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Andy García asegura que “sigo soñando, no estoy listo para el retiro”

EFE

Madrid —

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Narcotraficante o “latin lover”. Parecían los únicos papeles que en Hollywood llevaban el nombre de Andy García, pero hace años que el actor cubano decidió no “sentarse a esperar” y convertirse en productor de películas “diferentes” como la comedia romántica “Enamorarse”, que se estrena ahora en España.

“Sigo soñando nuevas realidades, aún no estoy listo para el retiro”, dice García en una entrevista telefónica con Efe.

Lo que le “picó” esta vez del proyecto fue una compañera de reparto como Vera Farmiga y un guión de los debutantes Glenn German y Adam Rogers -también director de la cinta- sobre dos padres de distintas familias que se enamoran a lo largo de un día de visita a un campus universitario, en la que acompañan a sus hijos.

“Si la hubiese hecho un estudio no habrían pensado en mí, sino en alguien como Steve Carrell, que se identifica más con esos papeles. Por eso, cuando veo un guión fuera de lo que me pueden ofrecer los estudios, tengo que aceptar la responsabilidad de ayudar en el proyecto”, dice el actor, en perfecto español con acento cubano.

En la década de los 80, García logró que Brian de Palma lo convirtiera en el agente Stone en “Los intocables de Eliot Ness” y gracias a ello repitió como policía a las órdenes de Ridley Scott en “Black Rain”.

Pero su mayor sueño lo cumplió cuando Coppola lo llamó para ser el Vincent Mancini de “El Padrino III”.

“Siendo joven vi 'El Padrino' y esa película me inyectó el virus de la actuación, la emoción para comprometerme en esta carrera. Haber logrado participar en la trilogía es algo de lo que estoy muy orgulloso”, asegura.

Ya entonces acariciaba García lo que se convertiría con el tiempo en su primera película como director (y productor) “La ciudad perdida”, un drama familiar sobre el exilio cubano, inspirado en su propia historia, que tardó 16 años en hacer realidad.

“La lucha del cine independiente es una lucha de muchos años, y hay que estar preparado para ella”, advierte.

También produjo y protagonizó en 2009 la comedia “Asuntos de familia”, con muy buenas críticas, y ahora prepara su segundo largometraje como director, en el que además se ha lanzado a escribir, junto con Hilary Hemingway, sobrina del escritor.

La película se llamará “Hemingway & Fuentes” y está basada en la relación que mantuvo el autor norteamericano -un papel reservado para Jon Voigt- con el pescador canario-cubano Gregorio Fuentes y que, según cuentan, inspiró la novela “El viejo y el mar”.

García sigue completando la financiación y espera poder empezar a rodar este mismo año.

“Soy amante de la pesca, tengo muchas relaciones con viejos capitanes cubanos de la época y también me gusta mucho la novela 'El viejo y el mar'. A través de los años, hice un estudio sobre qué pasó, cómo se logró el libro, y empecé a entusiasmarme con la idea de hacer una película”, explica.

No contento con producir y dirigir, confiesa que el gusanillo de la escritura también le ha picado y que ha escrito un nuevo guión, esta vez en solitario, que también quiere dirigir y que define como “un homenaje a los detectives de 'film noir' de los años 40”.

Sobre “Enamorarse”, que en Estados Unidos se estrenó en 2013, dice que le atrajo la idea del encuentro entre dos adultos cuyas vidas personales se encuentran “en un limbo” y que, pese al antagonismo inicial, poco a poco se van conociendo “hasta enamorarse como dos adolescentes de 15 años”.

Y también su personaje, George Hartman, un cirujano encantador aunque algo chapado a la antigua, en el que García vio referencias de Buster Keaton, Jacques Tati o Harold Lloyd, con “una comedia física y al mismo tiempo un romanticismo 'naif'”.

“Yo lo veía como un tipo conservador pero también juguetón”, resume. ¿Y cuanto de ambas cosas tiene el propio Andy García?

“Más que juguetón los cubanos decimos 'jodedor', que es una expresión más fuerte pero más exacta”, afirma.

“Los cubanos disfrutamos mucho del sentido del humor y la fiesta, y yo me he criado en esa cultura, lo tengo en los genes”, señala. “Viví fuera de Cuba, pero Cuba vive dentro de mí”.

Por Magdalena Tsanis