Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.
No hay descanso en la lucha por un cambio
Parece que en abril de 2014 tuve un momento de gran esperanza, cuando comencé mi primera entrega a mi blog semanal con las siguientes palabras:
Nos servimos de la ley, de sus mecanismos y utilizamos su lenguaje, para apoyar la lucha por algunos cambios en el mundo.
¿Qué sucede hoy, dos años después? En el semanario alemán Der Spiegel Mathieu von Rohr acaba de publicar un ensayo titulado 'Apocalipsis ahora'. El apocalipsis podrá ser real o producto de nuestra imaginación, pero de todos modos las reacciones no se han hecho esperar: unos países declaran el estado de emergencia (Francia y Turquía), ribeteando su decisión con argumentos legales; otros ni siquiera se molestan en revestir de legalidad su proceder. Y los terceros quieren abolir los derechos de -a eligir- criminales, terroristas, enemigos del Estado, musulmanes, no-creyentes, homosexuales, migrantes o refugiados.
Se puede decir mucho para rebatir a los apocalípticos de todos los colores políticos y también a quienes aplacan como pueden su inseguridad: el mundo no era un lugar mejor hace cinco, veinte o treinta años. A decir verdad, las ideas de tortura (del candidato a la presidencia de EE.UU. Donald Trump), de intervenciones militares con participación de Alemania (del columnista del diario Bild Julian Reichelt) y hacer de Alemania un Estado policial (de la parlamentaria alemana del partido La Izquierda, Sahra Wagenknecht), que encuentran cada vez más adeptos desde del 11 de septiembre de 2001, sólo han demostrado ser ideas ineficientes y hasta contraproducentes, como lo demuestra claramente la historia tras la invasión ilegal a Irak, en el año 2003.
Antes de una pausa
Un minuto de silencio y reflexión sería más que conveniente en este momento de locuacidad sin sentido. De hecho, este blog también se tomará un descanso hasta finales de año. Sin embargo, antes de la pausa quiero recalcar que la ley y el derecho, al menos como fueron establecidos en los derechos humanos y civiles, siguen teniendo poder persuasivo y pueden influir en los debates actuales. Si prestáramos atención a la esencia de las declaraciones de derechos humanos, recordando que toda persona tiene dignidad y es titular de una serie de derechos universales, el mundo sería definitivamente un lugar mejor. Aún más: recordemos que no es suficiente haber plasmado en un papel todos estos derechos, debemos luchar día a día, resistiendo a los poderosos, para que esos derechos se hagan realidad. Sólo mediante un trabajo práctico de solidaridad ayudaremos verdaderamente a las víctimas de la represión de Erdogan en Turquía, a quienes sufren debido a la guerra, la tortura o los desplazamientos forzados y estaremos contribuyendo a una sociedad más segura para todos.
Prestar atención sólo a la ley no es suficiente, pues no tiene poder absoluto, pero es un buen comienzo. Es crucial atenernos a principios jurídicos básicos si queremos buscar soluciones a largo plazo para las políticas exteriores, de seguridad y migración tanto en Alemania como en Europa y además construir con una sociedad firmemente enraizada en la democracia y el Estado de derecho.
Parece que en abril de 2014 tuve un momento de gran esperanza, cuando comencé mi primera entrega a mi blog semanal con las siguientes palabras:
Nos servimos de la ley, de sus mecanismos y utilizamos su lenguaje, para apoyar la lucha por algunos cambios en el mundo.