ejemplo, si alguien había tenido un susto montando en bicicleta, entonces los sueños contendrían la experiencia de montar en bicicleta. Soñamos con lo importante.
Esto concuerda con otro experimento en el que los participantes amnésicos jugaban al Tetris durante horas. Su cerebro interpretaba que eso era importante, así que el Tetris aparecía en sus sueños a pesar de que no recordaban haber jugado.
Cuando las experiencias y los sueños eran más intensos, también lo eran las ondas cerebrales theta, que se producen en la fase REM. Los investigadores están buscando la aplicación inversa: si se inducen ondas theta en el cerebro por medio de sonidos, podría ayudar a tener más sueño REM y mejor procesamiento de los recuerdos.
Dicho esto, no solo se sueña durante la fase REM, sino también en las fases de sueño profundo llamadas de ondas lentas. Sin embargo estos sueños no tienen contenido emocional y no son tan vívidos, lo que los hace difíciles de recordar. Son sueños aburridos.
Por el contrario los sueños de la fase REM son extraños, perturbadores, en tecnicolor, sin respeto a las leyes de la física.
¿Por qué los sueños son tan raros? Los recuerdos de cosas que nos pasan, llamados episódicos, se almacenan en una parte del cerebro llamada hipocampo. Cuanto más se repite y se revive un recuerdo, más se fija.
Durante el sueño REM se bloquean las señales del hipocampo, lo que quiere decir que no podemos acceder a recuerdos de cosas concretas que han ocurrido, aunque sí tenemos acceso a recuerdos genéricos sobre las personas y los lugares. Durante este tiempo, la actividad en los centros emocionales del cerebro aumenta, así que se forman nuevas historias hechas de esas personas y lugares conocidos, pero con un fondo emocional.
Precisamente una de las posibles funciones de los sueños, junto con la memoria, es el procesamiento de las emociones. Las personas que tienen más sueño REM tienen más capacidad para asimilar experiencias emocionales difíciles. Esto corrobora la relación entre el insomnio y la depresión y la ansiedad. Los sueños nos pueden parecer locuras, pero parece que en realidad son lo que nos mantiene cuerdos.