Las estanterías correspondientes a la letra G están más vacías que de costumbre. Las librerías están viendo cómo se agotan a una velocidad inusitada todos los ejemplares de Almudena Grandes y de su pareja, el escritor Luis García Montero. “Ha sido una locura, solo nos queda uno”, dice el encargado de la planta de narrativa de La Central, en Madrid. Se refiere a un tomo de Los pacientes del Doctor García que decora una pequeña balda de la escalera junto a una foto de la autora. Por rellenar. Pero el librero calcula que en cuestión de horas venderán ese último rezagado y se quedarán oficialmente sin stock.
Grandes falleció el sábado pasado a los 61 años a consecuencia de un cáncer. Aunque llevaba un año enferma, dio la noticia un mes antes de su muerte. Este rápido desenlace sorprendió a sus seguidores y a los libreros, que vieron cómo la gente se llevaba toda su obra de una tacada. “Suele pasar cada vez que fallece un autor, pero no a estos niveles”, reconoce el trabajador de La Central.
Dando un paseo por grandes superficies, que suelen tener más arsenal, se observa lo mismo. En la FNAC dedicaron este sábado un apartado en exclusiva a Almudena Grandes. Ahí se podían encontrar sus Episodios de una guerra interminable, pero también sus primeros libros, como Las edades de Lulú o Malena es un nombre de tango. Nada de eso queda ya. Tan solo algunos ejemplares de tapa blanda y dos tomos de Los besos en el pan, que María, una trabajadora del centro, cuenta que estaban escondidos entre las estanterías.
“Yo nunca había visto algo así, hemos agotado tanto tapa dura como tapa blanda”, dice la joven dependienta. Mirando en su base de datos, observa que no le queda nada de Almudena y solo tres libros de Luis García Montero, “algo de poesía y uno de bolsillo”. En La casa del libro, un ejemplar de El lector de Julio Verne mira de frente al comprador en una estantería vacía a modo de advertencia: se pueden pedir más, pero tardarán días.
No es solo una percepción de los lectores y de algunas librerías de la capital. La editorial Tusquets, que tiene los derechos de la mayoría de las obras de Almudena Grandes, lo ratifica: “Está siendo abrumador”, dicen desde el sello propiedad de Planeta. “La gente quiere comprar el libro que le faltaba o el último que salió, La madre de Frankenstein”. Para ellos es “un gesto de cariño póstumo”. Aún no tienen cifras absolutas, pero las librerías de toda España ya les están rogando más ejemplares.
El otro fenómeno, también editado por Tusquets, es Completamente viernes, de Luis García Montero. La antología de poemas escritos entre 1994 y 1997 y dedicados a Almudena Grandes está completamente sold out. La editorial tiene claro por qué: fue el libro que García Montero introdujo ayer en la tumba de Almudena Grandes durante su entierro. Un gesto triste de amor que fue documentado por todas las televisiones del país y que ha tenido su efecto en las ventas.
Las ventas online han experimentado el mismo fenómeno que las librerías físicas. En Amazon, los últimos libros de Almudena Grandes tienen tiempos de espera de hasta 1 y 2 meses. Poesía completa, de Luis García Montero, es número uno en la categoría de antologías poéticas y no estará disponible hasta dentro de 2 a 5 semanas. “Poco me parece”, dice el dependiente de La Central. Ellos tienen listas de esperas de hasta 15 días y no saben si llegarán a tiempo para entonces.
Además de la alta demanda, se suma a la tormenta perfecta la crisis del papel. “Para fabricar papel a medida el tiempo de espera es de unos tres meses”, desvelaba hace unas semanas Norma Editorial, una de las principales afectadas por la escasez de esta materia prima. Además, se debe tener en cuenta otro elemento: el caos en el transporte marítimo, que según Naciones Unidas representa alrededor del 80% de los bienes que se consumen en todo el mundo.
La editorial Tusquets asume que deberán reimprimir y sacar nuevas ediciones de todos aquellos ejemplares de los que hay escasez. Sin embargo, no se ven capaces de hacer una valoración comercial sobre la problemática del papel. Ellos prefieren quedarse con el mensaje de fondo, con “toda la gente que se está volcando con Almudena y Luis” después de la gran pérdida.