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El osezno ‘Molina’ se convierte en el nuevo símbolo de los ecologistas contra la política del Gobierno del Principado

Molina’, un esbardo de un año, se ha convertido en el nuevo símbolo de la naturaleza de Asturias. Su azarosa vida, seguida minuto a minuto, ha conmovido la vida política y social del Principado, desde que fue rescatado, gravemente herido el pasado mes de septiembre, pasando por su rehabilitación en un Centro de Recuperación, hasta su puesta en libertad y la adecuación de su nuevo hogar en el mismo cercado donde habitan los osos más famosos de Asturias, ‘Paca’, ‘Tola’ y ‘Furaco’, cedido por el Gobierno cántabro para la reproducción de la especie.

Cuando fue recogida por la guardería del Principado, ‘Molina’ tenía el peso de un animal de cinco meses, a consecuencia, según los expertos, de estar “cautiva en profundidad”, al intentar su madre protegerla del ataque de otro oso adulto y de refugiarse en una cueva, que tiene una sima de cinco metros, donde cayó el osezno y no pudo salir, debido a una luxación en una de sus patas.

Durante los dos meses de recuperación, la consejería competente fue informando de la evolución favorable de la pequeña osa, hasta que hace un mes llegó el día de su puesta en libertad en la reserva integral de Muniellos.

Durante los primeros 15 días, su comportamiento fue normal, pero después, ‘Molina’, comenzó a frecuentar lugares habitados y su presencia se hizo continúa en la localidad de Degaña. Por la mañana se acercaba a una panadería, a las doce de la noche a un bar de la zona, se paseaba sin miedo por huertos, por el polideportivo, por entre las casas e incluso se dejo fotografiar.

El comportamiento del esbardo fue catalogado por la consejería de Agrogadería de “oso familiar”, por su querencia hacia los humanos, “lo que hace pensar que el ejemplar tiene serias dificultades para continuar con su vida en el medio natural”. Ante esta tesitura, ha decidido trasladarlo al cercado de Proaza, porque “su libertad puede acarrear un problema potencial para las personas y para su propia supervivencia”.

La postura de la consejería ha armado tanto revuelo que hasta se ha creado en las redes sociales una plataforma ciudadana a favor de la libertad de ‘Molina’, apoyada por la actriz asturiana Beatriz Rico. Los alcaldes de la zona de Muniellos y las organizaciones conservacionistas creen que la puesta en libertad del esbardo “ha sido una cortina de humo” y que lo que de verdad pretenden los responsables del Gobierno asturiano es tenerla en el cercado de Proaza.

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FPAS) ha solicitado a la consejera María Jesús Álvarez el cese del director de la Fundación Oso, Carlos Zapico, por su mala gestión del cercado de Proaza y para que ‘Molina’ no siga la estela de ‘Paca’ y ‘Tola’. El presidente de Fapas, Roberto Hartasánchez, fue el único de los expertos convocados por el Principado en oponerse a la decisión de la Consejería.

Hartasánchez tiene dudas de cómo se ha llevado el caso de ‘Molina’ y cree que “existen anomalías” en el protocolo para devolver a la osa al entorno natural. El presidente de Fapas se refiere a la fotografía que se hizo la consejera María Jesús Álvarez con el animal, “para saber que no se hizo mucho para evitar que tuviese contacto con los humanos”.

La fotografía de la consejera acariciando al esbardo es motivo suficiente para que los alcaldes de la zona pidan responsabilidades políticas, que consideran que “la causa del fracaso en la adaptación de la osa a la vida en libertad es imputable a las conductas negligentes e irresponsables seguidas, entre otras, por la propia consejera de Agroganadería”.

Tanto Fapas como la Coordinadora Ecologista de Asturias ponen como ejemplo los casos de otras dos osas rescatadas y curadas, ‘Villarina’ y ‘Lara’, que se integraron sin problemas en su hábitat, que las soltaron en sitio aislado y se les asistió con carroña, mientras que en caso de ‘Molina’ no se cumplió con estos requisitos. Se la dejó en un lugar muy humanizado y tampoco se le dio comida complementaria, “no se llevo a cabo un protocolo de actuación a pesar de que triunfó en dos ocasiones”.

El esbardo, que se ha convertido en todo un símbolo, es de un valor genético enorme, porque es un oso pardo asturiano puro y, a juicio del representante de la Coordinadora Ecologista, Fructuoso Pontigo, “no se puede permitir que se le condene a estar en un circo como el Proaza.”

Los contrarios a la decisión de llevar al osezno al cercado consideran que lo que está pasando con ‘Molina’ no es casual, sino que detrás está la intención de convertirla en el relevo de Paca y Tola. El Gobierno de Asturias ya anunció que el cercado seguirá abierto tras la muerte de las dos osas, ya mayores, y que es una de las grandes atracciones turísticas del Principado.

De momento, el Principado está acondicionando la osera, mientras ‘Molina’ se adapta a “su nuevo hogar”· en el recinto de la Fundación Oso en Proaza.

Molina’, un esbardo de un año, se ha convertido en el nuevo símbolo de la naturaleza de Asturias. Su azarosa vida, seguida minuto a minuto, ha conmovido la vida política y social del Principado, desde que fue rescatado, gravemente herido el pasado mes de septiembre, pasando por su rehabilitación en un Centro de Recuperación, hasta su puesta en libertad y la adecuación de su nuevo hogar en el mismo cercado donde habitan los osos más famosos de Asturias, ‘Paca’, ‘Tola’ y ‘Furaco’, cedido por el Gobierno cántabro para la reproducción de la especie.

Cuando fue recogida por la guardería del Principado, ‘Molina’ tenía el peso de un animal de cinco meses, a consecuencia, según los expertos, de estar “cautiva en profundidad”, al intentar su madre protegerla del ataque de otro oso adulto y de refugiarse en una cueva, que tiene una sima de cinco metros, donde cayó el osezno y no pudo salir, debido a una luxación en una de sus patas.