- Hace unos días, la misma obra se autodestruía en una subasta, cumpliendo con un plan que Banksy había preparado hacía años
Destruir una obra de arte puede ser una obra de arte en sí misma, según quién la lleve a cabo. El propietario de una impresión de Girl With Red Balloon (Niña con globo rojo), la misma obra que Bansky trituró el pasado sábado tras ser subastada por 1,2 millones de euros en la casa Sotheby's, ha querido emular al artista destruyéndola. Pero la broma no le ha salido tan bien.
Se trataba de una copia valorada en 40.000 libras que, según han señalado los expertos del portal especializado en arte My Art Broker, ahora ya no costaría más de una libra. El coleccionista, tras creer que si destruía la obra parcialmente podía valer más en el mercado del arte que su impresión intacta -como bien ocurrió con la performance del artista urbano-, decidió seguir los pasos que Banksy había explicado mediante un vídeo en sus redes sociales y cortar la copia que tenía con un cuchillo.
El resultado: una depreciación brutal de su valor en el mercado. Según el periódico británico Telegraph, el propietario quería venderlo por 80.000£ y así sacar un beneficio del doble del precio por el que lo compró al ser una de las 600 impresiones originales que existen en el mundo. Pero la estrategia le ha salido regular: en la web especializada en el mercado del arte la tasan en poco más de una libra por considerarlo.
El cofundador de este medio, Ian Syer, señala que “Banksy es único en el mundo del arte. Y cuando hace una locura como destruir su propia obra de arte, es natural que tenga un efecto dramático en los valores de su obra”. Según explica “lo que esta persona parece haber hecho hoy es arruinar innecesariamente una impresión de alrededor de 40£ y reducir su valor a casi nada. Recomendamos encarecidamente que nadie más intente sacar provecho de lo que la historia juzgará como un truco simplemente brillante”, especifica.
“Hay un número limitado de copias de Girl With Red Balloon en el mundo, hoy perdimos una y es una verdadera lástima”, se lamentaba el mismo Syer. El portal en sus redes sociales pedía tranquilidad para que el suceso no se repita en manos de otros coleccionistas.
Desde el sábado, la pregunta que planea entre los coleccionistas es quién compró la obra destruída por Bansky. Pero como informan en la BBC, Sotheby's no ha revelado quién se hizo con la pieza antes de que fuera triturada en la ya célebre subasta. “Estamos tratando de averiguar qué significa esto en un contexto de subasta”, mencionan desde la casa de apuestas.