Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Alberto Rey, guionista, realizador y escritor de misterio, con solo 29 años

Madrid —

0

Madrid, 15 nov (EFE).- A sus 29 años, Alberto Rey escribe guiones, dirige cortos o hace figuras de plastilina para ellos, pero nunca se había planteado escribir un libro. Hasta ahora, que con “Los crímenes de Steamfield” ha creado una historia al más estilo detectivesco que “atrapará tanto adultos como a jóvenes”, asegura a EFE.

Este joven de Port de Sagunt (Valencia) propone viajar a 1878 y a Steamfield, una pequeña localidad de Reino Unido, donde vive Andrew Anderson, un joven cuya destreza de la escritura y del dibujo le llevan a trabajar en el periódico local “Daily Jameson”, en el que, junto a sus nuevos amigos Abby y Michael, vivirá misteriosas aventuras al más puro estilo Sherlock Holmes.

En solo unos meses de planificación y dos semanas de escritura nació “Los crímenes de Steamfield” (Naulibres) porque, según cuenta a EFE, tenía la “inspiración a flor de piel”. Y por eso rápidamente sus personajes se apoderaron de él y pasaron a tener vida propia.

“Ahora mismo lo que estoy deseando es tener un poco de tiempo libre para sentarme a organizar mis próximas novelas. O bien continuar con algunos textos que tenía por ahí empezados y que abandoné o aventurarme a escribir cosas nuevas. Mi mente ahora está centrada en seguir escribiendo”, relata el joven autor.

Llama la atención que el valenciano haya centrado la trama de la historia en Reino Unido, describiendo cada calle, cada lugar y cada costumbre como si de la palma de su mano se tratase. ¿El secreto? Rey explica que es un “loco aficionado” de este país, cuyos conocimientos le llegan a través de las novelas.

“Admiro un montón a Roald Dahl, J.K. Rowling o Sir Arthur Conan Doyle. Desde pequeño he devorado sus libros y seguido sus historias de cerca, por lo que he ido absorbiendo su cultura y la conozco muy bien”, añade.

De esta manera, en un libro de unas 192 páginas, el autor plantea un texto con una mezcla muy particular de géneros. “La base fundamental es la novela negra y detectivesca, pero también cuenta con pinceladas históricas y sobre todo con rasgos de ”steampunk“ (género fantástico ambientado en la época victoriana donde la tecnología y la industria juegan un papel fundamental)”, señala.

Como una de las características destacadas del “steampunk” son las fuentes de energía, el vapor y el carbón, y debido a su experiencia laboral en la factoría local de su ciudad, el valenciano decidió utilizar sus vivencias personales para construir la historia del pequeño Andrew.

Pero la novela no es una simple historia de aventuras. Es una ácida crítica social y política a la sociedad de finales del siglo XIX y que, en su opinión, “es un reflejo de lo que pasa actualmente también”.

“No ha cambiado prácticamente nada. Hay cosas que siguen como hace dos siglos, donde hay una lucha de poderes y de clases sociales en el que el que menos tiene, siempre, sin pretenderlo, es el que acaba llevándose todos los palos”, argumenta.

A pesar de que debuta en el mundo de la literatura con este libro, Rey lleva años escribiendo, pero hasta ahora no se había planteado hacer una novela, ya que siempre le tiró más el cine. “Me gusta escribir los guiones para mis cortos, es verdad que tengo una tinta novelesca y a veces se me va, pero nunca pensé en llevar unos guiones más allá”, explica.

Y es que a Rey, aunque estudió Historia del Arte, lo que más le llamó la atención siempre fue el cine, de ahí que se adentrara en el mundillo por su cuenta y acabara especializándose en “stop motion” (técnica de animación que consiste en dar movimiento a unos objetos estáticos por medio de una sucesión de fotogramas). Así sacó adelante una serie de cortos que le han llevado a cosechar el éxito en poco tiempo.

“Empecé haciendo mis cortos caseros, pero poco a poco me lo fui tomando más en serio y fui sacando metrajes más profesionales, que bueno, por suerte han gustado a la gente y me han animado a seguir adelante”, cuenta.

El éxito a nivel nacional e internacional de “Shame”, uno de los primeros cortos que concibió y con el que pretende concienciar sobre el drama de los refugiados, fue lo que le impulsó, hace dos años, a montar su propia productora, Veus Produccions, donde la animación es la base de la creación.

Silvia García Herráez