En la música afro, en el jazz, en el samba o en los tablaos, el cajón es uno de los instrumentos más peculiares de la percusión a día de hoy, por mantener una curiosa dispersión mundial y una versatilidad única entre tradición y modernidad, entre autenticidad y expansión intercultural. El lema protagonista de la IV Bienal de Diseño Londres (London Design Biennale 2023) este año es 'The Global Game: Remapping Collaborations', un enfoque que empuja a la colaboración internacional para pensar el diseño desde diferentes nexos entre países y continentes. Bajo esta perspectiva, España y Perú se han unido en la creación de Common Vibrations, una instalación audiovisual que pone el foco en un resistente punto en común: el cajón.
La obra es una instalación audiovisual producida por el Círculo de Bellas Artes de Madrid en colaboración con otras instituciones, que sitúa al famoso instrumento comúnmente asociado al flamenco como un objeto vinculante entre los dos países, y todo bajo la mirada del objeto y el diseño como lazo cultural. Podrá visitarse hasta el 25 de junio en el antiguo palacio Somerset House de Londres, que acoge la edición actual del evento con más de 40 diseñadores de todo el mundo, y con posterioridad a la Bienal se expondrá en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
“Desde el principio los dos países encontramos en el cajón un punto de encuentro común”, dice Covadonga Blasco, comisaria del proyecto y directora académica de SUR —la Escuela de Artes del CBA—, en una conversación telefónica con este periódico. Durante la entrevista se encuentra en la sala de exposición, que lleva apenas unas horas abiertas en su primer día de muestra al público. “El cajón nace en Perú”, explica, “en el momento en el que a los esclavos africanos del siglo XVIII se les prohíbe manifestarse con su música y sus ritmos. Ahí es cuando comienzan a hacer uso de cajas y objetos cotidianos para crear los ritmos africanos y afroperuanos que surgen de ahí, y así se va desarrollando el cajón. Cuando en 1977 Paco de Lucía es invitado a una fiesta en la Embajada de España en Lima junto a Rubem Dantas, encuentra en Caitro Soto y Chabuca Granda un instrumento que le encaja perfectamente con las palmas y el taconeo del flamenco. Es así de genuino. Compra allí un cajón, y lo trae a España”.
El cajón como instrumento, caja y transporte
Así que la intención, comenta Blasco, era contar “una historia no tan conocida” que explica que el cajón se asume como un instrumento flamenco cuando en realidad se introduce ya a finales de los 70. Lo que hay que imaginarse es una pieza en el centro de la sala compuesta por ocho cajones sobre un tablao de madera. La comisaria, que destaca el profundo lazo entre el diseño y la historia del cajón como objeto histórico y cultural, señala que el principal objetivo “siempre ha sido mantener esa esencia austera de la caja que se convierte en instrumento” al mismo tiempo que “el transporte también pueda ser el vínculo entre los dos países”.
Por eso, lo que parece el tablao, es en realidad la base “de la típica caja de madera” que ha transportado toda la exposición. “Al llegar a la sala y desplegarla, se convierte en el instrumento principal: ocho cajones y una base, que es el tablao en el que se disponen. Cada uno tiene un ritmo diferente, que va sonando a través de un altavoz que lleva dentro y que reproduce dos grabaciones que hemos hecho en Perú y en España —la imagen de una persona tocando el cajón se proyecta en la pared—. Los ritmos se van solapando unos con otros, así que en la sala hay una composición sonora sonando constantemente”, explica la comisaria.
La pieza acoge así todas las posiciones del instrumento e incluye una cartografía “para explicar cómo el cajón ha ido evolucionando también en relación a la etnografía del Perú en función del número de población negra”, detalla Blasco. “Por ejemplo, sobre todo en la zona de costa es donde tiene más tradición, porque es donde más población africana había. Posteriormente, igual que ha ocurrido en el flamenco, se ha manipulado el interior para que resuene más. Ha ido evolucionando entre los dos países”.
Common Vibrations es el resultado de un trabajo colaborativo en el que participan más de 50 alumnos de tres universidades y escuelas: SUR y el CBA —que produce la muestra—, la Escuela de Arquitectura de Toledo de la Universidad de Castilla La Mancha —que tienen “un taller de carpintería magnífico cuyos alumnos han hecho los cajones, han construido el instrumento”, resalta Blasco— y el departamento de Arquitectura de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa en Perú —donde sus alumnos “han hecho los mapas de migración que muestran el movimiento del instrumento por el país para ponerlo en comparación con el de España”—. Para la instalación de la obra, también han contado con el apoyo de la Acción Cultural Española, con las Embajadas de España y Perú en el Reino Unido, con la empresa Figueras Seating y con el Centro Coreográfico María Pagés, señala el CBA en su web.
Covadonga Blasco incide en la importancia de que el diseño, el arte y la cultura nazca también dentro de la colaboración internacional “porque los aspectos culturales son, más allá de cualquier cosa, lo que nos va a unir siempre”, piensa, “y ese refuerzo casi fraternal asegura que cualquier otro tipo de lazo será posible”. Añade que la forma de trabajar entre España y Perú “ha sido muy parecida, casi como estar en casa”.
La mirada con perspectiva del viaje del cajón a través de Paco de Lucía, lejos de ser una historia de apropiación, señala Blasco, “es una historia de reconocimiento”. Asegura que durante todo el proceso de trabajo en la muestra artística, ni en Perú ni en España han tenido “esa percepción”, porque es un instrumento que ha evolucionado en los dos países a lo largo del tiempo y que se percibe “como un regalo que De Lucía hizo a la música española”. “El ritmo y la percusión nace en el ser humano”, termina diciendo Blasco. “El cajón es un instrumento de la humanidad”.