Los hechos ocurrieron en junio, un poco antes de que el Picasso de Botín fuera incautado en Córcega por el servicio de Aduanas francés. Cinco cuadros de Francis Bacon fueron robados de un domicilio de un “barrio tranquilo” de Madrid. Según el diario El País, las obras podrían estar valoradas en, como mínimo, 30 millones de euros y el golpe se trataría de unos de los mayores robos de arte contemporáneo del mundo en décadas.
Aunque el robo tuvo lugar el pasado junio, no se ha hecho público hasta el pasado domingo. Las obras pertenecen a J.C.B, de 59 años, “un amigo del pintor que las recibió en herencia y es aficionado al arte”. El caso lo están llevando agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía, que sospechan que las obras no han salido de España. Lo más probable es que sean las iniciales del empresario madrileño José Capelo Blanco, protagonista de una de las obras más importantes de Bacon -expuesta en el MoMa- y, también, su último amante.
Se conocieron en una fiesta en 1988. Capelo tenía 40 años menos que Bacon. Barry Joule, amigo del artista, hablaba de esa relación con el propio Bacon en unas cintas a las que tuvo acceso el periódico británico The Sunday Times en 2014. Los dos acordaban mantener oculta la conversación durante 12 años desde el día de su muerte. Transcurrido ese tiempo, el “secreto” de sumario se levantaría: “Uno tiene que pensar que no es normal que alguien de 35 años como José quiera tener un affair conmigo. ¿Lo ves? Soy 40 años más mayor que él”, decía el pintor. Un año antes de morir Bacon decidió retratarle en Tríptico 1991. Un año más tarde, el pintor viajaría desde Londres a España para ver a Capelo, contra las indicaciones de su médico. Murió poco después en la clínica Ruber de un ataque al corazón.
En esa conversación con Joule, Bacon también desvela haberle regalado tres millones de euros a Capelo y otros tres a su hermana. “Suelo pensar cómo de estúpido, de idiota soy para haberlo hecho. Y entonces, pienso de repente: 'Bueno, ya está hecho'”, se dice el pintor en las grabaciones. Capelo no quiso hacer comentarios sobre las declaraciones del amigo de Bacon: “No tengo mucho respeto ni por sus opiniones ni por sus puntos de vista”, sentenció.
La Policía, tras la pista
Francis Bacon es uno de lo pintores más cotizados de las últimas décadas. Por ejemplo, el Tríptico tres estudios de Lucien Freud se subastó en 2013 por 127,2 millones de euros. Tanto es así que, en la pasada edición de ARCO, la Policía puso en jaque a sus informadores por si, de forma paralela a la feria, alguno de los cuadros robados hacía acto de aparición. No hubo manera. Las obras sustraídas parecen ser de pequeño tamaño, lo que facilitaría su transporte.
El golpe fue perpetrado por profesionales. Desactivaron la alarma rápidamente de una vivienda sin cámaras de seguridad. No así la zona, ya que el edificio, de cinco plantas de altura, se encuentra junto al Senado. Según El País, “ni el portero de la finca ni los vecinos, vieron ni escucharon nada”. No han trascendido más detalles acerca de qué obras se tratan, salvo que son retratos y paisajes. Los ladrones desconectaron el sistema de vigilancia y, además de los cuadros, se llevaron varios objetos de valor de la casa.
Francis Bacon falleció en Madrid en 1992. El pintor, uno de los más representativos del siglo XX, se caracterizaba por un estilo modernista y una personalidad enrevesada y difícil. Entre sus temas preferidos, sus obsesiones: la vida, la muerte, la crisis vital, los animales y la ansiedad del desasosiego existencial. Su personalidad, marcada por un padre que le echó de casa a los 16 años tras descubrir su homosexualidad, influyó en toda su obra posterior.
Otros robos
No son frecuentes los robos de arte a estas escalas. Un especialista de las Fuerzas de Seguridad del Estado preguntado por El País asegura que “esa clase de robos no es real y solo aparece en las películas. No hay casos de este tipo en España”. Uno de los últimos robos relacionados con una obra de arte tuvo lugar el pasado septiembre en Madrid, en una vivienda de Villanueva de la Cañada, donde unos ladrones sustrajeron el cuadro Sueño de San José y el dibujo Caricaturas de Cabezas, de Francisco de Goya.
Justo hace un año, una colección de arte y pintura valorada en más de dos millones de euros fue robada en la vivienda de una anticuaria en Madrid. Entre el botín, esculturas, dibujos y algún que otro relieve de Salvador Dalí. Algunos de los objetos superaba los 300.000 euros de valor y entre las figuras se encontraban piezas de 60.000 euros. Se estimó que todo el arte robado llegaba a los dos millones de euros.
En el año 2001, dos encapuchados en colaboración con el portero, robaron de casa de Esther Koplowitz 19 obras. Entre ellas El columpio, de Goya, valorada en 12 millones de euros. Las tres personas fueron detenidas poco tiempo después del robo, que negociaron con los abogados de la empresaria una pena de un año de cárcel.
¿Para qué se roba un cuadro?
Un informe de Antonio Cortés Ruiz, Capitán de la UCO de la Guardia Civil, divide en tres tipos a los delincuentes que roban una obra de arte. Los ocasionales, los habituales y los profesionales. Los dos primeros grupos desconocerían los circuitos de comercialización y actuarían movidos por un descuido o para conseguir dinero para drogas. El último grupo sería el especializado según el tipo de obra (arte sacro, mobiliario antiguo, libros, iglesias rurales, domicilios particulares...), y suelen tener antecedentes.
Y es que a veces es más difícil vender un cuadro que robarlo. Un experto consultado por El País asegura que “no es nada fácil ofrecer un Francis Bacon, grande o pequeño, sin que llegue a los oídos de los ojeadores de este sector tan especial. Los ladrones no lo van a tener nada fácil”. El informe del Capitán de la UCO, afirma que “no suelen ser los propios ladrones quienes 'coloquen' la pieza, sino un intermediario o perista”. Este individuo sería el enlace entre los ladrones y el mundo de la compraventa de antigüedades. Aunque antes de esto “los delincuentes ocultan la pieza o piezas durante un tiempo”.
Los países donde más arte se roba son, además de España, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Italia y EEUU. Aunque los delitos prescriben al poco tiempo, si la obra ha sido encontrada en el extranjero, resulta muy complicado traer de vuelta una obra en manos de otra persona y cuya mala fe no puede ser probada, explica el Capitán de la Guardia Civil en su informe. Es por eso que la Policía mantiene la esperanza de que los Bacon aún se encuentren en España.