Hipérbole y humor son ingredientes básicos para la sátira política, un género que el periodista Arsenio Escolar ha recuperado en su forma más clásica, el verso, para trazar un mordaz repaso a la actualidad política y sus protagonistas, también con la intención de “hacer reflexionar”.
Por las décimas, sonetos, tercetos encadenados, romances y octavas reales de “Arsénico sin compasión” (Ediciones Península) figuran desde un Rey Felipe al que se insta a presentarse a unas elecciones a Pedro (Sánchez) El Guapo, pasando por un hipotético “doble agente” Artur Mas o un Pablo Iglesias al que se pregunta si imparte clases en política o en mercadotecnia.
Y especialmente proféticos resultan los versos con los que remata uno de los textos que dedica a Gallardón: “Desenmascarado, Alberto/, en política estás muerto”.
“En otras ocasiones no he tenido tanto acierto”, confiesa, y explica que tuvo que ampliar el libro tras las elecciones europeas que cambiaron el mapa político con la retirada de Alfredo Pérez Rubalcaba del PSOE.
¿Hay suficiente sentido del humor entre la clase política española para este tipo de crítica?. “Espero que sí”, señala en una entrevista con Efe Escolar, periodista de amplia trayectoria y actual director del diario “20 minutos”.
Y añade: “No es nada más duro de lo que les decimos en los editoriales o en las tertulias de televisión”.
La sátira política fue un género recurrente en el periodismo español del XIX, “cuando estos ripios equivalían a los editoriales, aunque gran parte eran anónimos porque eran bastante cañeros con el poder y no querían arriesgarse a las consecuencias”, relata Escolar.
Pero antes fue un género cultivado en el VII por autores como Quevedo y Góngora, “los dos grandes de la sátira en general”, apunta el autor, que les rinde homenaje en dos de los versos más extensos de un libro donde ha reverdecido su costumbre de lanzarse “puyas” con sus compañeros de la carrera de Filología Hispánica, antes de ganar algunos premios como “poeta serio”.
Para que la sátira política sea eficaz debe contar con “exageración, hipérbole”, explica, y además debe “contener humor, provocar la carcajada”, explica el periodistas que ha trabajado sobre los temas de actualidad de los dos últimos año.
Por ejemplo, en los versos titulados “El rey desnudo” repasa el incidente de abril de 2012 en el que el Rey Juan Carlos se rompió la cadera mientras cazaba en África, un texto que hace unos años hubiese “bordeado lo políticamente correcto”, confiesa.
Esperanza Aguirre, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o los papeles de Bárcenas, una Cospedal convertida en “sargento chusquero” y una vicepresidenta que “mangonea periodistas”, siempre en razón de su cargo, del que depende la Secretaría de Comunicación, son otros de los personajes caricaturizados en el libro, también a través de los dibujos de Luis Pérez.
“He procurado que estén todos los políticos, aunque hay más del PP porque está en el poder”, señala el autor, que además de la risa busca que “el lector reflexione”, y los más avezados incluso se fijen los “guiños históricos” con versos sueltos del Tenorio o de “La canción del Pirata” de Espronceda.
Escolar, presidente de la Asociación de Editores de Prensa AEEPP, cree que hoy día el periodismo en España ha perdido algo fundamental en el oficio: “Hacer de vigilantes del poder y cumplir el papel social de conocer las injusticias para contarlas, y criticar las cosas que están mal”.
Y recuerda que en España se está dando “en parte”, la teoría del pensador estadounidense Noam Chomsky, que señalaba que “los medios de comunicación en tiempos de crisis tienden a convertirse en la industria de las relaciones públicas de las elites económicas y financieras”.