Muere Margaret Kane, la pintora de los ojos grandes silenciada por su marido
La artista norteamericana Margaret Keane ha fallecido en su casa de California los 94 años debido a una insuficiencia cardiaca, según han informado sus familiares. Sus característicos retratos de ojos enormes fueron muy populares en las décadas de los 50 y 60, pero su propia historia saltó a la fama en 2014 gracias a la película Big Eyes, dirigida por Tim Burton.
La trama de la película de Burton se centra en el calvario al que le sometió su esposo durante años. Walter Keane, agente inmobiliario y docto en técnicas de marketing, se atribuyó la autoría de los cuadros de Margaret, a quien obligaba a pintar durante 16 horas seguidas mientras él disfrutaba de la riqueza obtenida con su labor. Si él salía, llamaba cada hora a casa para asegurarse de que seguía trabajando. “Era una carcel”, admitió ella años después.
Los retratos kisch, firmados como Keane, causaron sensación y les convirtieron en una pareja mediática, llegando a aparecer en la portada de la revista Life. Las obras preferidas por la alta sociedad norteamericana eran en las que aparecían niños abandonados de grandes ojos tristes. Estos cuadros llegaron a costar 50.000 dólares cada uno.
El carácter tímido de ella contrastaba con el de él, que se movía en círculos poderosos haciendo contactos y vendiéndose como el verdadero artista. En realidad, fue Margaret la que realizó retratos de Zsa Zsa Gabor, Kim Novak, Natalie Wood, Robert Wagner o Joan Crawford. También pintó a los Kennedy y a la familia de Jerry Lewis vestidos de arlequines. Su estilo no estuvo exento de detractores, pero el mismo Andy Warhol salió en su defensa y lo alabó, diciendo que no podía ser malo si era tan exitoso.
“Todo se convirtió en una bola de nieve y era demasiado tarde para decir que no fue él quien los pintó”, dijo la artista años más tarde al New York Times. “Siempre me arrepentiré de no haber sido lo suficientemente fuerte para defender mis derechos”.
Margaret fue afinando su técnica y empezó a firmar de forma diferente las obras perfeccionadas, incluso bajo la amenaza de muerte de Walter. En 1965 se divorció y en 1986 le demandó. El juez pidió a ambos que pintaran ante el tribunal para demostrar quién era el verdadero artista. Él alegó no poder hacerlo por una lesión de hombro, pero ella terminó un cuadro en 53 minutos y ganó. El juez obligó a Walter a pagar 4 millones de dólares a su exesposa, por lo que en el año 2000 murió arruinado.
Una fama renovada
Margaret Keane rechazó vender los derechos de su historia en numerosas ocasiones, hasta que llegó un par de guionistas que se los cedió a Tim Burton. Ella había retratado unos años antes a Helena Bonham Carter, por lo que aceptó ponerse en sus manos. Amy Adams fue la actriz escogida para interpretarla –ganando el Globo de Oro con este papel– y Christopher Waltz se metió en la piel de Walter.
Con la película y en el contexto de la cuarta ola feminista, la figura de Keane recobró fuerza. La artista abrió una galería en California, cuya imagen principal en redes sociales la muestra a ella junto a Amy Adams. Allí se explica que su artista favorito es Amedeo Modigliani y que también se inspiraba en Van Gogh, Rousseau, Picasso, Gustav Klimt o Gauguin.
A los 90 años, Keane comenzó a recibir cuidados paliativos en su casa. En 2017 desveló que sufría problemas circulatorios y pulmonares que le hacían depender de un suministro de oxígeno permanente. Su hija ha informado a los medios que, no obstante, la artista ha muerto rodeada de sus seres queridos y “en paz”.
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