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Con la apertura en Berlín de la Fundación Helmut Newton a principios de este siglo, se puso al alcance de quienes hoy visitan esta institución, que también es el Museo para la Fotografía de la capital alemana, la ingente obra de un artista alemán eterno. Conocido y discutido, sobre todo, por sus desnudos de modelos femeninas, en el museo berlinés de Helmut Newton han podido verse, desde que abriera sus puertas hace tres lustros, muchos de los efectos personales que marcaron la vida de este judío que huyó con sus padres siendo niño de la persecución de los nazis.
Así, en la exposición permanente Private Property (Propiedad privada), pueden verse los pasaportes que utilizó durante buena parte de su vida el fotógrafo. Están emitidos por Australia, país que le acogió antes de convertirse en una leyenda de impacto global. También están expuestas numerosas de sus cámaras de fotos, la ropa que vistió en los días de grandes reconocimientos recibidos o, incluso, el Newtonmobile 2000. A saber, un coche todoterreno con el apellido del fotógrafo creado por el diseñador industrial italiano Giorgetto Giugiaro.
En la Fundación Helmut Newton se puede ver hasta una reproducción de cómo era la oficina en la que trabajaba el artista en Mónaco. En la habitación hay una estatua de una mujer haciendo el pino. Muy de acuerdo con cómo Newton solía fotografiar a las mujeres, esa representación femenina lleva únicamente unos zapatos de tacón plateados.
Sin embargo, el centro de exposiciones especialmente centrado en este mítico artista ha tenido que esperar hasta estos días para mostrar la colección personal de fotografías que acumuló en su casa de Montecarlo junto a su mujer, June. “Hasta hace unos meses, esta colección estaba en su apartamento de Montecarlo”, indican al visitante desde la Fundación, que saca pecho por tener ahora este otro legado de los Newton. Es “una valiosa colección de copias de época realizadas por muchos de los fotógrafos más importantes del siglo XX”, abundan en el material informativo que da la Fundación Helmut Newton sobre esta nueva exhibición.
La muestra se encuentra en uno de los espacios más íntimos del museo, la llamada “Habitación de June”. Allí se acumulan estos días decenas de fotografías que Helmut Newton y su mujer coleccionaron durante décadas. Son algo más de medio centenar de imágenes que permiten realizar un curioso recorrido por la historia de la fotografía, sin perder de vista las afinidades estéticas y personales de los Newton.
Helmut y June, de hecho, ocupan parte de la exposición. Aparecen en una fotografía firmada por Jeanloup Sieff, uno de los maestros del siglo pasado que, al igual que Newton, trabajó en publicaciones como Vogue o Harper's Bazaar. En París, Sieff hizo posar a los Newton en una pequeña silla. June está sentada sobre Helmut. Ambos aguantan una copa de vino.
En la Colección de Fotografías Privada de Helmut y June -así se llama la muestra que recientemente abría sus puertas en Berlín- abundan las fotografías de desnudos. Son imágenes tomadas por otros creadores. Hay en la muestra, por ejemplo, una reproducción de Torso, obra del genio surrealista estadounidense Man Ray. La fotografía, hecha en París en 1923, representa entre sombras parte del cuerpo de la artista Alice Prin, amante de Ray en los años 20. La imagen está sacada de un fotograma de la película Le Retour à la raison o El regreso a la razón, también de 1923.
Bien anterior a esa imagen es la del etnólogo estadounidense Edward Sheriff Curtis. Su nombre figura entre los de los primeros fotógrafos que documentaron en el siglo XIX el oeste americano y sus poblaciones originales. Una onírica imagen suya con fecha de 1904, en la que hay una mujer desnuda y de espaldas a la orilla de un pequeño río en un paisaje boscoso estadounidense, forma parte de la colección de June y Helmut Newton.
Entre las imágenes de una nudista obra de Diane Arbus tomada en los años sesenta y de prostitutas posando para Gyula Halász, alias Brassaï, en los años 30, llama poderosamente la atención en la muestra un desnudo de una jovencísima Marilyn Monroe firmado por Tom Kelley, en 1945. Ésta es una de las escasas imágenes en color de una colección donde domina el blanco y negro.
Muchas de las imágenes de maestros reunidas en la exposición presentan dedicatorias de amigos de los Newton. Ocurre así con una fotografía firmada en los años setenta por el artista neoyorquino Peter Beard en la que este escritor, fotógrafo y amante del mundo africano, entre otras cosas, retrata a una mujer semidesnuda conduciendo una moto en un paisaje desértico del Cuerno de África. De fondo, dos locales observan la escena junto a un dromedario. En ella puede leerse: “Para Helmut: Una escena 'newtoniana' desde Somalilandia”.
Alberto Díaz Gutiérrez, el gran Alberto Korda, también dedicó a Newton su mítica fotografía del Ché Guevara. Ésta también tenía sitio en la colección privada de Helmut Newton. “Para Helmut Newton de quien lo [ha, ndlr.] admirado por años, su amigo cubano”, puede leerse en la dedicatoria escrita en español, con puño y letra, que lleva esa reproducción de la imagen del revolucionario argentino. “Para June y Helmut, amistosamente”, escribe por su parte Brassaï en un autorretrato del fotógrafo húngaro afincado en París.
Todas las fotografías expuestas llevan los sobrios marcos que sirvieron en su día para decorar la casa de Montecarlo de los Newton. La imagen de mayor tamaño de la muestra, una fotografía anónima de los años treinta amarilleada por el paso del tiempo, lleva un marco de metal hecho por la Goodyear Zeppelin Corporation, empresa aeronáutica estadounidense que en su día fabricó globos dirigibles. La foto es del zepelín ganador de la tercera edición de una carrera organizada en 1931 por dicha empresa.
Esa es de las pocas imágenes de la muestra en las que no se representan personas. Las mujeres, a las que tanto se dedicó a fotografiar Newton, ocupan un papel predominante en la colección privada del maestro berlinés. No siempre están desnudas en el grupo de imágenes que estos días se ve en la capital germana.
Así, de los 70 data otra foto de Arbus de una mujer vestida que se dedicaba a imitar a Elizabeth Taylor. También va vestida una domadora de elefantes fotografiada por Richard Avedon en 1955, al igual que el Marlon Brando retratado por Mary Ellen Mark en 1975 que se puede ver en “Colección de Fotografías Privada de Helmut y June”.
Lo habitual para poder ver el trabajo de este diverso conjunto de artistas sería asistir a diferentes muestras o retrospectivas. Hoy se pueden ver en la Fundación Helmut Newton porque la casa de Montecarlo del genio alemán de la fotografía también es, a su manera, un centro privado de exposiciones hecho público.
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