Busto de mujer joven, el cuadro que Pablo Picasso pintó en 1906, ya está colgado de una pared en el Museo Reina Sofia. La obra llevaba en el almacén del museo, como depósito policial, desde agosto de 2015, tras ser interceptada el 31 de julio de 2015 en Córcega por la Guardia Civil y el servicio de aduanas de la isla francesa. Ahora, la obra forma parte de la Colección del museo y será clave para la exposición Picasso 1906 que la pinacoteca prepara para la celebración del Año Picasso en 2023.
Su propietario desde el año 1977, Jaime Botín, había autorizado a Christie’s Iberica a vender la obra en una subasta en Londres pero la Secretaría de Estado de Cultura denegó la autorización pertinente al haber sido considerado por La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, como inexportable.
Este cuadro, un retrato de una joven muchacha anónima, lo pintó Picasso en Gósol (Cataluña) y anunció la llegada del cubismo un año después, en 1907. La conservadora Paloma Esteban redactó en 2012 un informe para la Junta de Conservación donde señaló la relevancia de esta obra porque “los hallazgos llevados a cabo en ese momento influirán decisivamente no solo en el cubismo, sino también en la evolución posterior de la pintura del siglo XX, pudiendo ser considerados incluso como una de las claves del arte de nuestros días”. Ese informe propició para que la Junta valorara la obra como “inexportable” y que Jaime Botín no pudiera venderla.
La condena por el delito de contrabando de bienes culturales elevó la multa a 91,7 millones de euros y tres años y un día de cárcel. Botín evitará la prisión porque padece una enfermedad “incurable”, según el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.